Gobierno: “Fomilenio II será más riguroso”

El programa hará asocios público-privados y apalancará inversiones.

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Fomilenio II dio inicio en septiembre del año pasado. Su objetivo es mejorar el clima de inversión y facilitar los trámites.

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11 April 2016

El Fondo del Milenio (Fomilenio II) quiere evitar los errores que se cometieron en el primer compacto. 

En el Fomilenio I, se creyó que con solo construir una carretera en la zona norte del país se crearía un boom comercial que mejoraría la vida de las familias de esa zona.

Además se entregaron créditos a micro y pequeños empresarios para que éstos echaran a andar sus negocios. 

Pero la realidad pegó fuerte, y la Secretaría Técnica reconoció que muchos de estos planes no lograron su objetivo.

Y por experiencias como las que atraviesan hoy pequeños empresarios que lo han perdido todo es que se formularon nuevas bases para Fomilenio II, que si bien comparte el nombre con el primer compacto de ayuda estadounidense, no tiene relación con el anterior. 

Para comenzar, su diseño es totalmente diferente al programa estadounidense anterior, y sus áreas de operación también serán distintas de las que se implementaron antes. 

Salomé Martínez, asesora de la Secretaría Técnica de la Presidencia y miembro suplente de Fomilenio II, asegura que en este nuevo programa no se retomaron los créditos porque “no funcionó”, con el primero. 

“Fomilenio I no es lo mismo que Fomilenio II. Son totalmente diferentes en sus objetivos y ejecución”, señaló. 

Martínez asegura en el primer compacto de $461 millones el objetivo era colocar dinero y construir una carretera que se pensó que por sí sola atraería inversión y desarrollo para la zona norte del país. 

“En Fomilenio II lo que estamos buscando es dar un estímulo para que el inversionista haga lo propio”, señaló.

Si un grupo de empresarios requiere una carretera, aguas negras u otro trabajo, que sea compromiso del Gobierno, y que a ellos les ayude, se les dará lo que necesiten. 

“Queremos escuchar al inversionista”, explicó la profesional, al tiempo que explicó que los riesgos de todas las inversiones serán del empresario; pero el Gobierno proveerá las facilidades. 

“Se trabajará en todo lo que tenga que ver con obra pública”, dijo Martínez. 

Las capacitaciones tampoco serán parte de este programa. la profesional dijo que en vez de eso, se harán estudios de mercado laboral para determinar qué profesiones o qué tipo de empresas son requeridas en determinada zona a fin de que los negocios se acoplen a lo que el país realmente necesita en materia económica. 

Entre las cosas que ya están tomando forma están la reconstrucción de 342 escuelas y la ampliación de la Carretera El Litoral. 

Para el primer proyecto ya se está en la legalización completa de todas las escuelas, es decir, que estén todas a nombre del Estado pues algunas están a nombre de comunidades o cooperativas. Al final de este año se lanzará la licitación  y Martínez espera que la reconstrucción física comience el próximo año. 

En cuanto a la carretera, ya hay cuadrillas listas para liberar las vías y se espera que toda la obra comience el próximo año mientras se obtienen todos los permisos requeridos. 

Serán 24 kilómetros que pretenden conectar los puertos marítimos de La Unión y Acajutla. 

Salomé dijo que, contrario a lo que se hizo con Fomilenio I, esta vez se están haciendo todos los preparativos con anticipación para que cuando por fin estén todos los permisos listos, la obra ya cuente con todo lo necesario y con ello se asegure su éxito.

Trámites más rápidos

Otra de las grandes apuestas es el Consejo de Mejora Regulatoria que, de acuerdo con Salomé Martínez, será lo que más beneficiará a nuestra nación pues creará un mecanismo que espera reducir significativamente la tramitología que requieren las empresas para establecer un negocio en el país. 

El Consejo ya se formó y se espera que, para septiembre, presenten a la Asamblea Legislativa la primera propuesta de reformas. Otros cambios legales se aprobarían directamente desde el Órgano Ejecutivo. 

