CEL sigue invirtiendo basado en supuestos irreales

El periodista Paolo Lüers hace un análisis sobre el futuro energético del país y comenta las respuestas que sobre el tema le dio el presidente de CEL, David López Villafuerte.

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Presa El Chaparral.

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22 January 2017

El tema es el futuro energético del país. De las decisiones que hoy se tomen, dependen el futuro crecimiento económico y la competitividad de nuestro sector productivo. En la entrevista que David López, el presidente de CEL bajo la administración del segundo gobierno del FMLN, concedió a El Diario de Hoy, queda claro que la actual política de inversiones en energía hidroeléctrica está basada en 4 supuestos: 

1) Que la vida útil de sus megaproyectos (ampliación de la 5 de Noviembre y presa El Chaparral) será de 100 años, cuando expertos e ingenieros con mucha experiencia en CEL y los estudios de factibilidad hablan de 50 años. Los expertos señalan que la vida útil de una presa no solo depende de las máquinas de generación, sino en gran parte del estado del embalse y el azolve (la acumulación de sedimento).

2) Que se acabaron los inviernos secos y vamos a entrar en una época de mucha lluvia, cuando en la industria hidroeléctrica es una regla hacer los cálculos de rentabilidad considerando hidrología seca, o sea sobre caudales bajos de los ríos. Así los cálculos serían confiables, y si hay más lluvias es ganancia extra.

3) Que en proyectos públicos, que responden a un interés nacional, no es requerido que las inversiones se recuperen en los plazos que estipulan los inversionistas privados. López dice que incluso son “rentables” cuando no se recupera la inversión, con tal que respondan al interés público. Con esta filosofía, David López justifica el hecho de que ambos proyectos hidroeléctricos cuestan a la CEL muchísimo más que lo que deberían según los estudios de factibilidad para ser rentables: en el caso de la 5 de Noviembre 200 millones, en vez de 133 millones de dólares definidos en los estudios de factibilidad como límite de rentabilidad; y en El Chaparral 416 millones, en vez del límite de 98 millones (en un segundo estudio 140 millones). Esta filosofía de “somos Estado y hacemos otros números que los privados que solo piensan en ganancias” la rechaza Guillermo Sol Bang, presidente de la CEL de 1993 a 2004: “Este argumento de David López es válido para proyectos por ejemplo del MOP, que son pagados por fondos del Estado. Pero la CEL es una autónoma que por ley tiene que costearse con ingresos propios y tiene que calcular sus inversiones de la manera que pueda competir con todos los demás generadores de electricidad, incluyendo los privados. Esto es un mandato de la Ley General de Electricidad.”

4) Que la CEL produce excedentes mucho más altos y por tanto recupera su inversión, debido a que tiene gran capacidad técnica interna y costos operativos muy bajos. En el caso de la ampliación de la 5 de Noviembre, López dice que va a recuperar los 200 millones invertidos en un máximo de 15 años. Significa recuperar cada año 13.33 millones. Incluso si por las buenas lluvias produjera más energía que se refleje en ventas anuales de 15 millones, él está calculando utilidades de más de casi 90% sobre sus ingresos. Según los técnicos con mucha experiencia en la CEL consultados, esto es “un supuesto técnico con implicaciones económicas y financieras imposibles en esta industria y no toma en cuenta los mantenimientos y los ‘overhaul’ que tienen que ejecutarse periódicamente. Tampoco toma en cuenta los costos financieros de la deuda que la CEL tendrá que pagar a la banca.”

CUENTAS ALEGRES

Resultado de esto 4 supuestos poco realistas, el presidente actual de CEL hace lo que Sol Bang llama “cuentas alegres”: va a llover mucho más, el caudal del rio va a aumentar, vamos a generar más energía, las utilidades van a ser mucho más altas, y vamos a recuperar las inversiones, incluso “si costaran mil millones”. Calcular e invertir así, según Guillermo Sol Bang, “lleva a la CEL a un manejo financiero irresponsable, con proyectos que son demasiado caros para ser rentables, y sin aumentar su capacidad de generar energía. La única manera de recuperar sus inversiones sería encarecer el precio de la energía al consumidor final y a la industria, lo que haría un grave daño al país. La CEL y LaGeo tienen por misión producir energía competitiva y barata. Además la CEL se quedará sin capacidad de hacer las inversiones que realmente necesita el país.”

