Un deslizamiento de tierra y rocas en kilómetro 20 de la carretera Panamericana, a la altura del balneario Los Chorros, que conduce de San Salvador al hacia el occidente, generó un enorme embotellamiento de vehículos pesados y particulares.
El derrumbe fue provocado por la ruptura de la malla metálica que sostenía las toneladas de roca y tierra.
El Fondo Vial (Fovial) tenía identificado el peligro en esta zona desde hace un mes, según dijo Emerson Roca, administrador de la red vial de la institución.
“El punto de riesgo lo teníamos identificado desde hace un mes y ya estamos trabajando en el diseño de obras de protección para eliminar el peligro”, dijo.
El deslizamiento fue provocado por filtraciones de agua, humedad y vibraciones del tránsito vehicular, fenómeno que causó la desestabilización de tierra y piedras.
Ambos carriles quedaron completamente cerrados impidiendo el paso. Sin embargo, de forma inmediata trabajadores del Ministerio de Obras Públicas (MOP) se hicieron presente al lugar para habilitar una de las vías.
Según el director de Fovial, Felipe Rivas, los trabajos consistieron en el retiro de tierra del carril y el desplazamiento de rocas que quedaron flojas en la parte superior e inferior de la maya que no se reventó.
El derrumbe se produjo a las 4:30 de la madrugada, y desde esa hora hasta las seis de la mañana el paso vehicular fue complicado en el carril que va hacia el occidente.
“Se empezará con trabajos de limpieza del muro de contención en horas no hábiles para no afectar a los automovilistas”, informó.
En el resto de la semana cuadrillas del MOP estarán trabajando de 8 de la noche a 4 de la mañana en el retiro de piedras que aún se encuentran flojas para evitar más derrumbes y otro tipo de tragedias.
También se sustituirá la malla ciclón por una nueva, ya que la actual está deteriorada, dijo el director del Fovial.
El muro de contención y la malla ciclón, colocada después de los terremotos de enero y febrero de 2001, son los únicos objetos que pueden prevenir que rocas caigan a la carretera.
Roque aseguró que los trabajos tardarían entre dos o tres meses.
Las obras en la carretera
A partir de anoche personal de Fovial empezó a trabajar en la zona de riesgo. Según Rivas, entre las medidas que se implementarán en los próximos días está el cierre de un carril para colocar maquinaria y empezar a dinamitar rocas de gran tamaño que están en la parte superior.
También restringirán la velocidad a automovilista a 40 kilómetros por hora para reducir la vibración en el lugar, puesto que con fuertes movimientos o un sismo podría ocurrir nuevos derrumbes.
“Tomaremos medidas de precaución y de seguridad para evitar posibles accidentes”, afirmó.
Después se implementará el diseño de precaución permanente, en el cual están trabajando actualmente las autoridades. En este plan se seguirá reemplanzando la malla de protección en todo el sector de la carretera de Los Chorros, pavimentación de algunas zonas y reforzamiento del muro de contención.
Rivas aseguró que estas actividades aún no tienen fecha de inicio, pero se tratará de implementarlas lo antes posible para evitar accidentes.
No se tiene el tiempo estimado en la ejecución de la obra, aunque se prevé que sea necesario trabajar en horas diurnas, en ese caso se optaría por cerrar un carril.
Más congestionamiento por marcha
Las protesta que realizó la comunidad El Zompopo, del cantón Cutumay Camones de Santa Ana, causó grandes embotellamientos en la Alameda Juan Pablo Segundo, a la altura de la alcaldía capitalina.
El congestionamiento duró cerca de dos horas y todas las calles aledañas resultaron afectadas por el tráfico.
Antonio Soriano, que conducía su vehículo particular, aseguró que tenía más de 45 minutos de estar esperando a que habililitaran el paso.
“Ya tengo ratos de estar acá, voy a llegar bien tarde a mi trabajo y de por gusto porque uno no tiene la culpa”, se quejó el conductor.
Los habitantes la comunidad protestaron para exigir al Ministerio de Medio Ambiente el cierre definitivo del relleno sanitario ubicado cerca de sus viviendas, ya que consideran es un foco de infección para las familias de la zona.
“Desde 2011 estamos pidiendo el cierre de ese basurero porque eso nos trae enfermedades, ya no nos podemos bañar en las quebradas porque el agua lleva basura”, explicó Adonay Mendoza, miembro de la Coordinadora de Medio Ambiente.
La marcha terminó en la Corte Suprema de Justicia, en donde la comunidad interpuso una demanda para que sea por la vía judicial que cierre el relleno sanitario.
En diversas ocasiones la comunidad ha protestado; pero el MARN ha dicho que el relleno puede seguir operando.