La conquista de los reinos K’iche’s y Kakchiqueles

En mayo de 1521, Hernán Cortés contratacó a Tenochtitlán con mil soldados españoles y unos 100 mil aliados indígenas. Tres meses duraron los combates. La capital imperial azteca sucumbió el 13 de agosto de 1521.

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Elaborado hacia 1530 por miembros del pueblo nahua quahquechollano

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14 May 2016

Pocos meses más tarde, algunos indígenas aliados de Cortés llegaron en misión de exploración al Soconusco, en Chiapas, donde tuvieron ocasión de reunirse con emisarios de los reinos mayas de Iximché y Q’umarkaj. Al recibir el informe de ese encuentro, Cortés decidió enviar a Pedro de Alvarado y Contreras al frente 180 hombres montados en sus caballos, 300 soldados equipados con ballestas, arcabuces, 4 cañones y varios miles de guerreros procedentes de Tenochtitlan, Tlaxcala, Cholula, Aculhuaca, Quahquechollan y otras poblaciones.

En su avance por la zona de la costa del Pacífico, aquella tropa sólo encontró oposición militar frente al río Samalá, por parte de tropas del reino k’iche’. El 8 de febrero de 1524 tuvo lugar la batalla de Xetulul o Zapotitlán. Una vez derrotada aquella fuerza, el siguiente objetivo fue la toma de una de las ciudades importantes del reino, llamada Xelajú o Quetzaltenango, la cual fue desalojada por sus moradores antes de la llegada de la tropa invasora. En las escaramuzas sostenidas antes de llegar a ella murieron, al menos, cuatro nobles, entre ellos Tecún Umán. Esa batalla, como otras, quedaron consignadas con todo detalle y color mediante los ideogramas del enorme Lienzo de Quahquechollan, elaborado hacia el año 1530 y custodiado en la actualidad en el Museo del Alfeñique, en la ciudad mexicana de Puebla.

El 18 de febrero se libró una nueva batalla de grandes dimensiones en el valle de Olintepeque, en la que fue derrotado el ejército k’iche’, que se vio forzado a suscribir la paz y a pagar fuertes tributos. Por eso, la tropa de Alvarado y Contreras se dirigió a Q’umarkaj o Utatlán Tecpán, la capital del pueblo k’iche’ y se instaló con sus miles de soldados fuera del perímetro, temeroso de que se les pudiera emboscar en las estrechas calles de la localidad y sufrir muchos muertos y heridos entre sus tropas y sus animales de combate.

Fue en ese campamento donde el capitán español y su alto mando recibieron a los reyes Oxib-Keh y Beleheb-Tzy, varones a los que capturó y ordenó fueran quemados vivos, antes de proceder al asalto e incineración completa de Q’umarkaj. Después, mediante emisarios, hizo llegar una serie de comunicaciones a la ciudad capital Iximché, para lograr una alianza estratégica con los gobernantes y soldados kakchiqueles y así poder derrotar al resto del ejército k’iche’. Como lo dejaron consignado en su libro “Memorial de Tecpán Atitlán. Anales de los kakchiqueles”, ellos se unieron con 400 hombres a esa empresa de conquista, la cual fue narrada por el propio Alvarado y Contreras en cuatro cartas que le remitió a su jefe Hernán Cortés.

Tras la derrota completa del pueblo k’iche’, los españoles y sus auxiliares llegaron ante la corte del Belehe Qat y Cahi Imox, los señores kakchiqueles de Iximché, de donde siguieron sus misiones militares en las riberas del lago de Atitlán, la capital tzu’tujil Tecpán Atitlán y las localidades nahuas del reino de Izcuintepeque o Panatacat (su nombre en la lengua kakchiquel), aunque también era conocido como Atlacatl, Atácat o Atagat (hoy Escuintla). Todos fueron operativos de gran envergadura, que duraron desde mediados de abril hasta fines de julio de 1524 y en los que los españoles desplegaron muchas de sus estrategias de caballería, infantería y artillería, para así poder derrotar a los miles de indígenas que les presentaron resistencia en algunos caminos y valles por los que atravesaron para ir de un poblado a otro.

En muchas de esas acciones, el Lienzo de Quahquechollan revela que hubo presencia de algunos soldados africanos -ataviados con sus trajes y lanzas-, así como indígenas equipados con espadas castellanas, quizá elaboradas en Toledo y que fueron recicladas a partir de las que dejaban los españoles caídos en combate. 

El 27 de julio de 1524, el capitán Pedro de Alvarado y Contreras declaró que Iximché se convertía, a partir de ese momento, en la villa de Santiago de los Caballeros de Guatemala, con lo que quedaba abolido el nombre original kakchiquel y se le sustituía por el topónimo nahua Quauhtemallan. Pocas semanas más tarde, delegaciones de nobles provenientes de diversos pueblos de la costa sur llegaban ante los conquistadores y les ofrecían informes verbales de una tierra de joyas y preseas que quedaba a unas leguas hacia el oriente. Aquel pequeño pero fértil reino, empotrado entre volcanes, valles y ríos, recibía el nombre nahua de Cuzcatán o Cuzcatlán.

Para saber más

-Escalante Arce, Pedro. “Los tlaxcaltecas en Centroamérica” (San Salvador, 2001).

-Thomas, Hugh. “Quién es quién de los conquistadores” (diccionario, Barcelona, 2001).

-“El imperio español. De Colón a Magallanes” (Barcelona, 2003).-“El imperio español de Carlos V” (Barcelona, 2010).

-“Rivers of Gold. The Rise of the Spanish Empire” (Londres, 2013).

-“Conquest: Cortés, Montezuma, and the Fall of Old Mexico” (New York, 2013).

- Vallejo García-Hevia, José María. “Juicio a un conquistador. Pedro de Alvarado: su proceso de residencia en Guatemala, 1536-1538” (Madrid, 2008, dos tomos).