Para llegar hasta la tumba donde supuestamente estaba enterrada la agente desaparecida, Carla Ayala, la Policía usó, a su criterio, mecanismos de inteligencia y una exhaustiva investigación de dos meses. Empero, ayer nada de eso sirvió porque al realizar una exhumación en el cementerio de San Francisco Javier, el cuerpo encontrado en el hoyo no era el de Ayala, sino el de una anciana que falleció por causas naturales y que fue enterrada el 31 de diciembre de 2017.
Las tareas de excavación iniciaron a las 10:00 de la mañana y fueron lideradas por el director de la Policía, comisionado Howard Cotto, quien llegó a bordo de un helicóptero al cementerio del referido municipio.
Testigos dijeron que la excavación se realizó rápido, sin tener la delicadeza como en otras exhumaciones. Los investigadores fueron apoyados por vecinos de los alrededores del camposanto.
El cementerio fue rodeado por más de 50 policías de unidades élites que se apostaron en las montañas y calles de acceso del cementerio para evitar que los periodistas tomaran imágenes del procedimiento.
A dicha actividad también se presentaron los personeros de la Procuraduría de los Derechos Humanos, para verificar la legalidad de la exhumación.
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Después de cuatro horas y media de excavar, Cotto caminó por varias cuadras hasta la calle principal del pueblo, para informar que el cadáver de la agente Ayala no estaba en la tumba.
Cuando el jefe policial explicaba detalles de la investigación fue interrumpido por una mujer que se coló entre los periodistas y se identificó como la hija de la anciana enterrada.
La doliente encaró a Cotto y le exigió una disculpa pública por haber exhumado el cadáver de Paula Castro Lobo, de 91 años.
“Usted sabe que la persona enterrada ahí era mi madre”, dijo la mujer con voz quebrantada frente a las cámaras de todos los periodistas.
De inmediato el director de la corporación policial prestó atención a la mujer y le expresó las disculpas públicas. La doliente se conformó y agradeció el gesto.
Sin embargo, en segundos fue apoyada por otra pariente, quien entre lágrimas arremetió contra las autoridades y periodistas sobre el error de la Policía. Cotto ya se había retirado junto con sus guardaespaldas a bordo de un helicóptero.
El Diario de Hoy entrevistó el lunes pasado a familiares de Paula Castro, quienes con documentos y videos en mano aseguraban que la persona enterrada era su pariente y no la agente Ayala.
Sin embargo, la Policía aún mantenía ayer la sospecha de que la familia de la anciana se prestó para realizar trámites ilegales para ocultar el cadáver de Carla Ayala y no la de su pariente.
Ese mismo lunes, Cotto declaró en una conferencia de prensa que los responsables son parientes del agente del GRP prófugo.
Antes del procedimiento llegó don José Antonio, el hijo de la anciana a quien se le permitió el acceso para ser testigo de la exhumación. Tras conocer la verdad, Cotto no ofreció palabra alguna al doliente en el cementerio, dijeron testigos.
Cotto: “No fallaron las investigaciones”
Tras conocerse de la equivocación, el jefe policial explicó que “los especialistas de Medicina Legal y de la Fiscalía harán experticias en el fondo de la tumba a efectos de verificar si es tierra firme o es tierra reciente y que pudiera encontrarse algo más abajo”.
“No fallaron las investigaciones policiales, toda investigación funciona con base en hipótesis y en todo hecho hay dos, tres o más hipótesis o líneas. Vamos a seguir indagando”, declaró Cotto.
No obstante, los familiares de Paula Castro aseguran que desde la primera semana de enero no han parado las visitas y entrevistas de los investigadores policiales.
La indignación y cólera fue sentida por varios hijos de la anciana que llegaron al lugar para pedir explicaciones.
“No es justo remover un cadáver, se siente dolor y sufrimiento al ver que no tiene ni tres meses de enterrada mi madre cuando ya la están removiendo”, dijo con voz entrecortada.
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“Estamos ofendidos con lo que están haciendo. No es un animal el que está enterrado ahí, es un ser humano que sentimos como familia”, agregó la décima hija de trece que tuvo Paula Castro.
Los familiares de la fallecida criticaron la operatividad de la Policía y aseguraron que había muchos vacíos como para asegurar que se trataba de un engaño.
El Fiscal General, Douglas Meléndez, no se presentó a la escena a pesar que fuentes allegadas a la investigación dijeron que llegaría para constatar los trabajos de excavación. Solo lo hicieron el fiscal del caso y su equipo de prensa.