Custodios confirmaron los beneficios que recibieron durante la tregua

En Quezaltpeque, los reos estaban autorizados a utilizar celular por orden superior.

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Foto/ Archivo

Por Jaime López

10 August 2017

Varios custodios de Centros Penales confirmaron los beneficios que recibieron los pandilleros al amparo de la tregua, y revelaron más detalles, entre ellos los relacionados a la pornofiesta adentro del Centro Penal de Izalco, en Sonsonate, con motivo de la celebración del Día del Reo en septiembre de 2012.

La orden de grabar la fiesta con bailarinas desnudas que pasaron en el penal seis horas, y la supuesta orden del inspector general de Centros Penales para sustraer y destruir ese material. Además confirman la autorización para que los reos usaran sin restricción celulares adentro del penal, y el ingreso de Raúl Mijango y acompañantes, sin ningún control, a penales incluido el de máxima seguridad.

Estas y otras confesiones surgieron en el tercer día del juicio contra 18 imputados, entre ellos el exdirector general, Nelson Rauda, y el exmediador de la tregua entre las pandillas, Raúl Mijango.

El custodio, uno de los siete testigos “protegidos” que este miércoles ofrecieron sus declaraciones ante el Juez Antimafia de Sentencia “A”, relató que cuatro mujeres jóvenes llegaron al sector 1 del penal de Izalco en Sonsonate a ofrecer un show a los reos: pandilleros de la 18 Revolucionarios, y a sus familiares.

Afirmó que en esa época él estaba destacado en el Centro de Operaciones, Vigilancia y Monitoreo de Centros Penales (COM) un sistema que funciona en los 19 penales del país y que concentraba sus operaciones en las oficina centrales en San Salvador.

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Según el testigo, por orden del entonces director, José Adrián Abarca, le correspondió a él y a otro de sus compañeros custodios, tomar vídeo de “la fiesta bailable” entre pandilleros y sus familiares en el Día del Reo.

Afirmó que durante la fiesta, los internos formaron una rueda y bailaron alrededor de las mujeres, quienes fueron quitándose sus vestidos hasta quedar totalmente desnudas.

Ante este hecho, el testigo confesó que el exdirector Zepeda le ordenó que dos custodios filmaran la fiesta “porque bailaban cuatro mujeres desnudas”, no precisó quién autorizó el ingreso de las jóvenes.

A las preguntas de quién autorizó el ingreso de las jóvenes y que se presentaran de esa forma, el custodio dijo desconocer pero que en ese entonces fungía como director general, Nelson Rauda.

Solo recordó que la fiesta comenzó a las 10:00 de la mañana y terminó cerca de las 4:00 de la tarde.

Para no dejar rastro de esos vídeos, técnicos de la sede central del COM llegaron días después a Izalco por orden del inspector general, Anilber Rodríguez, para sustraer los vídeos sobre la pornofiesta, afirmó uno de los fiscales.

Añadió el fiscal que la instrucción en ese entonces fue retirar dichos equipos y posteriormente se les extrajo la información del mismo, y que eso fue corroborado por el jefe de Informática de la Dirección de Centros Penales.

Dicha información correspondía al Centro de Operaciones y Monitoreo del Penal de Izalco que tiene como función la grabación en vídeo e imagen de cumplimiento de todos los protocolos que se tienen que realizar, tanto a internos como visitas que llegan al recinto.

 

 

Ingreso sin control

Un segundo custodio del penal de Izalco también se presentó a la audiencia en caso tregua para dar sus aportes.

En su escasa participación, el testigo dijo que el exmediador de la tregua, Raúl Mijango y el subinspector de la PNC, Juan Roberto Castillo, así como otros acompañantes ingresaban al recinto sin pasar los controles de seguridad que exige la Ley Penitenciaria.

El agente afirmó que con frecuencia Mijango y compañía visitaba el penal y que ingresaba bolsas plásticas blancas, y que no permitían que fueran registradas como suele suceder con cualquier visita.

