Contradicciones por tumba donde estaría el cuerpo de la agente Carla Ayala

PNC: agente prófugo usó otro entierro para ocultar el cadáver

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Vista aérea del cementerio de San Francisco Javier, Usulután, donde las autoridades sospechan de que podría estar el cuerpo de la agente de la Policía, Carla Mayarí Ayala Palacios, desaparecida el 29 de diciembre pasado. foto EDH / Marvin Rodríguez

Por David Marroquín

27 February 2018

El agente del recién desarticulado Grupo de Reacción Policial (GRP), Juan Josué Castillo Arévalo, quien es prófugo de la justicia, habría simulado el entierro de una supuesta familiar para ocultar los restos de la policía Carla Mayarí Ayala Palacios en un sepulcro del cementerio de San Francisco Javier, Usulután, según las investigaciones de la Policía.

Castillo Arévalo es acusado de haber lesionado de bala y luego haber desaparecido a la agente Ayala Palacios, la madrugada del 29 de diciembre, después de una fiesta navideña en el ahora extinto grupo elite de la Policía.

Pero contrario a esta hipótesis policial, está la de la familia de Paula Castro Lobo, quien falleció en Ilopango y luego enterrada en dicho cementerio, según aseguran.

Según un hijo de la señora de 91 años, y con partida de defunción en mano, dice que en esa tumba están los restos de su madre.

La Policía mantiene custodiado el cementerio, donde la señora fue enterrada dos días después del desaparecimiento de la agente Ayala, es decir el 31 de diciembre.

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Las autoridades policiales aseguran tener fuertes indicios y que pueden sustentar con documentación suficiente de que en esa sepultura se encuentran los restos de la agente Ayala.

La Policía detalla una serie de situaciones, que dice se prueban con documentación, que abren sospechas de que el agente prófugo simuló con la complicidad de sus familiares el entierro de la señora, pero que en realidad sepultaron el cuerpo de la agente Ayala.

Los parientes de la señora defienden que realizaron todos los trámites legales para que les autorizaran el entierro de su pariente y hasta mostraron la partida de defunción extendida por la alcaldía de Ilopango.

Las investigaciones policiales apuntan a que un día después del desaparecimiento de la agente Ayala, 30 de diciembre pasado, dos familiares de Castillo Arévalo abandonaron su casa en Soyapango.

Al día siguiente, se realizaron las exequias de la presunta pariente del agente Castillo en el cementerio de San Francisco Javier, según la Policía.

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Para tramitar el permiso del entierro en la alcaldía del referido lugar, los parientes utilizaron una constancia de defunción extendida por un médico particular de Ilopango.

Cuando se va a interrogar al galeno, éste confirmó que él había emitido ese documento pero que no había tenido el cuerpo de la fallecida a la vista y tampoco la conocía.

“La persona supuestamente fallecida, que es originaria de San Francisco Javier, ha crecido y ha vivido por mucho tiempo ahí, que tiene familiares en ese lugar, es sepultada sin realizar ninguna vela, sin actos fúnebres y sin la asistencia de nadie a este tipo de actos”, dijo Howard Cotto, director general de la PNC.

Aseguró que el médico que extendió la constancia también es investigado para determinar “si hay complicidad, actuó de forma inocente o sin conocimiento”.

“Estos elementos nos dan una fuerte presunción de que en el lugar se pudiere encontrar el cuerpo de nuestra compañera (Carla Ayala)”, añadió.

Lo que dice la Fiscalía

Mientras tanto, el fiscal general Douglas Meléndez, sostuvo que se pidió el permiso del Juzgado de Paz de San Francisco Javier para exhumar el cuerpo que está en el sepulcro en discordia.

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Explicó que hubo un leve retraso porque había tres tumbas parecidas con tierra removida, y se tuvo que determinar cuál era la sospechosa.

Aseguró que desde que la agente Ayala desapareció, junto con la policía han realizado una serie de diligencias para tratar de hallarla.

Reveló que hace dos semanas se inspeccionó cuatro sitios del cantón Cruzadilla de San Juan en Jiquilisco, Usulután. “Esto derivó del posicionamiento de las antenas que hicimos del teléfono de la agente Carla Ayala, con una aplicación que ella tenía en su teléfono”, dijo Meléndez.

Agregó: “Le dimos seguimiento y logramos determinar que ese teléfono salió vía San Salvador, por la carretera, se detuvo en la zona de Olocuilta, posteriormente siguió hasta la zona de Usulután”.

Al final, las inspecciones en esos cuatro puntos del cantón Cruzadilla San Juan no dieron los resultados que esperaban.

Recientemente, las autoridades fiscales y policiales verificaron en nueve pozos situados en el sector pero no hallaron los restos de la Policía.

“Nada más es una presunción, no podemos decir que eso es así, que esté ocurriendo”, aclaró Meléndez sobre la búsqueda en el cementerio, aunque dijo hay de momento indicios fuertes de que podría tratarse de Carla Ayala.