De las seis instituciones obligadas ni una alertó el "saqueo"

Estas son las instituciones que, si la Fiscalía logra comprobar que se desviaron esas cantidades de millones y hasta en efectivo, deberían tener responsabilidad en el mayor desfalco al Estado en el presente siglo.

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Mauricio Funes junto a su exsecretario privado, Francisco Cáceres. Foto EDH: Archivo

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22 June 2018

El escándalo desatado tras las revelaciones de la Fiscalía General de la República sobre los 351 millones de dólares que presuntamente fueron “saqueados” del fondo de la Presidencia durante el primer Gobierno del FMLN dirigido por Mauricio Funes, han salpicado a decenas de personas, varios exfuncionarios.

Algunas instituciones que, en teoría, debían estar atentas a la fiscalización en Casa Presidencial, léase Corte de Cuentas, Secretaría de Transparencia y Anticorrupción, nunca emitieron algún tipo de alerta, como tampoco lo hizo la Superintendencia del Sistema Fiananciero (SSF) a la que, entre otras funciones le corresponde la fiscalización y supervisión de los bancos.

En este caso, el salpicado y acusado de pagar en efectivo $292 millones es el Banco Hipotecario, cuyo expresidente está preso por presunto lavado de dinero y peculado. Los que han aparecido tras el escándalo que implica a 32 personas: desde Funes, sus exparejas y la actual, sus hijos y su círculo íntimo, así como a varios de sus exfuncionarios, son el presidente del Banco Central de Reserva, Oscar Cabrera, el superintendente del Sistema Financiero, Ricardo Perdomo, para decir que no pueden hablar de lo pasado, y el ministro de Hacienda para justificar que su antecesor Carlos Cáceres hizo todo bajo la legalidad.

La Fiscalía le tiene abierta una investigación al ahora embajador en México. Y todos estos funcionarios han acuerpado al Secretario de Gobernabilidad y Comunicaciones, Roberto Lorenzana, para desvincularse de los presuntos delitos cometidos a la hacienda pública por el primer presidente del FMLN, ahora asilado en Nicaragua.

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Los retiros de millones de dólares en bolsas plásticas negras fueron realizados a plena luz del día. Pablo Gómez, quien está preso porque también es procesado por el caso Saca, era el que llegaba los miércoles a retirar el efectivo, los que según el Fiscal General Douglas Meléndez eran avalados por el entonces presidente del Banco Hipotecario, Manuel Rivera Castro.

Estas son las instituciones que, si la Fiscalía logra comprobar que se desviaron esas cantidades de millones y hasta en efectivo, deberían tener responsabilidad en el mayor desfalco al Estado en el presente siglo.

Corte de Cuentas dio “finiquito” a funes

La actual presidenta del Banco Hipotecario, Nora López, quien llegó al cargo en junio 2014 ha dicho en una reciente entrevista que, no disponen de los registros donde se reflejen los millonarios pagos realizados por ese banco que implican a Mauricio Funes y otras 31 personas.

Según la Físcalía fue del Hipotecario de donde se retiró en efectivo $292 millones. El jefe de la seguridad fue despedido, y una alta ejecutiva de la agencia Los Próceres, que se convirtió en el centro de las operaciones del desfalco se retiró de la institución. El expresidente del banco, Manuel Rivera Castro, está entre los seis detenidos por este caso.

De acuerdo a políticas bancarias, toda transacción por encima de $10,000 y que se considere sospechosa debe propiciar una alerta ante la Fiscalía y obliga al usuario a llenar documentos para declarar de dónde proceden esos fondos. Por supuesto que no se giró ni una alerta mientras fueron retirados los $292 millones en efectivo.

El Art. 10 de la Ley contra el Lavado de Dinero y Activos obligaba a este banco a “Reportar a la Fiscalía General de la República, a través de la UIF, de conformidad al Art. 9-A de la presente Ley, cualquier información relevante sobre manejo de fondos, cuya cuantía o características no guarden relación con la actividad económica de sus clientes; o sobre transacciones de sus usuarios que por los montos involucrados, por su número, complejidad, características o circunstancias especiales, se alejaren de los patrones habituales o convencionales de las transacciones del mismo género…”.