Smartmatic, cuestionada por fraude durante 13 años

La empresa que el Tribunal Supremo Electoral baraja para trasmitir resultados en las elecciones de marzo está bajo sospecha de fraude en varios países

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Por Luis Andrés Marroquín

22 October 2017

Un acertijo. El desempeño que tendría Smartmatic durante las elecciones para alcaldes y diputados en El Salvador en 2018 es toda una interrogante, como el hecho mismo si el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le confiará de una vez por todas a esta compañía el conteo y la transmisión de los votos, dada las polémicas en las que se ha visto involucrada la empresa desde su nacimiento. Un huracán.

El negocio electoral lo estrenó la compañía hace 13 años con el referéndum revocatorio en Venezuela, con la victoria del presidente Hugo Chávez, en medio de protestas por las supuestas irregularidades que se dieron en las votaciones.

Allí comenzó el crecimiento, expansión y las ganancias de la que es la única aspirante a participar en las elecciones que vienen en El Salvador, pero también fue el inicio de la nube negra que la viene acompañando hasta el día de hoy.

Un cable de la embajada de Estados Unidos en Caracas relaciona a Smartmatic con Hugo Chávez, creando la sospecha que el extinto mandatario venezolano era uno de sus mayores accionistas sino el dueño.

“(Smartmatic) pasó de ser una pequeña startup tecnológica a un importante actor en el mercado catapultado por su participación en el referendo revocatorio de agosto de 2004”, dice el informe estadounidense con fecha julio de 2006 y filtrado por WikiLeaks.

“Y ahí también se afirma que, aunque la empresa afirma tener origen estadounidense, “sus verdaderos dueños -probablemente miembros de la élite venezolana de diferentes afiliaciones políticas- permanecen ocultos detrás de una red de holdings en Holanda y Barbados”, según recoge BBC Mundo inglés en una nota de agosto de este año.

En esa oportunidad, la BBC titulaba su nota con “dónde surgió y qué hace Smartmatic, la empresa de votación electrónica que denunció la “manipulación” de la elección de la Constituyente en Venezuela”.

La cadena CNN en español, El Confidencial de España, páginas web como Efecto Cocuyo y El Político o blogueros de varios países escala global, vienen dándole seguimiento a las controversias y problemas en los que se ha metido todo este tiempo Smartmatic.

La compañía, que desmiente tajantemente que Hugo Chávez haya tenido participación accionaria, ha tomado parte de elecciones no solo en Venezuela, sino que también en Estados Unidos con las primarias del Partido Republicano en Utah en 2016 y este mismo año en elecciones generales en Filipinas y Uganda.

Lo que sucede es que en Venezuela toman parte de este tipo de procesos desde 2004 a 2017, este último año en el que se dio el divorcio con el régimen de Chávez que ha sido heredado por Nicolás Maduro.

El CEO y fundador de Smartmatic, Antonio Mujica, hizo una inesperada aparición desde Londres, sede actual de la empresa, para denunciar que “en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (en Venezuela) hubo manipulación del dato de participación” y dijo que no les cuadraban casi un millón de votos. Esos comicios se dieron el último domingo de julio de este año.

En las recientes elecciones de gobernadores en Venezuela, con mayoría a favor de los chavistas, cuando las encuestas decían lo contrario, el Consejo Nacional Electoral (CNE) indicaba que utilizó la tecnología de Smartmatic en el proceso, pero la empresa lo niega.

De hecho, la empresa de Mujica aprovechó para denunciar que el CNE le debe el pago por la prestación de sus productos, servicios y soporte técnico en las elecciones legislativas de 2015 y en la elección de la asamblea nacional constituyente fraudulenta de este año.

Con esta empresa es la de no acabar y ahora se viene el caso de las elecciones en El Salvador.

De entrada su posible nombramiento ha generado controversia porque el TSE dice que es la única que cumple con sus requerimientos y a los partidos políticos, entre otras instituciones, no les ha caído en gracia esa postura.

“Solo esperaría que el Tribunal Supremo (Electoral) no meta las patas”, resumió el sentir la diputada Jackeline Rivera, del FMLN.