“Los pandilleros también son salvadoreños”

El tema de derechos humanos es fundamental para el gobierno británico, asegura el embajador del Reino Unido en El Salvador

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Foto/Lissette Monterrosa

Por Guillermo Miranda Cuestas

18 November 2017

El mensaje del embajador del Reino Unido, Bernhard Garside, es claro y directo: su gobierno tiene un interés central en la situación de derechos humanos de los salvadoreños. En un país como El Salvador, que aparece con notas negativas tanto en reportes recientes del Departamento de Estado de EE. UU. como de Amnistía Internacional, la discusión sobre el respeto a los derechos humanos es sensible en distintas áreas.

En esta entrevista, lejos de tomar distancia del debate, Garside contribuye con posiciones contundentes y, probablemente, controversiales -particularmente sobre el estado de la inseguridad, la situación de la población LGBT y la despenalización del aborto, entre otros. “Derechos humanos en cualquier sentido”, aclara el diplomático.

Respecto a la inseguridad, el embajador destaca la necesidad de un diálogo y de brindar oportunidades a los jóvenes vulnerables a la criminalidad. “Cuando sacamos la esperanza de alguien, esta persona es muy peligrosa porque no tiene nada que perder”, afirma el representante. Sin embargo, lamenta que la tregua entre pandillas haya respondido a razones políticas. Y aunque destaca los esfuerzos de ciertas empresas en el tema, también advierte que algunos empresarios no se involucran por motivos políticos.

Durante este tiempo en El Salvador, ¿qué es lo que más le ha impresionado de la gente?

Lo que me impresiona más es la capacidad de la gente. Realmente el poder de este país es su gente; es un país que tiene mucho potencial. Pero por otro lado, resulta triste que eso no ocurra en todos los sectores de la sociedad, especialmente en los sectores más bajos. Hay un círculo vicioso en la pobreza. Falta esperanza y oportunidades. Eso me impactó. He visitado lugares con pobreza; la gente está viviendo en casas de lata. Están trabajando por un salario mínimo pero tienen que viajar lejos cada día. También veo una gran esperanza con nuevos líderes que se forman en estos momentos. Quizá falta una generación, con permiso de la generación de este momento. Tenemos que creer en los jóvenes de este país porque ellos tienen la motivación, tienen nuevos sentimientos. Eso va a empujar fuerte al país.

Dice que hay una enorme capacidad pero a la vez hay una realidad distinta en sectores marginados, ¿qué no está funcionando o qué se puede mejorar?

En mi opinión, veo el resultado de muchos años. No es solamente el resultado de este gobierno. Estamos trabajando por mejorar algunas situaciones; por ejemplo, en el sector de agua. Eso es algo en lo que queremos involucrarnos mucho, especialmente en el tratamiento de aguas negras. Los ríos en el país tienen mucha contaminación de aguas negras. Personalmente quisiera ver más inversión en el sector de tratamiento pero eso cuesta y esto es el resultado de muchos años de falta de inversión en el sector.

Por redes sociales sabemos que es aficionado de deportes al aire libre y que está comprometido con el medio ambiente. ¿Es esto una causa personal o es también un eje estratégico que quiere impulsar la embajada?

Ambos. En primer lugar, es algo absolutamente fundamental para mí. Creo fuertemente que tenemos que involucrarnos en el medio ambiente para mejorar la situación en el mundo. Tenemos la responsabilidad de pasar un mundo mejor a nuestros hijos. Al lado de eso, tenemos una política en el Reino Unido de proteger el medio ambiente. El cambio climático es real, está pasando y tenemos que hacer algo hoy -no mañana o el año próximo.

¿Cómo se valora la democracia salvadoreña en el Reino Unido?

La vemos con mucho interés, naturalmente. El Salvador tiene una democracia quizá más fuerte que en otros países en la región, pero nos preocupa cuando hay ataques contra las instituciones del Estado porque el Estado de derecho es importante para la democracia. Tener instituciones independientes es absolutamente clave para una democracia real. Queremos promover el Estado de derecho, los derechos humanos y que las instituciones sean independientes de influencias políticas.

En cuanto a derechos humanos, ¿cuáles temas son los que más ocupan su atención?

Siempre hay áreas en las que estamos interesados. Personalmente, hay cosas que me preocupan; por ejemplo, los derechos sexuales de las mujeres y de la población LGBT. Esto es fundamental porque si bien hay una mejora en buena parte del mundo y en países latinoamericanos, en América Central tienen que correr un poco más para mantener este movimiento en la región.

¿Qué tan abierta es la sociedad salvadoreña para llevar un diálogo en esos temas?

Es una buena pregunta, ja ja ja ja. Hay gente que está disponible para hablar de ese tema y hay gente que realmente está completamente cerrada. Los que están cerrados tienen sus ideas y sus políticas y también su religión, que también juega un papel clave. Estamos en un mundo muy diferente a hace 30, 50 o 100 años y no todo es mejor, pero la mayoría de cosas sí lo son. Tenemos que respetar que las personas tienen derecho a ser diferentes. Tenemos que respetarlos. Eso es algo fundamental para el gobierno británico; derechos humanos en cualquier sentido, como los derechos de las mujeres de elegir cuándo y con quién van a empezar una familia y cuántos niños van a tener. El debate sobre este tema es naturalmente complicado, pero lo que es importante es abrir un espacio para el debate.

