La búsqueda de Kathia, la quinceañera que desapareció el 1 de octubre en circunstancias sospechosas de un rancho de playa de San Diego, La Libertad, terminó el jueves al mediodía en la vivienda de su novio, Herbert Sosa Marín, de 27 años, informó la Fiscalía General de la República.
La adolescente fue localizada por policías y fiscales, en buen estado de salud, en una casa de la urbanización El Rosal, en el centro de Quezaltepeque. En el mismo lugar fue detenido Sosa Marín, empleado del área de mantenimiento de la Alcaldía de Santa Tecla, quien será acusado del delito de privación de libertad.
Tres horas después del operativo para dar con Kathia, fiscales del municipio de Zaragoza revelaron detalles acerca del caso que provocó conmoción entre la población, fue muy comentado en las redes sociales, estuvo en la agenda de diferentes medios de comunicación y llevó a los estudiantes y docentes del Colegio Adventista de Quezaltepeque a realizar jornadas de oración para que su compañera estuviera con vida y apareciera.
El padre y la madrastra de la menor edad denunciaron que el domingo 1 de octubre realizaron un viaje familiar a un rancho privado situado en la calle principal de la playa San Diego, para festejar el Día del Niño. Por la tarde, la adolescente fue al baño a cambiarse de ropa antes de marcharse a casa, pero ya no regresó.
FGR: Kathia escapó con novio voluntariamente
Nurya Campos, jefa fiscal de Zaragoza, reveló ayer que a través de cámaras de seguridad instaladas en ranchos de playa cercanos al inmuebleque ese día visitó la adolescente captaron el momento en que Sosa Marín llegó en un pick up recoger a Kathia, quien “por su libre voluntad” se marchó con él.
La delegada del Ministerio Público manifestó que, dos días después de que la muchacha fuera dada por perdida, las autoridades ya sabían que ella estaba con su novio.
También, días atrás, fuentes policiales manifestaron que algunos comerciantes instalados cerca del rancho de playa le contaron a los parientes de la estudiante que durante el día ella salió dos veces a la puerta, como que si estaba esperando a alguien.
A raíz de que las cámaras situaba a Sosa Marín en el lugar, empleados de la Fiscalía les mostraron fotografías del hombre a algunos lugareños de la playa San Diego, quienes reconocieron que era él con quien esa tarde se fue la muchacha.
Por esa razón, los fiscales y policías enfilaron la investigación hacia Sosa Marín. Así fueron como supieron que él reside en Quezaltepeque, que es primo de la madrastra de Kathia; que trabaja en la comuna de Santa Tecla y que el vehículo que utilizó para ir a traer a la menor de edad al rancho de playa se lo prestó un compañero de trabajo.
Las autoridades ubicaron el teléfono celular del imputado y descubrieron que las antenas telefónicas se activaban en los municipios de Quezaltepeque y San Juan Opico, lo que lo que los llevó a concluir que la adolescente podría estar viviendo con él. Así fue.
La fiscal informó que tras dar con el paradero de la adolescente y haber girado una orden administrativa contra su novio, este será acusado de privación de libertad, aunque ella haya aceptado escaparse con él voluntariamente. Este delito tiene una pena de cárcel de entre seis y 12 años.
Mientras que la jovencita será remitida al Instituto de Medicina Legal para que le realicen exámenes físicos y psicológicos. Dependiendo de los resultados que se obtengan, el Ministerio Público decidirá si hay otros delitos que se le deban atribuir al empleado municipal.
“Estamos hablando de una adolescente que tiene 15 años; aunque ella haya dado su consentimiento para irse con este joven estamos hablando de que existe un delito porque ella no está en la condición o capacidad de decidir dónde va a estar”, argumentó Campos.
Los progenitores no dijeron toda la verdad
Una de las dificultades que tuvieron las autoridades para encontrar a Kathia es que cuando sus padres acudieron a la Fiscalía y la Policía a reportarla como desaparecida omitieron algunos datos clave que ocasionaron retrasos en la investigación, según los fiscales del caso.
Las fuentes dijeron que el padre de la adolescente no les confió que ella tenía novio, sino que dijo que hacía unos cuatro meses había tenido una relación sentimental, pero desde entonces ya no había estado en contacto con esa persona. Sin embargo, una de las fiscales declaró que las indagaciones arrojaron que “esta relación (con Sosa Marín) no es de ahorita”.
Los parientes de la menor de edad tampoco dijeron que ella tenía redes sociales pero los investigadores descubrieron que ella tenía una cuenta de Facebook y que estaba activa.
Además, señalaron que después de que la estudiante fue encontrada en la casa de sus novio, ella le habría dicho a los fiscales y policías que había tomado la decisión de irse con él porque en su hogar recibía maltratos. Esta versión deberá ser investigada.
“Les hacemos un llamado a los padres para que cuando interpongan una denuncia digan la verdad, porque el padre no nos dijo todo”, sentenció Campos.
En reiteradas ocasiones, el director de la Policía, Howard Cotto, manifestó que a lo largo de la investigación no habían encontrado ningún indicio de que la menor de edad hubiera sido raptada y añadió que una de las hipótesis es que ella pudo haberse ido por su propia voluntad con alguna persona conocida.
Mientras que al preguntar a la Fiscalía por el avance de la investigación, los delegados manifestaban que no podían brindar información porque se le había puesto reserva al caso, para cuidar la integridad de la adolescente, y se limitaban a decir que la investigación iba “por buen camino”.