Según los profesionales con larga experiencia en CEL consultados (que pidieron no ser identificados), aparte de los supuestos irreales, los planteamientos de López también están basados en datos no verídicos. Dos ejemplos: 

• Es falsa la afirmación de López que “la 5 de noviembre siempre ha tenido exceso de agua y la tuvo que botar”, para justificar la instalación de una nueva turbina. Según los técnicos, esto sólo es el caso en un lapso corto de no más de 3 meses del año, en caso que el clima favorezca. Esta afirmación coincide con lo documentado en la página web de la Unidad de Transacciones (UT).

•Es irresponsable la afirmación de López que El Chaparral será terminado en 14 meses y estará produciendo energía en el invierno del 2018. Según los expertos, “es técnicamente imposible en ese tiempo construir el dique y el llenado del embalse, lo que implica terminar las gestiones de compra de terrenos y su limpieza; reubicar a las familias afectadas; hacer las obras ambientales, que incluyen puentes y carreteras, rescate de sitios culturales y especies naturales, entre otros…”

CHOQUES CON LAS LEYES

También expertos consultados se sorprenden de la afirmación de David López de que los estudios ambientales para la nueva ubicación del dique de El Chaparral “ya están, se hizo, lo hicimos nosotros, no contratamos, nos sentamos con el Ministerio de Medio Ambiente” chocan con el espíritu del artículo 23 de la ley Ambiental que ordena que dichos estudios tienen que ser preparados por empresas o personas registradas en el Ministerio como prestadores de servicios ambientales; y para las contrataciones se debe cumplir la LACAP. Resulta curioso que el MARN no haya requerido un nuevo Estudio Ambiental, lo cual podría ser parte de investigación por los entes competentes. 

También los técnicos señalan varios incumplimientos con la LACAP, por ejemplo cuando el presidente de CEL dice que en el proyecto El Chaparral “anularon los supervisores externos” y la supervisión la asumieron técnicos internos de la CEL en coordinación con el ICE de Costa Rica. Precisamente la LACAP no faculta esto, ya que entidades como el ICE (la empresa estatal de energía de Costa Rica) o CASALCO (la Cámara de Construcción) no pueden ser contratadas mediante la figura de “convenio” para asumir funciones de diseño o supervisión. Estos contratos tendrían que pasar por licitaciones. En el caso de CASALCO podrían existir conflictos de intereses, en caso que contraten empresas miembros de esta gremial o vinculadas a sus directivos y que hayan tenido ventaja competitiva al conocer las bases de las licitaciones con anterioridad a ser publicadas.

En la entrevista, el presidente actual se desmarca claramente de las gestiones anteriores y sus decisiones, que según él han sido no basadas en argumentos técnicos, sino políticos en varios casos, por ejemplo, en el caso del arreglo directo con ASTALDI, en la administración presidencial de Mauricio Funes. Con este arreglo, la CEL pagó 108.5 millones a ASTALDI, en contra de las consideraciones de los técnicos y del coordinador del proyecto. López tampoco menciona que él ha sido miembro de las Juntas Directivas que han tomado estas decisiones. El arreglo directo no lo pidió Astaldi, lo pidió el entonces presidente de CEL, Leopoldo Samour, con posterior ratificación de la Junta Directiva, de la cual formaba parte David López.

López critica fuertemente la actuación de la empresa Intertechne, que según él condujo a CEL a tomar decisiones erradas. Por esto la sacó de la supervisión de los proyectos El Chaparral y 5 de Noviembre, pero no menciona que esta empresa fue contratada por órdenes directas de Mauricio Funes.

Un tema central en la argumentación de David López es lo que llama “el error de la CEL” de no haber hecho todas las perforaciones antes de adjudicar a ASTALDI la construcción de El Chaparral. Estas perforaciones se suspendieron, luego de que cuadros del FMLN organizaron movilizaciones “populares” en contra del proyecto, que incluso llegaron a la destrucción de las muestras geológicas almacenadas en bodega. López no menciona el hecho que Mauricio Funes ordenó contratar un peritaje técnico, donde aparentemente la firma consultora Novotec concluyó que las perforaciones hechas por JPower y posteriormente por Intertechne (período de Tony Saca) fueron suficientes. Sería sano para la CEL hacer público dicho informe. 

En general se puede afirmar que el FMLN no ha tenido una política clara y responsable en cuanto a las inversiones de CEL en la energía hidroeléctrica. Es una de las explicaciones para la inusual explosión de costos del proyecto El Chaparral. Y el actual presidente de CEL, aunque con mucho énfasis se desmarca de las anteriores administraciones bajo la presidencia de Funes, no ha desarrollado conceptos alternativos que garanticen mayor generación a precios bajos, que es lo que el país demanda.