Y sobre el tema de la inseguridad, ¿cuál es su perspectiva?

Es un tema tan complicado, con mucha historia. Tenemos que crear más fuerzas de trabajo, más oportunidades para la gente, para los jóvenes específicamente. Creo que la delincuencia disminuirá cuando incrementemos los puestos de trabajo y las oportunidades. Hay gente que no tiene esperanza, no tiene trabajo, no tiene nada. La sociedad debe comprender que tiene que aprender a perdonar, porque sin perdón no avanzará. Lo que yo veo es que siempre hay muchas llamadas para matar a los pandilleros; es algo muy triste porque esos son salvadoreños. ¿Cómo medimos el éxito en la inseguridad? ¿Vamos a matar a todos los pandilleros? ¿Es eso realmente un éxito? Personalmente lo veo como un desastre. Tenemos que dar oportunidades para sacar a la gente de las influencias de los pandilleros. Hay un corazón de criminalidad, absolutamente; pero hay gente que no tiene nada más que juntarse con un pandillero porque no tienen oportunidades, no tienen puestos de trabajo, no tienen esperanza. Y cuando sacamos toda la esperanza de alguien, esta persona es muy peligrosa porque no tiene nada que perder. Tenemos que trabajar más en el sentido de promover puestos de trabajo y oportunidades para todos los salvadoreños, porque los pandilleros son salvadoreños también. Y ellos no tienen mucha esperanza.

¿Va la respuesta del gobierno en ese camino o está profundizando el problema?

No soy el gobierno, ellos tienen que elegir su camino. Nosotros tuvimos una guerra de más de 40 años en Irlanda del Norte con Irlanda en el Reino Unido, con el movimiento política IRA. La gente dice “eso es algo muy diferente que lo que tenemos con los pandilleros”. ¿Es así? ¿Cómo empezó IRA? Con mucha delincuencia, robos, secuestros, robo de bancos. Después se presentaron como un movimiento político. Y en el gobierno británico pensamos que podíamos matar y vencer a IRA y ellos pensaban lo mismo sobre nosotros. Al final, gracias a Dios, encontramos un lugar donde acordamos que nadie podía ganar esta guerra. Entonces no tuvimos ninguna otra opción más que el diálogo. Quisiera ver más oportunidad de diálogo. Pero el tema es casi imposible a causa de la tregua. Creo que la tregua fue algo bueno, en el sentido de la inseguridad, pero la hicieron por las malas razones: por razones políticas. Esto es lo que tenemos que cambiar; lograr algo para el país, no solamente para los partidos políticos.

¿Ve luces en este tema?

Hay muchas luces, absolutamente. Hay empresas que están trabajando mucho, que dan dinero a escuelas, a los jóvenes. Glasswing y Techo son buenos ejemplos. Hay muchas otras ONG que están trabajando en ese sentido. Fundaciones también, es increíble. Hay mucho esfuerzo en este sentido. Estamos trabajando con la empresa League, un modelo increíble. ¿Ya la visitaron? Es un modelo inclusivo que funciona y podría funcionar en otros lugares también. Lo que queremos hacer es sembrar este modelo en otros lugares. Hay gente que tiene interés, pero a veces hay gente que no quiere involucrarse porque cree que este modelo va a ayudar al gobierno y eso es triste; que alguien esté pensando que no quiere ayudar porque eso podría ayudar también al gobierno. Quisiera ver un poco más de humanidad en ese sentido y no siempre pensar en la política.

¿Esta resistencia ocurre desde el sector privado?

Ocurre más desde el sector privado, sí, absolutamente. Hay quienes se involucran pero hay otros que no quieren o que no van a decirlo públicamente.

En general, ¿cuál es la expectativa central de su gobierno respecto a la relación con El Salvador?

Estamos en un lugar mucho mejor. Cerramos la embajada en 2002 y la abrimos nuevamente en 2012, una ausencia de 10 años porque no tuvimos dinero. En mi opinión, tomamos una mala decisión en ese sentido. Abrimos nuevamente en 2012 pero después de 10 años es difícil recuperar ese tiempo. Ahora estamos en un lugar mucho mejor. Estamos hablando del sector de comercio, de cooperación bilateral… En casi todos los sectores estamos mejor que hace 3 o 5 años, por ejemplo. Podría ser mejor también, absolutamente, pero vemos una relación fuerte. Tenemos una embajadora en Londres muy buena, muy activa. Estamos trabajando con ella y su equipo en Londres para reactivar temas que no pudimos abordar anteriormente.

¿Cuál es su expectativa sobre los salvadoreños que han recibido becas de su gobierno para estudiar en el Reino Unido?

Es algo fundamental para nosotros. Es un gran orgullo presentar estas becas. Quisiera aumentar los números pero eso ya es una cuestión de dinero. Tenemos una relación larga entre El Salvador y el Reino Unido y esta es una manera de cómo podemos compartir nuestras ideas, nuestras ideologías y nuestros valores también.