La sequía ha dejado a miles de salvadoreños sin sustento

En San Ildefonso, municipio de San Vicente perdieron el 95 % de sus cultivos, entre ellos maíz, frijol y sandía. Los agricultores están picando la cosecha perdida para lograr venderla como comida para ganado.

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Foto: René Quintanilla

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03 August 2018

El municipio de San Ildefonso, en San Vicente, refleja la realidad de los 143 municipios que fueron ahogados por el calor y la sequía en el país, ya que algunos pasaron hasta 41 días sin lluvias.

Solo en este municipio se perdió el 95 % de los cultivos, que en la mayoría era maíz, sorgo, frijol y sandía, lo que dejó a los agricultores sin sus elotes para el sustento que les da la primera siembra y con la inversión perdida.

A pesar de que el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) ya dio por finalizada la sequía metereológica el 31 de julio, puesto que ya iniciaron unas precipitaciones de lluvia, más que todo en el occidente del país, los agricultores solo podrán recuperarse si se normaliza el invierno y si el gobierno les cumple con los paquetes agrícolas.

Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) son, a nivel nacional, 62,089 manzanas de cultivo de maíz las afectadas por la sequía, de estas 28,799 con pérdida total y 33,290 con daños parciales.

Carlos Soriano, alcalde de San Ildefonso, dijo que en su municipio son cerca de 1,500 agricultores los que han perdido todo y para ellos la situación es muy difícil, ya que “viven del sustento que les da la tierra”, además de que también les escasea el alimento para el ganado.

“Nosotros, como municipio, estamos en la parte del corredor seco y hemos sido golpeados grandemente por la sequía, lo que ha ocasionado que todos los cultivos se hayan perdido, tenemos problemas para la alimentación del ganado, los pastos se han secado, prácticamente estamos viviendo en pleno verano”, manifestó el edil de San Ildefonso.

Agricultores se encargan de triturar parte de la cosecha perdída.

Foto/ René Quintanilla

El tiempo les juega en contra

A pesar que ya se rompió la sequía meteorológica por algunas lluvias que se han registrado en esta semana, los agricultores dicen que no es suficiente para sembrar ahora.

Por una parte los agricultores dicen que deben esperar a que se normalice el invierno, es decir que llueva constantemente, pero también si no sucede esto a más tardar el 15 de agosto, dicen que no podrán sembrar la postrera y recuperar sus cosechas. “Como campesinos tenemos la esperanza que el invierno se va a nivelar y podríamos sembrar de postrera, pues otras opciones laborales no tenemos, este es nuestro rubro, este es nuestro ingreso… a fuerza tendría que actuar el gobierno central lo más rápido posible, porque de aquí para allá lo más que tenemos para sembrar son, lo más 15 días y ya arriesgándonos que no vayamos a cosechar, pero también dependemos grandemente de las lluvias”, señaló Soriano.

Incertidumbre ante emergencia

Si bien es cierto que el gobierno central, por medio del MAG ha prometido ayudar con paquetes agrícolas a los agricultores, estos no están muy seguros de ello.

Este viernes el MAG iniciará la distribución de paquetes agrícolas de semilla mejorada, pero de frijol, en el occidente del país, sin embargo en oriente no saben cuándo les llegará la ayuda, y menos si les repartirán maíz.

Adicionalmente, si el invierno no mejora sustancialmente la cosecha no se recuperará o al menos no la producción que se tenía proyectada, según las estadísticas de la Asociación Cámara de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO).

Luis Treminio, presidente de CAMPO ha señalado en varias ocasiones que el impacto de la crisis indica emergencia nacional, y que si bien es cierto puede que no haya desabastecimiento de granos básicos, “los que más pierden son los agricultores porque no hay una política nacional de agricultura que vaya encaminada a levantar al sector agrícola”.

Además la organización agrícola maneja otras cifras diferentes a las del Ministerio de Economía.