Con este paquete de reformas se espera desentrampar muchos trámites y hacer menos discrecional todos los procedimientos para entregarlos.  “Estos serán los $6 millones mejor invertidos del programa”, dijo Martínez. 

Además se está trabajando fuertemente en el tema de los asocios público privados. 

Acá se prepara actualmente  un Fondo de Apalancamiento para que los empresarios presenten los proyectos de obra pública que necesitan para que sus negocios tengan éxito. 

La segunda convocatoria culminó el 4 de abril.

Lo que se pretende es mejorar la atracción de inversiones, volver a El Salvador un lugar más confiable para que inversionistas locales y extranjeros establezcan sus negocios en el país con facilidades. “Hay un apalancamiento para las inversiones”, agregó. 

El tema de atracción de inversiones, a cargo de Proesa, se extenderá a varios estados de Estados Unidos para atraer a más empresarios.

Martínez asegura que, esta vez, Fomilenio está trabajando por ser más riguroso que el primero porque “ya se aprendió de los errores de Fomilenio I”. 

Para Salomé, Fomilenio I fue de las primeras experiencias que tuvo la MCC en programas de este tipo y la primera experiencia también para El Salvador, que anteriormente ejecutaba la ayuda estadounidense de otra forma. 

En Fomilenio II se prescindirá de consultores externos o de terceras personas que puedan modificar la esencia del programa. 

También se buscará trabajar  con estudios de prefactibilidad que indiquen que todos los proyectos que se hagan son realmente necesarios o demandados. 

Además se están respetando mucho los procedimientos y los pasos a seguir.  Este fue uno de los puntos que a juicio de Salomé, retrasó aún más la concreción del diseño del proyecto porque se trató de hacer todo bien desde el inicio. 

“La MCC fue más riguroso con el Fomilenio II porque vieron lo que sucedió con el I”, dijo Martínez. 

De acuerdo a lo planeado, mucha de la inversión que se pretende realizar estará enfocada en la zona costera salvadoreña, donde se han identificado muchas oportunidades para el turismo. 

El director de Fomilenio II, William Pleites, por muchos años formó parte del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha trabajado en temas de pobreza y desarrollo humano en El Salvador y ha identificado las zonas en las que hay que hacer inversiones.

Fortalecer escuelas 

La semana pasada, Fomilenio II recibió un diagnóstico sobre las principales necesidades que tienen al menos 344 centros escolares a los que se les apoyará en infraestructura y equipamiento así como en capacitación para sus maestros y estudiantes. 

Asimismo las autoridades de este nuevo compacto firmaron un convenio con el Ministerio de Educación, con el fin de iniciar una inversión de $100 millones para mejorar las competencias de los docentes y los estudiantes, y hacer cambios en los horarios para que los jóvenes pasen más tiempo ocupados en actividades educativas. 

Salomé dijo que en este nuevo compacto se buscará mejorar la capacidad de los salvadoreños con el fin de que sepan enfrentarse al mundo laboral más adelante. 

Martínez espera que el trabajo que se hará hoy, a través de otro compacto, sí logre mejorar la vida de las familias. 

La funcionaria reconoce que Fomilenio I fue la primera experiencia no solo para El Salvador sino también, para la Corporación Reto del Milenio, que comenzaba a ayudar a países de renta media baja con este tipo de alternativas, sin tener totalmente claro cuáles eran los riesgos que se iban a tener. 

Ahora que se ha aprendido de esta nueva experiencia, el reto es lograr el éxito a través de dicha ayuda. 

“El Gobierno de los Estados Unidos está totalmente comprometido en hacer de esto un éxito, creemos que la única forma que el país (El Salvador) va a desarrollarse sosteniblemente es a través del desarrollo económico y que a su vez va a reducir la pobreza”, dijo en su discurso de inicio del programa la ex embajadora de los Estados Unidos en El Salvador, Mari Carmen Aponte el año pasado. 

La promesa está hecha.