"Lamentamos profundamente el asesinato de Andy. Él y su hermano eran el orgullo de sus papás. Por pequeña que fuera la competencia sus padres siempre estaban acompañándolos, el deporte unía a la familia, ellos tenían el apoyo de sus padres”, las palabras son de René Magaña, entrenador de Andy -Ariel- Salamanca, el ciclista que fue asesinado la noche del martes en la calle Modelo, barrio San Jacinto, San Salvador.
Como un joven inquieto, cariñoso, amigable, bromista y muy particular, así describen sus amigos al pedalista, que siguiendo los pasos de su hermano desde hace más de tres años pertenecía a la Federación Salvadoreña de Ciclismo (FSC). “Andy traía adaptado el ciclismo a él, lo traía en su físico”, dijo el gerente de la FSC, Héctor Rivas.
Desde su ingreso a la Federación Andy comenzó a destacar dentro del grupo de pedalistas, sus ganas de superación hacían que este joven se esforzara en cada entreno por alcanzar niveles de alto rendimiento. “Su objetivo era llegar a ser atleta olímpico”, manifestó uno de sus amigos.
“Era muy bueno como atleta y como persona, tanto sus compañeros como los que trabajamos en la Federación le teníamos mucho aprecio. Si no estaba entrenando, pasaba en la oficina, era su segunda casa”, agregó Rivas.
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El pedalista provenía de una familia con limitaciones económicas y de acuerdo con su mentor, Andy había encontrado en el ciclismo su válvula de escape a todos esos problemas que tenía en su casa y en su entorno. “Tenía un talento natural pero nosotros lo estábamos puliendo aún más”, contó. Su entrenador destaca en Andy su valentía y las ganas de superación, pues a pesar de las “innumerables” limitaciones que se tienen en la institución, el atleta nunca desistió de su visión. “Nunca se echó para atrás, a pesar de entrenar sin los implementos necesarios, él, jamás dijo no. ‘Sigamos adelante’, me decía”, afirma.
Entre sus logros destacaban sendos primeros lugares en Lanzada 200 metros y competición de 500 metros del Campeonato Nacional de Pista 2015 y segundos lugares en contrarreloj y ruta del Campeonato Nacional de Ruta 2016.
Su facilidad para competir en las pruebas de pista y en las de ruta le permitían ser considerado parte de los atletas juveniles destacados y que prometía hacia el futuro de El Salvador y en la región, ya que había logrado romper récords en Guatemala, donde competía con regularidad.
Producto de ese esfuerzo es que el año pasado se clasificó a los Juegos de Barranquilla, Colombia que se realizarán en julio.
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A los amigos del ciclista la noticia les resultó impactante, pues el día de su asesinato se presentó por última vez al velódromo en donde entrenaba dos horas diarias.
“Para uno que convive con alguien, que se ha convertido hasta en tu familia, esto viene a ser muy duro”, manifestó Julio Dubón, amigo del pedalista.
Los cercanos de Salamanca lamentaron la grave situación delincuencial que se vive en el país, debido a que ya abarcó al deporte, el cual sirve como principal mecanismo de prevención de violencia.
“Lastimosamente la situación en la que vivimos no respeta estatus social, condición económica, ni nada, es una verdadera lastima”, lamentó el entrenador.
Según las primeras versiones policiales, fue asesinado por “confusión” de los atacantes, ya que aparentemente manejaba una motocicleta prestada, y los asesinos habrían tenido roces con el dueño de la misma.