“Llegamos a 82,424 manzanas afectadas a nivel nacional, lo que significa una producción perdida de 4 millones 137 mil quintales en pérdida, que incluye la parte de oriente, que ha sido afectado fuertemente”, señaló Treminio.

Los números que maneja CAMPO llegan a pérdidas económicas de más de $24 millones, que tiene el sector agrícola, ya que cada productor hizo un promedio de inversión de $302.50, con lo que realizó la primera abonada, siembra y limpia.

Para los agricultores esta inversión está perdida y solo hay forma de recuperarse si logran levantar una nueva cosecha con una segunda siembra, y aunque tienen esperanza en que así sea, también manejan mucha incertidumbre.

Lamentablemente en muchos municipios, como San Ildefonso, las opciones económicas son muy pocas, y lo fuerte es la agricultura.

Algunos bebederos para animales disminuyeron y otros se secaron.

Foto/ René Quintanilla

Ganaderos no tienen reservas de agua

El sector ganadero también está sufriendo los estragos por la falta de lluvias, ya que no solo se ha secado el pasto, sino que no tienen suficiente agua para dar a su ganado.

“Lo que toca es comprar el agua y sale bien caro, y otros incluso están vendiendo algunas vacas, porque no tienen cómo darles de comer y de beber agua, y así se les enflaquecen y ya no les producen igual, entonces mejor las venden”, señaló el alcalde de San Ildefonso, San Vicente, Carlos Soriano.

En oriente los ganaderos mantienen reservorios de agua en sus terrenos para captar las aguas lluvias y abastecer a sus reses, sin embargo estos actualmente están secos.

Si la situación no mejora y llueve lo suficiente la producción de leche será impactada, aparte de que podría aumentar los costos del sector ganadero, ya que debe recurrir a otras medidas para dar alimento a su ganado y que no baje la calidad del producto.

La Nueva Esperanza

El nombre de la comunidad La Nueva Esperanza, en San Lorenzo, San Vicente, le cae como anillo al dedo, ya que es lo que mantiene a los habitantes en ese lugar: esperanza.

La situación diaria para estas 59 familias es más difícil con la sequía, ya que carecen de agua potable y el agua que logran captar en barriles o guacales en época de invierno esta vez no les ha llegado.

Luis Enrique Gavidia García, es pastor evangélico y el líder de la comunidad, y comenta que “a las personas les toca mañanear y caminar tres kilómetros hacia el ojo de agua que está cerca, para poder lograr unas dos cantaradas de agua, que la utilizan para los más indispensable y si no llueve esto es mucho peor”.

Margarita Cortez, madre de familia de cinco hijos, señaló que el invierno les alivia con el agua, pero que esta sequía ha empeorado su situación y que les toca hasta fiar la cantarada.

“Nos toca comprar la cantarada de agua y cuando no tenemos para pagarla nos toca fiarla, porque nosotros vivimos de la milpa y hoy no hay y tampoco agua, entonces a veces fiamos hasta 7 cantaradas de agua y cuando ya tenemos para pagar la pagamos”, comenta Margarita, quien agrega que “primero Dios tiene que llover, es nuestra esperanza”, enfatizó.

Otros impactos

Según el presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal), Omar Flores, con la sequía el grano de café no estaba desarrollando idealmente su tamaño y se estaba quedando pequeño, principalmente en la zona oriental.

El presidente de la Acafesal explicó que esto afecta en el peso, y el caficultor vende por peso su café, y con estas condiciones el grano podría no tener un desarrollo normal.

Y no solo se trata de que el agua no llegó a tiempo a las plantas, sino que por la falta de la humedad las plantaciones de café no logran absorber el fertilizante.

Para el sector cañero es muy temprano para poder asegurar que impactará la cosecha 2018/2019, ya que falta que se desarrolle hasta noviembre.

Será entonces que determinen si la sequía afectó la producción de azúcar. El año anterior esta fue de 16.4 millones de quintales.