El país necesita fomentar riego por goteo y por aspersión

Mientras que en El Salvador el riego más utilizado es por gravedad, dos ingenieros, un economista ambiental y un experto en sostenibilidad advierten que los riegos por goteo y aspersión son los más eficientes.

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Foto EDH Jorge Reyes

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14 April 2019

Sí. El Salvador es uno de los países donde más llueve, pero esto no garantiza que los cultivos tengan el agua suficiente para crecer y desarrollarse. Durante la época seca, los agricultores utilizan a diversos sistemas de riego a la espera de que el invierno “llegue pronto”.

El más utilizado es el riego por gravedad, el que a su vez el menos eficiente. Al aprovechar las pendientes naturales del terreno el agua fluye casi sin obstáculo e inunda los terrenos, incluso, ahí donde no hay cultivos. Al respecto, el ingeniero ambiental John McCormack agrega:“Es necesario fomentar el uso de sistemas de riego más eficientes en el país. El riego por gravedad es ineficiente -alrededor del 40 %- a la hora de abarcar una zona grande”.

Cuando los agricultores usan este riego, el agua cae sobre el suelo y no sobre el cultivo, por lo que se desperdicia. Esto no ocurre con el riego por goteo, añade McCormack, en el cual el agua cae justo sobre la raíz de la planta, lo que equivale a aprovecharla en un 90 %.

El economista ambiental Leopoldo Dimas coincide con Contreras y McCormack en este punto. En sus palabras:“El riego por goteo constituye uno de los métodos de provisión de agua natural más eficiente y disponible que existe, ya que lleva de forma directa el agua y los fertilizante necesarios al sistema radicular de los cultivos en la cantidad y fase (tiempo) apropiados”. Los principales beneficios de usar este riego son: ahorro de agua natural, energía y fertilizantes; incremento en los rendimientos; y adaptabilidad a cualquier tipo de terreno y a la sequía.

Juan Marco Álvarez, hace algunos años director de Salvanatura y quien se desempeña actualmente como experto en sostenibilidad, considera que “en la medida en que el recurso agua se vuelva más escaso, se tendrá que invertir en sistemas de riego más eficientes”.

No obstante, advierte que este tipo de irrigación “no solucionará el problema del agua en El Salvador”. En su opinión, “es sumamente crítico invertir en mejoras de nuestras cuencas y mantos acuíferos, además de invertir en minimizar la contaminación superficial de ríos y humedales”.

Según datos del Ministerio de Agricultura, para la temporada de riego 2013-2014, en El Salvador se usó riego por gravedad en 14,204.65 hectáreas; riego por aspersión en 3,904.20 hectáreas, por goteo en 1,448.07 hectáreas, por microaspersión en 81.34 hectáreas y mixto en 832.37 hectáreas. En total, ese año agrícola fueron regadas 20,470.63hectáreas. El Diario de Hoy solicitó datos de temporadas de riego más recientes al MAG, pero no hubo respuesta.

Riego con apoyo de la empresa privada

Recorrer la zona baja de Sonsonate, cerca de la costa, permite conocer los distintos tipos de riego implementados:por gravedad, por aspersión y por goteo.

En Sonsonate, encontramos a Rafael Antonio Valenzuela. Este agricultor cultiva caña de azúcar en 200 manzanas, en su mayoría, arrendadas. Durante los dos últimos años agrícolas, Valenzuela ha implementado la cosecha en verde y ha utilizado el riego por aspersión: “Aquí nos hemos tenido que reinventar y vamos mejorando para poder subsistir ; porque el cambio climático desde el 2014-2015 empezó a molestar y nos agarró, como se dicen, con los pantalones abajo. No hallábamos cómo solucionar y poquito a poco se ha invertido en equipos de riego, tubería, para poder ver esto verde. Tal vez no es el verdor que quisiéramos, si hubiera más agua, pero ahí estamos mientras llega el invierno”.

Valenzuela recibe apoyo técnico de la Compañía Azucarera Salvadoreña (Cassa), con cuya asesoría implementa nuevos métodos de cultivo, riego y cosecha: “Antes se sembraba el típico surcón a 1.40 metros (de distancia), pero en eso la máquina cosechadora pasaba las llantas sobre el cultivo. Ahora no. Hoy sembramos uno que se llama “piña” (o doble surco), que es de 1.80 metros. Las llantas pasan aquí (señala el surco), ahí pasa la cosechadora y no nos molesta”.

La actividad económica principal de Cassa es el procesamiento de la caña de azúcar. De las 35,000 hectáreas que conforman el parque cañero de El Salvador, los ingenios de Cassa procesan lo que producen 14,000 hectáreas. Sin embargo, para asegurarse de que el programa de producción se cumpla a cabildad, Cassa brinda otros servicios a los productores. Además de dar apoyo técnico a propietarios que administras sus propias tierras, Cassa tiene una empresa subsidiaria: Agroindustrial El Paraisal S.A. de C.V. (Coagri). Esta brinda el servicio de administración de propiedades, cuando por diferentes motivos, los propietarios no pueden hacerlo, como “inexperiencia” o “inseguridad” en la zona donde están ubicadas sus propiedades. Bajo esta modalidad, Coagri administra 301 propiedades, entre las cuales está la hacienda La Providencia. En esta también son implementados la zafra verde, el uso de rastrojo para conservar la humedad del suelo y el riego por goteo.

El ingeniero Wilfredo Márquez, director agrícola de Cassa, explica que de las 14,000 hectáreas que administra Coagri, aproximadamente 2,800 son regadas por goteo. Dentro de diez años, esperan tener al menos 6,000 hectáreas con ese sistema de riego.

¿Dónde está el Ministerio de Agricultura?

Además de iniciativas de apoyo técnico como las de Cassa, ¿desde qué otras instancias se debería fomentar estos tipos de riego?

Al respecto, el experto en sostenibilidad Juan Marco Álvarez considera:“Estos tipos de riego deberían ser impulsados idealmente por autoridades como el MAG, pero no se cuenta con capacidad técnica en este momento. Por ahora toca que los mismos usuarios del agua, por medio de buenas prácticas, implementen estas medidas de eficientizar el uso del agua”.

Por su parte, Leopoldo Dimas advierte: “El fomento del riego por goteo en el país se debe de dar en el contexto de un plan de manejo integral de cuencas hidrográficas, y no de forma aislada”. Este plan debería incluir el manejo de los recursos hídricos en la cuenca, “así como las prácticas de conservación de suelo y agua, el manejo forestal y reforestación, y la transferencia de tecnologías y educación ambiental”.

El reto está trazado. Si el MAG, los agricultores y la empresa privada no se unen para enfrentarlo el precio a pagar -en pérdida de cosechas- podría ser alto.