Samayoa: “Antes no se podía acceder al poder por medios democráticos”

El firmante del Acuerdo de Paz destaca los cambios al Órgano Judicial como eje central de la reforma.

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Por Guillermo Miranda Cuestas

13 December 2017

 

¿Cómo fue valorada la Constitución de 1983 dentro de la guerrilla?

Para nosotros era una Constituyente y una Constitución contrainsurgente. El presidente era Roberto D’aubuisson, que en ese momento, al menos, era el anatema para la izquierda revolucionaria. Es una Constituyente en la que están excluidas las fuerzas de izquierda, solo participan ARENA, PCN y PDC.

¿Se plantearon otra Constitución?

Justamente por eso convertimos en un punto central de la negociación la reforma constitucional. Es que a la gente se le olvida, no sabe o son muy jóvenes, que hace poco tiempo, hasta 1964, el partido que ganaba las elecciones tenía todos los diputados de la Asamblea. Yo tenía 14 años de edad cuando por primera primera vez los partidos opositores obtuvieron diputaciones en una elección legislativa. ¡Ahora parece de la edad de las cavernas aquello, la incivilización total! Pues no, ¡es bien cerca! Pero aún así, en todos esos años en la Asamblea el partido de gobierno siempre tenía mayoría simple. Y por lo tanto lo que ahora nos quejamos tanto, con razón, de que haya un partido que quiera controlar totalmente los órganos del Estado, era la práctica habitual de los partidos de derecha. Por eso exigimos la reforma de la manera de elegir los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que antes era un apéndice del Ejecutivo; el partido que ganaba las elecciones era el que elegía a los magistrados de la Corte y por lo tanto esos magistrados le respondían políticamente al partido de gobierno. Eso lo cambiamos en la reforma.

Igual con el Tribunal Electoral que entonces era el Consejo Central de Elecciones de tres miembros. Para todo efecto práctico, elegían solo a los suyos con la mayoría simple que le daba su poder en la Asamblea Legislativa. En las dos últimas Asambleas elegidas antes a la negociación, la de 1988 (vigente en ese momento) y la de 1991, la suma de los votos de ARENA, que en ese momento era un partido de extrema derecha, y PCN, el partido de los militares hasta esa fecha, les daba una mayoría simple bastante holgada para elegir a los tres miembros del CCE. Esta situación se podía reproducir en ulteriores elecciones. Nosotros cambiamos eso; que no fueran tres, que fueran cinco; que no se pudieran elegir por mayoría simple, sino por mayoría calificada. Eso fue lo que empezó a dar ciertas garantías de pluralismo.

¿No era la reforma a las Fuerzas Armadas lo central para el FMLN en la negociación?

No, no era el propósito central, era uno de los ejes importantes, por supuesto. La Fuerza Armada tenía todos los poderes menos el de hacer llover y quitar la lluvia. Incluso se convertía por Constitución en el garante de la democracia; por eso había tanto golpe de Estado, porque cuando a los militares se les ocurría que había un riesgo para la democracia daban golpe de Estado. Esas cosas las cambiamos; le quitamos los poderes hipertrofiados que tenía históricamente la Fuerza Armada en el país. Ahora se elige al fiscal por mayoría calificada y tiene funciones más fortalecidas, porque antes la que llevaba a su antojo la investigación penal era la Policía Nacional.

¿Eran estos los elementos que faltaban para que el FMLN aceptara entrar al sistema?

No solo se trata de las reformas de la Constitución. Por ejemplo en el Órgano Judicial pactamos también la reestructuración del Consejo Nacional de la Judicatura, la reforma de la Carrera Judicial... Fueron varias cosas las que se hicieron en ese sector. La seguridad pública se transformó totalmente. Esas reformas, el conjunto de ellas, varias con rango constitucional, son las que nos permitieron pensar que ahora habría un escenario en el que se podía considerar la lucha por métodos pacíficos y democráticos, porque antes simplemente no se podía acceder al poder por medios pacíficos y democráticos.

¿Cuenta la Constitución con mayor legitimidad en su pluralidad después del 91?

Sin duda, tiene mucha mayor legitimidad de pluralismo político que en toda la historia anterior del país, en el sentido que son más fuerzas políticas, y más diversas y plurales, las que han estado representadas para aprobar la Constitución.