La guerra de las pandillas es contra el Estado salvadoreño

Un criminólogo analiza el papel de la Policía Nacional Civil (PNC) y su lucha por controlar a las maras, en momentos en que la institución celebrará aniversario por los Acuerdos de Paz.

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Por Luis Andrés Marroquín

15 January 2018

El experto y criminólogo Ricardo Sosa considera que las pandillas no le están ganando la batalla a la Policía y razona que la guerra es contra el Estado, en un momento en que la PNC celebrará 26 años de surgimiento, con motivo de los Acuerdos de Paz.

Sosa es claro en su ponencia en relación a la nueva guerra que se vive en el país, tal y como lo dijo en una entrevista con El Diario de Hoy.

¿Cómo evalúa el papel de la policía en estos 26 años desde su creación tras los Acuerdos de Paz?

La PNC ha crecido y se ha profesionalizado. Y ha estado en el corazón de los salvadoreños como una de las Instituciones que ha cumplido con su papel desde su fundación. Ha sido referente en Latinoamérica y ha ayudado en la fundación de unidades especializadas en otros países. Ha sido flexible de ir transformándose de acuerdo a la situación de crimen y violencia en estos 26 años, se ha preparado en las áreas técnicas, académicas, científica. No olvidemos que su diseño nace con los Acuerdos de Paz y fue la decisión de los firmantes un modelo que fuera "civil" que representa uno de los pilares de los mismos.

¿Cómo evalúa el papel de la Academia Nacional de Seguridad Pública en su papel de formador de policías?

La ANSP ha pasado de ser una Academia y se ha convertido en un Instituto de estudios superiores policiales. Además de formar agentes, entrena oficiales y ha convertido la carrera policial en una carrera reconocida por el MINED.

Además de formar agentes ahora forma técnicos policiales, y otros actores como la seguridad privada, personal de agentes municipales y personal de protección patrimonial.

¿Cuáles han sido las grandes dificultades por las que la policía ha pasado en estos años?

La principal dificultad ha sido de tipo presupuestario. El presupuesto de la PNC es limitado e insuficiente para hacer frente a la situación de inseguridad, crimen organizado transnacional, robo y violencia. Y por supuesto que afecta a la ANSP también. En este aspecto considero que el Estado salvadoreño tiene una deuda con los ciudadanos al no brindar el presupuesto acorde a la situación actual. Si la PNC y ANSP no nos brindan mejores resultados es por falta de recursos financieros y una visión como país de lo que representa para la seguridad ciudadana.

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¿Por qué cree usted que la Policía está perdiendo la batalla contra su gran enemigo, las pandillas?

No creo que la batalla sea contra o de la PNC, yo diría que es contra el Estado salvadoreño por parte del crimen organizado transnacional, la PNC no está perdiendo la batalla contra las pandillas. Lo que sí hay es una lucha que el año anterior dejo un promedio de 1.5 enfrentamientos diarios. En el último año y medio fueron capturados los 100 cabecillas considerados los más buscados según la corporación, y eso sin duda tuvo un efecto en la reducción de los homicidios. Cien delincuentes peligrosos fuera de las calles incidieron en la baja delincuencial. Existen decomisos de armas, y las capturas de estructuras.

Considero que desde enero del año 2015 se estableció la verdadera guerra contra las pandillas con las declaraciones del señor Presidente de la República y han sido tres años difíciles, con bajas en ambos lados, y que también la FAES apoya y tiene bajas en sus filas. Yo creo que es innegable que hay un claro objetivo de combate y represión del delito por parte de la PNC. Además, la lucha también es acompañada de inteligencia y contra inteligencia con la dirección.

funcional de la FGR que ha permitido golpear las finanzas de estructuras criminales.

¿Qué opinión le merece a usted los suicidios recientes que se están dando en la Policía?

Los suicidios son un fenómeno social. Se producen en todos los ejércitos y todas las policías del mundo aún con menores tasas criminales y delincuenciales.

Tal como muestran las estadísticas los suicidios viene disminuyendo dentro de la PNC. Durante el año 2017 hubo dos suicidios. Por lo que es vital el apoyo y respaldo a nuestra policía de todos los ciudadanos, no considero que sea juzgando o criticando, más bien invito a todos los sectores a sumarnos y ofrecer nuestro apoyo a la Corporación Policial. Ya que el altísimo estrés al que están sometidos hombres y mujeres policías de todos los rangos debe de tener el apoyo de otros sectores profesionales del Estado.

¿Qué futuro le espera a la Policía?

La PNC tiene un futuro cada vez más importante y vital en la sociedad salvadoreña. Su profesionalismo lo reconocen las diferentes agencias de cooperación externa, Naciones Unidas, OEA, USAID y la Comunidad Europea.

Es en nuestro país lastimosamente donde surgen sus principales opositores sin espíritu constructivo. Por lo que está cumpliendo sus primeros veintiséis años de muchos más. Pero sin duda los retos y desafíos son grandes, y requerirá de pasar a estadios superiores, de utilización de mayor tecnología, de mejorar el nivel académico de todos sus integrantes, de especializaciones.

¿Cuáles son las grandes consideraciones que usted hace en relación a la Policía?

La más importante es la que se he planteado. Todos los salvadoreños y todos los sectores debemos apoyar y cuidar a la PNC, ya que es nuestra, no le pertenece a ninguno de los partidos políticos, ni está al servicio de un Presidente, ni personas naturales, es para todos los salvadoreños. Se debe de aprovechar los diagnósticos y estudios internos y permitir que la sociedad civil brinde aportes para fortalecerla. Es mi apreciación que se debe de estudiar la figura del Inspector General para que tenga una mayor protagonismo y transparencia en beneficio de la Corporación, y fortalecer la Unidad de Control y Asuntos Internos

¿Cree usted que la PNC está en guerra con los pandilleros?

No es una guerra típica o convencional. No existen los factores y elementos propios de una guerra, bajo la teoría de seguridad y defensa estamos frente a una guerra de baja intensidad (GBI) con alto contenido y raíces sociales, económicos y multicausal, tierra fértil para la insurgencia criminal. El mismo componente represivo posterior a la masacre de Ópico ha generado estas condiciones, que representan una lucha por recuperar y regresar el territorio por parte del Estado con todos sus servicios asistenciales, y por mantenerlo por estructuras criminales.