Libre uso de teléfonos

Otro de los testigos fue el exsubdirector de Seguridad del penal de Quezaltepeque, quien en sus declaraciones afirmó que una noche a inicios de 2013, observó a pandilleros de la 18 Sureños recluidos en ese lugar que hablaban por celular sin esconderse.

Preocupado por lo que había visto acudió al director del penal, Rafael Jiménez, y le informó lo sucedido. Si embargo, agregó, el director le dijo en esa ocasión que “haría las coordinaciones necesarias y tomarían las decisiones correspondientes”.

La sorpresa fue que días después, Jiménez le dijo que no había ningún problema, que los reos estaban autorizados por las autoridades superiores a utilizar sus celulares.

Aunque la respuesta de su superior le pareció extraña porque iba contra la ley, prefirió desentenderse del caso, para evitar correr la misma suerte del anterior director, que por haber decomisado los celulares a un grupo de mareros de ese mismo penal, el director general, Nelson Rauda lo mandó a llamar a su despacho para anunciarle que “por su deslealtad y por no cooperar en el proceso de la tregua” sería trasladado al penal de San Vicente.

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El abogado defensor de Nelson Rauda, Manuel Machado, cuestionó al subdirector de seguridad del penal de Quezaltepeque, por qué si observó que los internos cometían delito no ordenó que les decomisaran los artefactos, pues esas son sus atribuciones por ley.

En el penal de Cojutepeque, otro custodio en su condición de testigo, manifestó que entre 2010 y 2012 observó el ingreso de gran cantidad de televisores, en su mayoría plasmas y unidades de DVD que iban dirigidos a la población reclusa, pandilleros de la 18.

El testigo no precisó con qué autorización entraban esos aparatos al penal, tampoco profundizó en cuanto al tipo de uso que los reos daban a esos artefactos, solo afirmó que estos eran instalados en lugares accesibles.

A su juicio, consideró que el control de “los televisores dentro de un penal correspondía al director y a los equipos técnicos”.

En la mayoría de estos casos, los abogados defensores no interrogaron a los custodios.

 

Parte de los beneficios concedidos a las pandillas tras la tregua

Parte de los beneficios que el gobierno de Funes dio a los pandilleros por pactar la tregua, fueron confirmados ayer por agentes de seguridad que testificaron en el juicio que se celebra por este caso.

1. Traslado de cabecillas a cárcel menos rigurosas. Esto permitía comunicarse más fácilmente con contactos de su estructura en el exterior.

2. Se les organizaban fiestas en las cárceles. Estas podían durar días e incluían música en vivo y prostitutas.

3. Recibieron mejoras en instalaciones eléctricas, lo que les permitía hacer uso de calentadores de agua, televisores plasma, consolas de juego, tablets y celulares.

4.Uso de internet y cable. Los pandilleros podían conectarse a sus redes sociales, y habrían recibido al menos 300 celulares para contactarse con el exterior.

5. Tenían autorización para pedir comida rápida a domicilio, la que era introducida a los penales sin problemas.

6. Familiares tenían libre acceso a visitar a los pandilleros, sin restricción del número que podría entrar y sin importar parentesco con el reo.

7. Los internos podían tener visitas íntimas, y se les permitía tener relaciones con sus compañeras y esposas, y con otras mujeres.

8. Los cabecillas de pandillas utilizaban vehículos de la Policía y autobuses para asistir a las reuniones con los mediadores de la tregua, según reveló el fiscal.

9. Autoridades les permitían a los reos manejar las tiendas de los centros penales, en donde se habrían malversado $2 millones que finalmente tuvo que cancelar el Estado.

10. Se realizaron pagos y facilitaron privilegios a familiares cabecillas de pandillas; también los mediadores de la tregua recibían un sueldo de hasta 5 mil dólares.