Sistema de escrutinio es vulnerable a fraudes, advierten especialistas

Las elecciones para alcaldes y diputados 2015 se convirtieron en las más largas, las más disputadas y las más cuestionadas. Ahora el temor estriba en que la historia se repita

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Por Gadiel Castillo

12 October 2017

A menos de cinco meses de realizarse las elecciones municipales y legislativas 2018, técnicos que conocen sobre el proceso de escrutinio señalaron una serie de debilidades en el mismo, que podrían vulnerar la limpieza de los resultados, sobre todo por la falta de tecnología adecuada.

Meses atrás, varias organizaciones de la sociedad civil -Aliados por la Democracia y Fundación Democracia, Transparencia y Justicia (DTJ), entre otras- mostraron su preocupación porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no usará tecnología en el escrutinio, tras el recorte de $14.1 millones para efectuar el proceso. Esto ha provocado también que solo se realice un simulacro de elecciones y no dos.

Según las instituciones, se puede prever un posible fraude en el proceso electoral, provocado por los cambios que ha sufrido el Plan General de Elecciones.

Pero el magistrado Fernando Argüello Téllez ha prometido que la misma noche de los comicios darán información preliminar de los escaños que tendrán los partidos políticos en la Asamblea Legislativa y sobre los concejos de las cabeceras más importantes.

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“La palabra fraude no existe en el glosario electoral”, aseguró Argüello.

Al respecto, su colega Miguel Ángel Cardoza agregó: “Ya no vamos a tener tecnología en mesa, es decir, que vamos a contar a mano; entonces tomemos las providencias del caso para que capacitemos antes y bien, para el buen manejo de las actas y que la gente pueda tener una experticia un poco más amplia y que podamos resolver ese problema en las mesas”.

Esos puntos donde se da la intervención humana son los que preocupan a los técnicos consultados, pues, según ellos, son los que pueden dañar la veracidad de la información.

No hay protocolo de custodia

Los especialistas, que pidieron no ser identificados, señalan como posible primer punto el riesgo en el traslado de las actas de votación, porque no hay un protocolo de custodia de las mismas.

“Cuando no existe un protocolo de custodia bien hecho donde van dos personas defendiendo el acta; uno, la puedo cambiar, se la puede anular, solo se hace una mancha y esa acta ya no sirve”, explicó un experto consultado.

Otro riesgo es en el momento en que estas actas llegan al centro de escaneo. “Se puede anular en el centro de escaneo, aquí también puede existir un cambio de actas, alteración y anulación”, advierten los expertos.

En los comicios 2015 para elegir alcaldes y diputados, el conteo en las mesas de votación ocasionó una serie de irregularidades, como votos de más, cifras que no concordaban entre lo plasmado en mesa y en las actas de escrutinio final, entre otros inconvenientes.

El Diario de Hoy reportó varios casos en los que los integrantes de las juntas receptoras de votos se habían quedado con un acta diferente a la que mostraba el acta escaneada que llegó al TSE, por ejemplo.

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“Errores” en procesamiento de datos

Un tercer punto de riesgo se puede dar cuando llega al Centro Nacional de Procesamiento Electoral (CNPRE), el sistema donde se reciben todas las actas electorales.

Los técnicos aseguran que es en este momento donde puede haber “error humano intencional o no intencional” al manipular las actas.

En este punto del escrutinio, luego del escaneo de actas, estas pasan a un sistema tecnológico que las descifra conocido como OCR/ICR.

La tecnología ICR proporciona a los sistemas de reproducción por escáner y sistemas de imágenes la habilidad de convertir letra manuscrita (no cursiva) en caracteres capaces de ser interpretados o reconocidos por una computadora.

Por otra parte, el sistema OCR convierte imágenes en letra de máquina, en caracteres capaces de ser interpretados o reconocidos por una computadora.

Si el resultado de estos sistemas da un 90 % de confiabilidad, es aprobado y pasa a la siguiente fase; de lo contrario, de salir con un 89 % pasa a mano de digitadores o “maquila”.

El proceso de maquila donde la intervención humana es necesaria da lugar a otro punto más de vulneración de los resultados.

“En esta parte, dos analistas revisan los datos; al analizar la información y ambos concuerdan, es aprobado; en caso contrario, pasa a un segundo grupo de digitadores”, explican.

Después del proceso de digitación de actas por parte de la “maquila”, se pasa a la etapa de procesamiento, en donde todas las actas aprobadas van al proceso de construcción de tendencias.

Según los especialistas, en este procesamiento de información puede dar paso a un “fraude” y explican que se puede crear una acumulación de votos para originar una tendencia favorable para un determinado partido.

Como quinto punto de riesgo los técnicos señalan la definición de tendencia, en la que con datos existentes se puede programar para falsear las estadísticas de votación. Esta operación la realiza la empresa que ha sido contratada para dar el servicio de conteo de la transmisión de los resultados electorales.