$58.5 millones de préstamos y donaciones fueron saqueados por Funes

Fiscalía sostiene que donativos por $4.5 millones para erradicar la pobreza fue a parar a la partida secreta de la Presidencia.

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Por Karla Arévalo / Wiliam A. Hernández

17 June 2018

Mauricio Funes contaba con 80 millones de dólares para Gastos Reservados de la Presidencia, los cuales fueron aprobados por la Asamblea Legislativa antes de iniciar su mandato; ese dinero debía ser utilizado para los gastos imprevistos relacionados con el ejercicio de sus funciones. Sin embargo, para Mauricio Funes, ese dinero nunca fue suficiente y desde 2009, los Gastos Reservados fueron aumentando hasta llegar a los 351 millones de dólares en cinco años.

Pero ¿de dónde obtuvo el dinero para incrementar los Gastos Reservados? La Fiscalía General de la República en su investigación del caso “Saqueo Público”, expone que Funes y la red de funcionarios de su gobierno involucrados en la sustracción de fondos públicos y lavado de dinero, desviaron 211 millones de dólares del Fondo General de la Nación, 54 millones de dólares de préstamos para programas sociales y cuatro millones y medio de dólares en donaciones al país.

Funes solo contaba con tres maneras “legales” para poder reorientar esos fondos hacia la cuenta de Gastos Reservados de la presidencia; la primera, por medio de decretos legislativos; la segunda, por acuerdos ejecutivos y la tercera, por las “reprogramaciones y ajustes” a los presupuestos. Desde que Funes inició su mandato empleó los tres mecanismos antes señalados para desviar dinero a la cuenta de Gastos Reservados.

Préstamos fueron desviados por red de corrupción

Los gastos de la Presidencia o de otras instituciones no podían financiarse con préstamos externos.

Sin embargo, en el año 2010, hubo acuerdos legislativos que facilitaron que el presupuesto de la Presidencia se reforzara con 20 millones de dólares; pero, el problema fue que el 95 % de ese dinero aprobado para la Presidencia fue a parar a la cuenta de Gastos Reservados, cuestionada hoy por la Fiscalía.

De los diputados presentes en esa plenaria, solo los de ARENA no votaron para reorientar el dinero de préstamos que reforzaría los presupuestos de otras instituciones del Estado, entre ellas Casa Presidencial.

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Préstamo en peligro por presunto fraude

El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fueron las entidades que le prestaron al país varios millones de dólares que fueron a parar a la cuenta de Gastos Reservados de la Presidencia.

El préstamo del BIRF tenía como objetivo financiar la “sostenibilidad de los logros sociales para la recuperación económica”, pero debido a las modificaciones mediante acuerdos legislativos del año 2010, Casa Presidencial obtuvo 13 millones 650 mil dólares para su presupuesto general, el 94 % de ese monto fue a parar a la cuenta de Gastos Reservados. ¿Cómo desviaron ese dinero a una cuenta para la que no había sido autorizado el desembolso?

El exjefe de la Unidad Financiera de la Presidencia, Francisco Rodríguez Arteaga, habría solicitado al exministro de Hacienda Carlos Cáceres que, mediante acuerdos ejecutivos, se reforzaran los Gastos Reservados de la Presidencia con el dinero aprobado. Los acuerdos tomados mediante el Ministerio de Hacienda facilitaron que los fondos provenientes de un préstamo externo fueran a parar a un destino que no había sido comunicado.

El problema con ello es que El Salvador tiene un acuerdo con el BIRF en el que se detalla que el dinero prestado al país no debe ser utilizado en bebidas alcohólicas, tabaco, joyería o bienes de lujo. Si se incumplía esa cláusula, y los fondos eran utilizados para los fines antes mencionados, se corría el riesgo de que el préstamo fuese cancelado.

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Entre las condiciones del préstamo, el Banco señala que si se comprobase “fraude o corrupción” hecho con los fondos otorgados, “se procede a la cancelación (del préstamo)”. El BIRF termina contrato con El Salvador en agosto de 2039.

El préstamo que iba para programas sociales

El BID había dado un préstamo a El Salvador en 2010 para financiar un programa de Fortalecimiento Fiscal.

Este consistía en fortalecer las finanzas públicas y garantizar que los programas sociales seguirían beneficiando a la población de menos ingresos.

Solo dos meses después de haber desviado $12 millones del préstamo otorgado por el BIRF, Mauricio Funes buscó que del nuevo préstamo, esta vez del BID, la Casa Presidencial obtuviera unos cuantos millones para “reforzar su presupuesto”.

De casi 73 millones y medio de dólares que la Asamblea reorientó a varias instituciones del Estado, Casa Presidencial recibió siete millones 30 mil dólares en 2010. ¿De qué forma reforzó el presupuesto de la Presidencia?

Seis millones 834 mil fueron a parar a Gastos Reservados de la Presidencia; es decir el 97 % del dinero no se destinó a otras áreas de la Presidencia sino que tuvo un solo destino: Gastos Reservados. Ese dinero no fue transferido de una sola vez. La Unidad Financiera Institucional de la Presidencia, a través de su exjefe Francisco Rodríguez Arteaga -preso en Mariona por también estar ligado al caso Saca-, desvió primero $4 millones y luego, mediante reprogramaciones presupuestarias, terminó de desviar el resto del dinero.

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Pero ese dinero no se quedaba en Gastos Reservados. Para ser utilizado en otros rubros que los préstamos no aprueban, fue transferido por Rodríguez Arteaga y Jorge Herrera a la “Cuenta Corriente Subsidiaria Institucional del Tesoro Público de la Presidencia” hecha en un banco local, por medio de tres cheques. Esos cheques fueron emitidos uno en noviembre, mes en el que la Asamblea reorientó ese dinero a Casa Presidencial y dos en diciembre.

Funes desvió fondos que eran para afectados por Tormenta E12

La tormenta E12 hizo perder al país 840 millones de dólares; más de 180 municipios dañados y el Gobierno gastó un aproximado de 800 mil dólares en atender a los damnificados.

Para 2011, año en el que ocurrió el desastre, la Presidencia recibió 11 millones 974 mil dólares para reforzar el presupuesto de ese año. Sin embargo, más de dos millones de ese dinero fueron otorgados por el BID y casi 4 millones por el BIRF para atender la emergencia nacional provocada por la tormenta.

La investigación fiscal señala que, seis millones de dólares fueron a parar a la cuenta de Gastos Reservados de la Presidencia, mientras la tormenta acababa con la vida de varios salvadoreños. El titular que aprobó el desvío de ese dinero fue el exministro Cáceres.

Mediante este mecanismo, Funes habría desviado más de 54 millones de dólares en préstamos al país, algunos de ellos deben pagarse hasta el año 2039.

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Las donaciones también fueron desviadas

Cuatro millones y medio, provenientes de la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, también fueron reorientados a la cuenta de Gastos Reservados, la “partida secreta” que Funes cuestionaba cuando era entrevistador.

El dinero era para apoyar las “Comunidades Solidarias”, un proyecto que buscaría acabar con la pobreza y la exclusión social en El Salvador, pero que sirvió para aumentar la cuenta que Funes usaría como chequera personal.