La reforestación reduce el impacto de cambio climático

Preparar arbolitos de especies adecuadas a las condiciones de cada terreno, es una forma de prepararse a reforestar, al iniciar las lluvias.

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El  adecuado manejo de los ejemplares antes de la siembra

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02 January 2017

Cada árbol sembrado es una barrera para detener daños al ecosistema: Se protegen mantos acuíferos, se reduce la erosión, genera alimentos y madera y sirve de hábitat a otras especies animales y vegetales.

Contar con las maravillas que representa la existencia de las plantas en nuestro ecosistema, especialmente al realizar cultivares adecuados y apropiados para cada lugar, es una manera de mejorar las condiciones de vida de las actuales y futuras generaciones.

Entre las bondades mas evidentes que recibimos de las plantas tenemos que son los filtros naturales para purificar  el aire, al recibir el CO2, quedarse con el carbono  y brindarnos el oxígeno que respiramos, convirtiéndose así en máquinas de fabricar oxígeno y reservorio de carbono.

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Los árboles son los canales naturales que tiene el agua lluvia para infiltrarse al subsuelo y luego surgir como manantiales, enriqueciendo el nivel freático y fortaleciendo nuestros cultivares.

Los árboles y plantas son el sistema natural para evitar la erosión, evitan la perdida de tierra fértil y reduce los riesgo de inundaciones y azolvamiento de las presas hidroeléctricas. Los árboles brindan madera, frutas, paisajes atractivos, rompen los termales generan microclimas agradables y saludables. 

Son hábitat para la mayor parte de la vida silvestre, son la fuente de energía  para mucha actividad doméstica.

Un bosque es símbolo de vida y un desierto, símbolo de muerte.

Por ello se debe conservar  y generar la existencia de árboles, a través de acciones de reforestación. 

En función de este panorama, el Instituto San Andrés y el Vivero San Andrés, ofrecen asesoría gratis para realizar cultivares de forestales, frutales, ornamentales, cubre suelos, aromáticas, medicinales o forrajeras.

 Al adquirir los ejemplares en estas instituciones, los clientes colaboran a la educación de jóvenes, ya que  parte de los fondos obtenidos de la venta de plantas, se destinan a becas a los alumnos de los bachilleratos agropecuario, en salud, turismo y comercial en el Instituto San Andrés.

El vivero cuenta con más de 300 especies de árboles y plantas y se hace énfasis en recuperar especies en extinción como el cincho, nogal, chaperno, guaje, nacascol, quebracho, ojushte, palo de pan, tempisque.

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Además ofrece cacao, palmeras, volador, brazil, pito, carreto, chaquiro, polyaltas, terminalia africana, lea, duranta, canecillo, pepeto, cedro, caoba, dracaena, castaño, zapote, guanabo, guaycume, zapotillo, copinol, llama del bosque, jacaranda, mangos, sunza, etc.

Mucho se habla del cambio climático, porque es una realidad. La ecología es un buen negocio, pues es mejor venderle a la gente saludable que a la gente enferma.

Los conflictos por el agua y los alimentos se viven en diferentes países y en alguna medida afectarán a El Salvador, donde ya se ha padecido por la falta de granos básicos.

Todo proyecto puede incluir la siembra de árboles. Incluso para los constructores, el paisajismo es un factor de éxito en todo proyecto urbanístico, sin importar el lugar o topografía donde se realice.

Los agricultores viven más que nadie las bondades de plantar árboles o las consecuencias de no hacerlo.

En la industria de la farmacia, es óptimo fomentar la investigación en la medicina genérica y la ancestral.

En cada comunidades se puede estimular el paisajismo y los jardines comestibles.

Además, en el área industrial, se puede aprovechar la vegetación filtro como sensiveria, palmera areca, el izote.

Este modelo de reforestación para las especies más adecuadas en cada lugar, es una alternativa para fortalecer la conservación ecológica, la seguridad alimentaria y el capital humano.