El Salvador es un "barco anclado" en una economía en movimiento, señala Fusades

Aunque hay vientos externos para que el país se desarrolle, la economía nacional sigue estancada.

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.El Presupuesto General de la Nación 2018 aún no ha sido publicado en el Diario Oficial.

Por Karen Molina

22 November 2017

El Salvador es un barco anclado en un puerto mientras los vientos a favor de la economía soplan fuertes en un mar de oportunidades que otros países ya están aprovechando.

Esta es la analogía que hace la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) de lo que ocurre en el país.

Aunque a nivel mundial “hay vientos favorables” como la recuperación económica de Estados Unidos, la economía de El Salvador sigue anclada y no está generando las condiciones para atraer a más empresas y, por tanto, no está generando la cantidad de empleos que la gente demanda.

“Este ha sido un año bien subgéneris. Afuera hay condiciones favorables para el país, pero hacia adentro, la economía sigue estancada y con muchos problemas que enfrentar”, dijo Pedro Argumedo, investigador del Departamento Económico de Fusades.

A nivel mundial hay un mayor impulso económico que está generando inversiones por todos lados. La producción industrial se está acelerando, sobre todo porque China y otros países están demandando más productos.

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En Estados Unidos también se está viendo una recuperación económica que está repercutiendo en la reducción del desempleo total y también en el latino, lo que está generando un aumento en el envío de remesas desde ese país hacia El Salvador.

Según los datos del Banco Central de Reserva, el envío de remesas ha crecido 10.4 % a octubre, un dato favorable, pero que no es suficiente para las carencias que tiene el país.

Otro de los puntos a favor es el aumento en las exportaciones. Esa recuperación económica en Estados Unidos y el mundo está provocando una mayor demanda de productos, lo que le viene bien el país.

País sigue estancado

Pero a pesar de todas estas ventajas, el país sigue anclado en una economía que no avanza.

Las condiciones económicas aún no logran dar certeza a las empresas para invertir más en el país. Los datos de Fusades indican que la inversión extranjera directa neta alcanzó los $413 millones el primer trimestre, el mayor incremento en los últimos cinco años.

Pedro Argumedo explicó que esta cantidad ha aumentado debido a que el país aumentó las licitaciones en materia de generación de energía renovable y la industria hizo una reinversión de sus utilidades. También se cuenta como inversión la reciente adquisición que hizo Atlántida del grupo financiera Procredit, lo que ha elevado las inversiones desde afuera.

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Pero al ver los datos a nivel regional, seguimos estando muy por debajo del monto de inversión que tienen los demás países.

Honduras, por ejemplo, recibió $617 millones en inversión extranjera hasta junio, pero sus proyecciones son el doble al final del año.

Esto mismo ha provocado que no se cree el número de empleos que se necesitan.

Cada año salen al mercado laboral 54,000 nuevos ciudadanos que quieren un empleo formal, pero las cifras del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) indican que lejos de ganar más empleos, se están perdiendo.

Según los análisis de Fusades el empleo formal del ISSS se contrajo en 4,250 plazas entre agosto de 2016 y agosto de este año. Entre 2008 y 2016, la demanda por empleo formal promedio fue de 54,000 plazas por año, pero solo se crearon 12,400.

Los datos indican que son las mujeres las más afectadas por esta inactividad. Ocho de cada 10 inactivos son mujeres y 9 de cada 10 negocios son empresas de subsistencia, según explicó Argumedo.

Las cifras son más preocupantes cuando se miran los datos sobre la percepción de los empresarios para el clima de negocios.

Los indicadores de Fusades señalan que el saldo neto de la percepción de las empresas sobre el clima de inversión fue de -49, acumulando 9 años como desfavorable y basado en la delincuencia, la incertidumbre y las políticas públicas erradas.

Finanzas públicas

Otra de las grandes anclas del país siguen siendo sus finanzas públicas. La investigadora Carolina Alas de Franco, señala que el país tiene sobre sus hombros un “default selectivo” que las calificadoras de riesgo (Fitch Ratings, Moody’s y Standard and Poor’s) le dieron al país tras haber incumplido el pago de su deuda con los cotizantes de las AFP que le prestan dinero para pagar las pensiones del sistema público.

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Esto no le permite al país acceder a a créditos a menos que consolide una ley de responsabilidad fiscal en la que se comprometa a equilibrar los gastos e ingresos. La gran prueba inicial de este acuerdo es el aval del Presupuesto General de la Nación de 2018.

Además pende como una espada de Damocles la actualización de las cifras oficiales que divulga el Banco Central de Reserva y que, según Fusades, estarían subestimadas.

Si se confirma este dato en diciembre, el Producto Interno Bruto sería menor, pero cifras como la deuda o la carga tributaria se elevarían, lo que complicaría aún más las finanzas públicas.

Solo la deuda podría llegar a un nivel del 73.4 % del PIB. Actualmente ronda el 60 % del PIB y la carga tributaria es del 15 % en relación al PIB, según datos oficiales.