Pandilleros asesinan a policía y su familia en Santa Ana

La cónyuge del agente Walter Antonio Guardado Alfaro estaba embarazada. Es el policía número 40 asesinado en este año. En la zona del crimen operan pandillas pero el ministro de Seguridad dijo no puede atribuir el hecho a una estructura criminal.

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Por Edgardo Hernández/ Gerardo Orellana

01 November 2017

En un hecho que ha conmovido a la comunidad santaneca, presuntos pandilleros asesinaron a un policía que estaba en su día de descanso, a su esposa embarazada, la hija de ambos de apenas cuatro años y un sobrino.

La masacre fue cometida a las 8:00 de la noche del martes en el cantón El Cerro, en Coatepeque, Santa Ana, pero la escena no fue descubierta por las autoridades hasta ayer por la mañana.

El cadáver del agente Walter Antonio Guardado Alfaro, quien laboraba en el puesto de la colonia Sierra Morena, en Soyapango, fue encontrado en la finca San Rafael.

A un kilómetro y medio de distancia, en la finca Potosí, fueron hallados los cuerpos de su cónyuge, Maritza Ivonne Varela de Guardado, de 28 años; el de su hija Gissele, de cuatro años, y el de su sobrino David Esaú Joya Ruiz, de 25 años.

Algunos lugareños escucharon varios disparos cuando estaban por dormirse y alertaron a la Policía; un grupo de agentes se desplazó hasta el cantón para corroborar la información pero debido a que la zona es de difícil acceso no lograron dar con las víctimas.

La mañana del miércoles regresaron y descubrieron la dos escenas de homicidio.

Lugareños dicen haber encontrado a las 8 de la mañana los cadáveres de la esposa, la hija y el sobrino dentro del automóvil negro.

Luego las autoridades buscaron al agente, que hasta ese momento había sido reportado como privado de libertad. Una hora más tarde hallaron su cadáver.

El ministro de Justicia y Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, acompañado del subdirector de la Policía, Waldemar Flores, llegó a la escena del crimen. “El hecho es tan grave, tan lamentable, que incluye no solo un compañero de la institución, sino también a una menor”, dijo.

El reconocimiento de las escenas de homicidio se prolongó por más de seis horas.

En la primera escena se encontró un pick up negro, en el cual estaban los cuerpos de familiares del agente y de su pariente, mientras que en la segunda escena se encontraba el cuerpo del agente asesinado. Este se encontraba a un kilómetro de la primera escena.

Sobre cómo sucedieron los hechos se conoció que los autores del crimen habrían raptado al agente y luego de asesinarlo habrían atacado a la esposa, a la pequeña hija y al sobrino que se hallaba con ellas.

Fuentes policiales confirmaron que Guardado Alfaro fue reportado como privado de libertad cuando conducía un vehículo P-572068, Toyota Tacoma, pero que a las 10:55 de la mañana les confirmaba el oficial de servicio de Santa Ana que ya se había localizado el cuerpo del agente y los de tres parientes.

Según testimonios recogidos en lugar del homicidio, el agente Guardado Alfaro y sus tres parientes fueron atacados cuando se dirigían a Chalchuapa, donde se reunirían con otros familiares para ir a enflorar hoy a sus difuntos.

En la zona del homicidio los lugareños explicaron que la mayoría se dedica a la actividades agrícolas, específicamente a la corta del café, aunque dijeron hay presencia de pandillas y que vivir allí se ha vuelto difícil. En la zona se observa grafitis de la MS.

También explicaron que para cuidar a la juventud de estas estructuras criminales, los adultos salen a trabajar como jornaleros y los jóvenes se dedican a las tareas del hogar.

Informaron que en lo que va del año, cuatro personas han desaparecido del caserío Potosí, cuyos caminos son estrechos y de difícil acceso.

Pese a la evidente presencia de pandillas en la zona, el ministro Ramírez Landaverde indicó que no podía atribuir el cuádruple homicidio a las estructuras criminales.

No para ataque a policías

Con el caso del agente Guardado Alfaro, la cifra de policías asesinados en lo que va de este año asciende a 40.

La gran mayoría de las víctimas han sido atacados en sus días de descanso, y solo cuatro de ellos en enfrentamientos con presuntos mareros.

La mara Salvatrucha lanzó en abril pasado la primera de varias amenazas contra la Policía y militares, así como contra las familias de estos.

Solo en este año han sido asesinados 21 militares en distintas partes del país y más de 25 parientes de miembros de la Policía y de la Fuerza Armada, además de varios custodios de centros penitenciarios.

Las autoridades han dicho que se han incrementado las acciones de protección para policías y militares, pero estos siguen siendo atacados por presuntas estructuras de pandillas.

El director general de la PNC, Howard Cotto, ha dicho que para enfrentar estos ataques requieren de mayor presupuesto institucional.

Ramírez Landaverde explicó ayer en la subdelegación policial de El Congo que en 2013 fue el comienzo de los ataques contra agentes de la corporación por parte de grupos delincuenciales, y que ante esa situación se ha capacitado personal y han pedido mayor armamento.

“Debemos ser responsables y seguir investigando, determinar con claridad qué ha ocurrido para sacar una conclusión”, afirmó el funcionario al preguntarle sobre qué medidas se tomarán ahora que se ha atacado a un policía y a su familia.

Hasta el cierre de esta nota la Policía mantenía un amplio operativo y no se había reportado capturas de sospechosos de esta nueva masacre de una familia.

El número de homicidios en todo el país tampoco cesa, pese a que las autoridades policiales dicen que se tiene un 27% de reducción respecto al mismo periodo del año pasado (de enero a octubre).

Sin embargo, octubre cerró con más homicidios que el mes anterior. En total se registró 452 muertes violentas, lo que lo convierte en el mes del año más violento. (Ver detalles en nota aparte).

Dos capturados por el crimen de un soldado

La Policía capturó ayer a Herbert Alexander Hernández Sermeño (a) Sambumba, de 20 años, quien está acusado, junto a un menor de 16 años, de haber asesinado al soldado Wilber Enrique Machuca, de 21, quien se encontraba destacado en la Fuerza Aérea.

El hecho ocurrió el 21 de septiembre pasado en el cantón Chilata del municipio de San Julián, en Sonsonate, cuando se encontraba en casa de su abuela.

Al joven militar le dispararon en 17 ocasiones, pero de estos siete impactaron en su cuerpo, ya que este rodó para tratar de sobrevivir al ataque, según la Policía.

El soldado falleció cuando era trasladado hacia un centro asistencial en Sonsonate, ya que tenía lesiones de gravedad en el pecho y la espalda.

Las lesiones en el joven fueron provocadas con una pistola 9 milímetros.

Familiares contaron a El Diario de Hoy que Wilber soñaba desde niño con ser piloto de aviones pero que por la situación económica de su familia no pudo estudiar aviación y se alistó en el Ejército cuando cumplió los 18 años.