La falta de control de las autoridades sobre las coheterías que funcionan de forma ilegal en El Salvador sigue causando muertos, lesionados y daños materiales. Esto debido a que al operar en la clandestinidad hace que las probabilidades de que ocurra un accidente sean mayores.
La demanda que tienen los juegos pirotécnicos -a pesar de los riesgos que corren quienes los elaboran y las personas que los compran- ha llevado a muchas familias a hacer de esta actividad un modo de ganarse la vida.
Las pandillas también han visto en estos negocios clandestinos una manera de lucrarse y han empezado a controlarlos. Así lo asegura Noé Ardón, delegado de Protección Civil de Ciudad Delgado.
Ese municipio, la noche del lunes, fue escenario de una nueva tragedia en la que dos hombres (un adulto y un adolescente) perdieron la vida y cuatro más sufrieron lesiones de gravedad mientras fabricaban morteros, los cuales es prohibido comercializar debido a su poder de destrucción.
En la última década, según registros periodísticos de El Diario de Hoy, las autoridades han registrado no menos de 15 explosiones en establecimientos donde se fabricaban cohetes sin tener una autorización para ello. El saldo: una decena de muertos y más de 30 lesionados, varios de ellos de gravedad.
La mayoría de estos inmuebles estaban situados en Ciudad Delgado, de acuerdo a los registros oficiales.
Ardón señala que actualmente funcionan ilegalmente en esa jurisdicción unas 17 coheterías y que casi todas están controladas por grupos delincuenciales.
La fuente no revela si es que los pandilleros se dedican a la elaboración de estos productos o si obligan a los propietarios de los mismos a entregarles mercadería en concepto de extorsión para luego venderla.
Este involucramiento que tienen los pandilleros con las coheterías ha dificultado el trabajo de prevención de Protección Civil, que dice haber detectado coheterías clandestinas en las colonias Julia, Rosas, La Milagrosa y Villatoro. También en la comunidad Santa Clementina y la Calle José Martí.
“Estos negocios se han mantenido en la clandestinidad, uno pasa por las calles y ve a las personas vendiendo y en ocasiones adentro tienen la fábrica”, dice Ardón, quien agrega que casi siempre ha sido a raíz de una explosión de estos establecimientos cuando ha quedado al descubierto que ahí se elaboraban productos pirotécnicos.
El funcionario explica que el Comité de Protección Civil, aunque sean coheterías ilegales, constantemente visita a los fabricantes de estos productos para concienciarlos sobre la necesidad de tomar medidas de protección al manipular la pólvora.
“Hay un detalle complicado: como autoridades intentamos apoyar, aunque el negocio sea ilegal; sin embargo tenemos información acerca de que las coheterías, en su mayoría, están en manos de pandilleros”, explica Ardón.
Por su parte, el Cuerpo de Bomberos señala que en Ciudad Delgado únicamente operan siete coheterías y cinco bodegas con el aval de esta institución.
“En una cohetería se evalúa que estén sectorizados todos los procesos, eso disminuye el impacto ante una emergencia”, manifiesta un delegado de la oficina de comunicaciones de Bomberos.
Respecto a la localización de estos negocios ilegales y la correspondiente aplicación de sanciones o decomisos de productos corresponde a la División de Armas y Explosivos de la Policía Nacional Civil (DAE), explica Bomberos.
Bomberos alega que parte de su función es prevenir tragedias pero no de sancionar como en este caso.