Desde el 25 de abril la Fuerza Armada y las altas jefaturas de la Policía Nacional Civil fueron alertadas por sus divisiones de inteligencia que las pandillas habían advertido que recrudecerían los ataques contra militares, policías y custodios de centros penales.
A menos de un mes esas amenazas dejaron de ser simples rumores como dijeron las autoridades, pues ya cobraron la vida de al menos ocho parientes de agentes policiales y dos del Ejército.
Sólo del viernes a lunes, las pandillas han asesinado a cuatro familiares de policía, siendo los últimos dos hechos, el homicidio en contra del padre de un cabo policial en San Emigdio, La Paz, la noche del domingo en momentos que se encontraba en su casa.
Este lunes, la escalada siguió, la prima de otro agente fue ultimada por pandilleros en barrio El Centro en Guatajiagua, Morazán.
Según un informe enviado por el comando Zeus y proveniente de Inteligencia de la Fuerza Armada, “los cabecillas de la MS-13 giraron órdenes a sus miembros para que ejecuten el plan Lágrimas Amargas” en contra de efectivos de la institución castrense, Policía Nacional Civil y Centros Penales.
La medida implica un incremento en los asesinatos de policías, militares y custodios por ese simple hecho.
Pero además, las pandillas ordenaron a sus compinches que a partir del 17 junio, se pusiera en marcha el plan “Niños Huérfanos contra los mismos objetivos (autoridades) y sus familiares”.
Frente a esta amenaza , el llamado a todos los comandantes del Ejército era alertar al personal al mando de cada jefe y reforzar las medidas de seguridad de ellos con el propósito de evitar más víctimas por esta causa.
Cuando circuló esa alerta del Comando Zeus, a los días se dio el asesinato de un militar administrativo, su cuerpo fue desmembrado y dejado en varias bolsas plásticas en Las Cañas, Ilopango.
Días después, el ministro de Defensa, David Munguía Payés negó que ese caso fuera un mensaje que las maras estaban enviando a las autoridades, pero en los últimos días, las maras han demostrado que no estaban jugando ni que eran rumores.
El ministro de Defensa negó que el ataque al militar administrativo retirado, llevara implícito el mensaje de terror de los pandilleros.
El director de la Policía, Howard Cotto dijo que no había ni siquiera certeza de que ese mensaje de supuestas amenazas proviniera de las pandillas.
Pero verdad o ficción, lo cierto es que las maras han incrementado los ataques contra familiares de Policía desde mayo.
Para el exagente de la Policía, Marvin Reyes y secretario del Movimiento de Trabajadores de la Policía, la ola de asesinatos contra parientes de agentes policiales no son hechos aislados porque reviste ciertas coincidencias como el hecho de ocurren en momentos que el Presidente de la República ha dicho que hay que presionar a la Asamblea Legislativa para la aprobación de los préstamos internacionales.
El dirigente policial afirmó que estos hechos no pareciera normales, hay una intención de que la vulneración de los agentes se haga palpable.
Anteriormente, se detectó que siempre que se van a solicitar préstamos internacionales para cubrir necesidades de seguridad pública, empieza la ola de asesinatos en contra del personal y de la familia, “luego aparecen presionando a la Asamblea Legislativa para que apruebe los préstamos, se ve una intención de utilizar ese método de atentar en contra de sus miembros y familiares para presionar por el favorecimiento que necesite el gobierno”, sostuvo.
Eso se vio cuando el Ejecutivo presionaba por la emisión de bonos por 154 millones de dólares que justo en ese tiempo arreciaron los ataques contra los policías y sus familiares.
“Esa situación es reprochable si es que están actuando de manera sádica, porque no es justo que estén jugando con la sangre del pueblo y mucho menos de los trabajadores policiales y sus familias, es de lo más vil porque no les interesa que mueran gente con tal que les cumplan sus propuestas, es una situación muy preocupante”, afirmó Reyes.
“Estos casos no se pueden decir que son hechos aislados, son acciones premeditadas encaminadas a ese fin”, puntualizó Reyes.
Además que se haya puesto en marcha una medida interna en la Corporación para restringir que los agentes se lleven el arma de equipo a sus casas cuando salen de licencia y que para hacer uso de la misma fuera de su horario de trabajo, deben someterse a un examen psicológico que consta de responder un tes de 500 preguntas.
“Deben hacer una solicitud, casi rogándole al jefe del puesto, subdelegación o delegación para que les permita llevarse el arma a su casas”, explicó.
También sucede que la Corporación ha endurecido las medidas disciplinarias contra el nivel básico, en el sentido de inventariar o enlistar a los policías que tienen motocicletas y vehículos personales con número de placas.
Varios agentes para movilizarse de su trabajo han comprado una moto y no cuentan con licencia, a quienes les han impuesto numerosas esquelas en retenes policiales por orden superior, asegura Reyes.
Además les han decomisado los vehículos alegando que no cumplen los requisitos legales. “Porqué no negocia con el VMT para que legalicen su situación con ciertos beneficios tomando en cuenta su condición de servidores públicos”, afirmó el agremiado.
Algunos policías por temor ha que le decomisen sus vehículos los guardan en parqueos públicos o los dejan lejos de donde trabajan.
Otras circunstancia es la medida de eliminación del uso del gorro navarone a los policías como una medida de percusión frente al acecho de las maras.
Cotto en los últimos días ha negado que se haya oficializado la prohibición del uso del gorros pasamontañas, lo que se está estudiando, afirma el director, es que se va a hacer un análisis para determinar el uso racional de esa protección, alegando que muchos asesinatos son cometidos por sujetos con ese mismo encubrimiento y aduciendo que son policías o militares.
A juicio del director de la Corporación no todos los policías deben esconder su rostro, pese a que estén en la mira de las pandillas.
El agremiado policial denunció que ni el ministro de Justicia, Mauricio Ramírez Landaverde, ni el director de la Policía Nacional Civil, Howard Cotto estén ejecutando algún plan de protección a policías frente esta nueva escalada.
Frente a los ataques de los que están siendo víctimas los agentes y sus familias, el personal básico de la Corporación ha mostrado su descontento en redes sociales desde el domingo por la noche .
Los policías han pedido al director de la Policía que inicie un plan de protección para ellos y sus familias.