Policía responde a los ataques con captura de jefes de pandilla

Familiar de dos agentes fue acribillado en Jucuapa, Usulután; mientras que un militar en Chilanga, Morazán. Se le suma ataque a Policía de Tránsito.

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Los restos del agente José Reinaldo Trejo fueron velados en El Tránsito, San Miguel. Él fue asesinado el jueves, mientras descansaba.

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19 January 2019

Los ataques armados contra la autoridad continuaron ayer en el Oriente del país. Un soldado del Ejército y un hermano de dos policías fueron asesinados en los departamentos de Usulután y Morazán; mientras que la Policía hizo operativos en distintos lugares en busca de cabecillas y otros miembros de pandillas ligados a los atentados.

Fredy Simón Reyes Peraza, quien estaba en el Destacamento Militar número Cuatro de San Francisco Gotera, Morazán, fue atacado a balazos ayer al mediodía en el cantón El Pedregal de Chilanga.

El militar fue sorprendido por pandilleros cuando se dirigía a su casa, aparentemente después de salir a gozar de sus días libres.

Las autoridades policiales ligaron el crimen de Reyes Peraza a la ola de atentados que las pandillas han recrudecido desde esta semana en contra del personal de las fuerzas de seguridad y sus familiares.

Horas antes del ataque a Reyes Peraza, otro grupo de pandilleros acribilló a balazos a José de la Paz Amaya, de 49 años, en los momentos en que la víctima cuidaba unas vacas de su propiedad, según el informe policial.

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Amaya, quien se congregaba en una iglesia evangélica, era hermano de dos agentes de la Policía que están destacados en puestos policiales del departamento de San Salvador.

Ante esta nueva ola de ataques, la Policía ha redoblado su operatividad. Ayer reportaron los primeros resultados: dos cabecillas de pandillas en San Salvador fueron detenidos.

Jesús Alonso Magaña Castro, supuesto cabecilla de la mara Salvatrucha (MS), fue detenido en el cantón El Jagüey, de Metapán, Santa Ana. Aunque lo arrestaron por resistencia, este es investigado por matar a agentes.

Al ser detenido le encontraron una pistola, pero los policías se sorprendieron cuando Magaña Castro les mostró la matrícula del arma y la licencia para el uso de la misma.

Magaña Castro está perfilado por la Policía como cabecilla de la MS en Metapán, aunque las autoridades no revelaron si posee órdenes de captura.

Agentes policiales cuestionaron en las redes sociales el hecho de que este presunto delincuente tenga matrícula y permiso para el uso de arma de fuego, cuando se trata de un integrante de organización terrorista.

Otro supuesto cabecilla de la MS fue arrestado por investigadores de la Unidad Antiextorsiones de la Policía en la colonia 10 de Octubre de San Marcos.

El supuesto jefe de mara, apodado Big Crazy, fue detenido por tener 13 órdenes de captura por homicidio y extorsión. Además, la Policía lo investiga por haber ordenado los asesinatos de policías en San Marcos.

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Parte de los operativos reportados ayer fueron realizados en las comunidades Nuevo Israel y Torres Españolas, de San Salvador; así como la 22 de Abril, en Soyapango.

La amenaza de la MS incluye familiares de los agentes de la PNC, como ha sido el caso de José la Paz Amaya.

Familiares dijeron a la Policía que Amaya nunca había recibido amenazas de muerte ni tampoco se había enemistado con alguien como para que lo asesinaran.

Creen que el crimen se pudo haber derivado del hecho de que él era pariente de los dos agentes policiales.

En redes sociales circuló un audio en el que se escucha los lamentos de uno de los hermanos de Amaya. Señala que su hermano era cristiano, que iba a la iglesia, que no le hacía mal a nadie.

“Qué desgracia, gente que no tiene nada que ver”, se escucha decir al policía.

Los ataques armados contra las fuerzas de seguridad y sus familiares se recrudecieron esta semana con el saldo de seis agentes y no menos de dos familiares de policías muertos.

Solo entre la noche del jueves y la mañana del viernes, las pandillas mataron a cuatro policías en San Miguel y La Paz.

Familiares temen por sus vidas

Parientes del agente de la Policía, José Reinaldo Trejo, asesinado la noche del jueves pasado, dijeron que temen por sus vidas.

“Ahorita son ellos (policías), después pueden ser familiares, yo me siento temeroso con mi familia, acá nosotros somos un blanco fácil”, dijo un familiar. Agregó que “seguridad no tenemos, en el momento ellos (policías) andan ahí, los investigadores haciendo tantas preguntas, y después lo dejan solo y luego vienen los problemas. Yo temo por mi familia, tengo mis niños, mi mamá, éramos los dos, hoy solo quedo con ella (madre)”.

Lamentó que policías y militares estén siendo asesinados solo porque realizan su trabajo de combatir el crimen.

“Estamos mal, están atacando a los policías, ellos nomás hacen su trabajo, luchan por la patria y duele verlos que les dan de baja, porque las pandillas se están apoderando del país y el gobierno nunca dice nada y, si dan, un par de palabras, no hacen nada y los policías son los que andan fracasando porque ellos son los que están expuestos a todo”, lamento un familiar de agente Trejo.

Destacó además el sacrifico de José Reinaldo por sacar adelante a su familia, después de que su padre murió hace algunos años.

“Para mí era un ejemplo, en un tiempo se hizo cargo de toda la familia porque lamentablemente mi papá también falleció, y él tomo la rienda de la casa, poco a poco nos ayudó con lo que podía; para mí era como un padre”, dijo un familiar que no se identificó.

El agente Trejo cumplió 23 años de trabajar para la corporación policial, a pesar, de que su trabajo no era del agrado de la familia, “yo le decía que lo dejara (el trabajo) en ver cómo estaba la situación y él me dijo que no, porque no se metía con nadie, él era tranquilo”.

Otros familiares dijeron que José Trejo siempre trató de cuidar a los suyos, por ello nunca aceptó que lo trasladaran al lugar que lo vio crecer, pero ahora la familia se siente desprotegida y temen por sus vidas.

En redes sociales circularon versiones de que familiares de uno de los policías que murieron ayer en la emboscada en San Antonio Silva de San Miguel, rechazaron los gastos fúnebres y el Pabellón Nacional que llevaban representantes de Bienestar Policial.

Los parientes indignados les habrían dicho a los delegados de la Policía que no querían esa ayuda y que mejor se retiraran.