Pastor Hipólito Navarrete tenía 46 años y se movilizaba en silla de ruedas.
A Navarrete lo asesinaron
junto a su esposa, Juana Roxana Ortega de Navarrete, de 43.
Los asesinatos se registraron la tarde del domingo en su casa de habitación situada en el cantón Conacaste, de Santa Clara, en San Vicente.
Pastor Hipólito y Juana Roxana forman parte de no menos diez casos de esposos que han sido asesinados en los últimos cuatro meses.
La mayoría de esos ataques a parejas sentimentales las ha atribuido a las pandillas la Policía.
En el ataque a los esposos Navarrete participaron no menos de cuatro hombres que, se presume, son pandilleros que llegaron a la vivienda de las víctimas.
Ellos le pidieron agua a la señora de Navarrete, pero cuando fue por ella, los criminales la acribillaron
a balazos, según fuentes fiscales.
En seguida, los individuos se dirigieron al corredor de la casa donde se encontraba Pastor Hipólito y lo asesinaron sin importarles que se trataba de una persona discapacitada.
El cuerpo de la señora de Navarrete quedó en el patio de la casa. Pastor Hipólito quedó en su silla de ruedas en el corredor.
Los esposos Navarrete recibieron múltiples disparos. Las autoridades fiscales y policiales no tienen información sobre las razones de este doble crimen.
Lamentablemente, los esposos Navarrete fueron parte de las más de 65 personas que murieron en hechos violentos entre el fin de semana y este lunes, y según las autoridades policiales, también son parte del incremento de
casos de esposos que han sido asesinados en octubre.
Por ejemplo, el cinco de octubre pasado, a Marta Alicia de la
Cruz Méndez, de 60 años; y a su compañero de vida José Mauricio Méndez Vela, de 55; los acribillaron a balazos en la colonia Montelimar de Olocuilta, en La Paz. Ellos tenían una tienda con lo que ganaban lo necesario para subsistir.
Pandilleros los asesinaron porque, supuestamente,
ellos creían de que la señora los había denunciado ante la Policía.
La mañana del 11 de octubre pasado, los cadáveres de los esposos Nelson Facundo Ramírez, de 39 años, y Priscila Sosa Mejía, de 32; fueron hallados enterrados en el patio de su casa, situada en la colonia Monte Víctor, de Ayutuxtepeque, en San Salvador.
La pareja había desaparecido varios días antes, luego de que la familia tratara infructuosamente de localizarlos. Ellos se dedicaban a la venta de artículos de plásticos en el centro de San Salvador.
Las primeras investigaciones apuntan a que pudo tratarse de un robo, ya que cuando los policías entraron a la casa, se encontraron con que las pertenencias de la pareja no estaban.
Otro caso que de esposos asesinados registrados este mes es el de un abogado y su esposa en la colonia Altos del Cerro, cerca de la colonia Amatepec, en Soyapango.
El abogado Ángel Alonso Merino Perla, de 63 años; y su esposa Rosa Elvira Flores Villatoro, de 54; fueron hallados en su vehículo. Ella competiría en las próximas elecciones para concejal de la alcaldía de Soyapango por el partido Demócrata Cristiano (PDC).
Aún se desconocen las razones de este doble crimen, según informó la Policía.
A los casos anteriores se les
suma el crimen de los esposos Elba Isela Renderos Reyes, de 38 años; y Nathanael Rodríguez, de 30, en San José Villanueva, La Libertad.
Un adolescente de 17 años, hijo de la pareja también fue asesinado; un niño de cinco años sobrevivió al ataque.
Las víctimas tenían una pupusería con la que se ganaban el sustento diario. Aunque no se tiene
claro las razones por las que fueron asesinados, las autoridades policiales no descartaron de que el triple homicidio esté relacionado a las extorsiones que exigen las pandillas.
Otro caso que conmovió y que ocurrió a principios de octubre fue el de dos esposos de la tercera edad acribillados a balazos cuando regresaban de vender verduras en el mercado de Soyapango.
Los asesinatos se registraron en la comunidad Montecristo, colonia Monteblanco, de Soyapango.
Fuentes policiales aseguraron que entre las motivaciones de los ataques contra parejas sentimentales es porque tenían algún negocio y se negaron a ser extorsionados. También plantean que pudieron haber tenido algún tipo de problemas con los pandilleros y éstos en represalias los habrían asesinado.
Otra de las posibles razones sería porque los pandilleros habrían creído de que las víctimas
los habían denunciado ante las autoridades policiales.
No podía faltar el hecho de que podrían tener algún familiar con vínculos con pandilla, según la Policía.