Cabecilla de mara 18 advierte de más violencia para forzar negociación

Periódico estadounidense citó a jefe de la pandilla en un artículo sobre esos grupos delictivos.

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Foto/EFE

Por El Diario de Hoy

01 December 2017

En un artículo escrito por el periodista estadounidense Azam Ahmed en The New York Times se cita a un cabecilla de la pandilla 18 del grupo que se autodenomina Sureños que advierte que “la violencia tiene que alcanzar un nivel mucho mayor que el actual para que llegue la hora de la verdad (negociación)”.

El jefe pandilleril identificado por el periódico solo por Santiago y que participó en la tregua 2012-2013, señala que “solo entonces (alza de violencia) se comenzará a pensar en una solución integrada (negociada). La verdad es que este país aún tiene que derramar más sangre”.

Se destaca en el artículo que Santiago recordó lo acontecido en el proceso de paz que terminó con 12 años de conflicto armado en el país para justificar la necesidad de una negociación para frenar el clima de violencia.

Sostuvo que para que los dos bandos en el pasado conflicto armado pudieran negociar se requirieron años en los que se perdieron decenas de miles de vidas.

“Lo mismo sucedería con esta guerra, porque las guerras solo terminan cuando alguien gana o cuando ambas partes se hartan de las muertes”, dijo Santiago al periódico.

Señala el artículo que el jefe de la 18 escribió un manifiesto para las pandillas, mucho antes de que comenzara el juicio del caso Tregua. En la misma, señala que por primera vez en décadas, las pandillas no apoyarían al Fmln en las urnas en las próximas elecciones.

En cambio, “usarían su poder político para hacer que perdieran las elecciones, ya fuera apoyando a un partido de derecha o, posiblemente, a candidatos independientes”, señala el artículo.

El acuerdo tradicional, según cuenta Santiago al periodista, era que ellos recibían una compensación monetaria por apoyar al FMLN.

Cuestiona al presidente Salvador Sánchez Cerén, por haber roto la larga relación que tenía con las pandillas al emprender la guerra en su contra.

“El gobierno tendrá que pagar la factura por lo que ha hecho”, advirtió Santiago para cuestionar las medidas extraordinarias del gobierno en contra de esos grupos ilegales.

“Deberán de responder ante nosotros de una manera u otra”, reiteró el cabecilla al periódico.

En ese sentido, las pandillas retirarían su diez por ciento de los votos para castigar al partido en el gobierno, señala el periodista Ahmed.

“Ahora somos la chica bonita con la que todos quieren bailar”, fue lo que le comentó Santiago al comunicador para ilustrarlo de que algunos partidos políticos se han acercado a ellos para pactar sus votos.

Este cabecilla de la pandilla 18 reveló que fue tentado por la Fiscalía General para que les sirviera de testigo clave en el proceso judicial que se le siguió a 18 personas por supuestos delitos cometidos durante la tregua pandilleril.

Aseguró que en abril pasado, él fue detenido por resistencia. Cuatro días después, dos fiscales y un investigador de la Policía llegaron con una oferta.

El juicio del caso de la tregua estaba a pocos meses de comenzar y Santiago podía testificar en contra de sus excompañeros o ir a la cárcel por el resto de su vida. Se enfrentaría a acusaciones tales como tráfico de armas, fraude electoral y contrabando en las cárceles, según The New York Times.

A pesar de hacerle la oferta, las autoridades no tuvieron otra alternativa que dejarlo ir porque no tenían ningún motivo para retenerlo.

No obstante, Santiago presentía que lo podían volver a arrestar y se enfrentaría al mismo dilema. Él no quiso delatar a nadie ni debilitar lo que él genuinamente creía que (la negociación) era la única forma de salir del ciclo de violencia que consume a El Salvador, cuenta Ahmed.

En una parte del artículo, Ahmed cuestiona a Santiago sobre las razones del por qué esos grupos son violentos y él reconoció que si son violentos, pero que “la suya era una violencia de otra naturaleza”.

Además, lo cuestionó a qué sectores de la sociedad salvadoreña representaban las pandillas y qué servicios le brindan a las comunidades.

Y Santiago le respondió que las pandillas representan “a un segmento de la sociedad que ha sido marginado”.

Y recalcó : “pero nuestra violencia no es ideológica y, sin duda, tampoco es religiosa”.

Agregó que “la cuestión no es cuáles servicios brindamos.....La cosa es más fundamental: ¿qué dice nuestra existencia del gobierno y los servicios que no provee? Existimos porque no hay nada más”.

El periodista estadounidene al cuestionar a Santiago por la violencia causada por las pandillas, le señala que esos grupos “son depredadores porque matan a comerciantes porque no pagan extorsiones” y además porque “enfrentan a pandillas rivales por cuestiones de territorio y respeto que no tenían nada que ver con las necesidades de la comunidad”.

Datos de las autoridades policiales dan cuenta que no menos del 70 por ciento de las víctimas de la violencia eran personas que nada tenían que ver con esos grupos criminales.

La mayoría de sus víctimas siguen siendo personas que no pagaron las extorsiones o jóvenes que se negaron a entrar o que cruzaron la línea imaginaria de zonas que son reclamadas por las pandillas como suyas para ejercer control intimidatorio sobre sus residentes.