California lucha contra el fuego mientras espera la lluvia

Un periódico de Sacramento reveló que una falla en la planta de una compañía eléctrica podría estar vinculada a los voraces incendios en California.

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18 November 2018

Más de 5,600 bomberos luchaban ayer por undécimo día consecutivo contra las llamas en el gigantesco y mortífero incendio que quema el norte de California, Estados Unidos, a la espera de que se cumplan los pronósticos que vaticinan para este miércoles las primeras lluvias desde hace meses.

El bautizado como “Camp Fire” se ha cobrado la vida de por lo menos 76 personas, mientras que otras 1,276 permanecen desaparecidas a causa de una conflagración que ha engullido por completo la localidad de Paradise, de 26,000 habitantes, y destruido más de 1,200 edificios.

Los bomberos, que en las últimas horas han visto cómo el fuerte viento les dificultaba las tareas de extinción, confían en las predicciones del Servicio Nacional de Meteorología, según las cuales el miércoles llegarán las primeras lluvias a una zona extremadamente seca que no ha visto llover desde hace meses.

Los meteorólogos están “casi seguros” de que ese día habrá precipitaciones en el condado de Butte, donde se desarrolla el incendio, aunque no en una cantidad suficiente como para que haya riesgo de desprendimientos de tierras en la zona arrasada por el fuego.

El agua también aliviaría la situación en gran parte del resto del estado, que desde hace días se encuentra en alerta roja por la mala calidad del aire, ya que el humo se desplaza cientos de kilómetros hasta alcanzar áreas muy pobladas como Sacramento, la capital del estado, y la bahía de San Francisco.

Hasta la mañana de ayer, los bomberos habían logrado contener las llamas en un 60 %.

La causa que originó el fuego sigue siendo desconocida y las autoridades mantienen abierta una investigación, pero el diario local The Sacramento Bee publicó ayer que la compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E) detectó un segundo problema en una línea de alta tensión del lugar el mismo día que se declaró el incendio.

PG&E, la mayor eléctrica de California y la segunda mayor de todo Estados Unidos, ya centraba todas las miradas desde que la semana pasada reveló a los reguladores que halló un “problema” en una línea de alta tensión cercana al área donde se declaró el incendio solo unos minutos antes de que se iniciasen las llamas.

De acuerdo a la información publicada por The Sacramento Bee, la empresa notificó el viernes a la Comisión de Servicios Públicos de California que el 8 de noviembre detectó un segundo problema también en esa parte del estado.

De ser encontrada causante del fuego, la empresa podría tener que abonar compensaciones multimillonarias que con toda probabilidad la dejarían en la quiebra.

La posibilidad de este escenario hizo que las acciones de la compañía se desplomasen la semana pasada en la bolsa de Nueva York, lo que llevó al regulador público californiano a sugerir un hipotético rescate de la compañía para aliviar así los temores de los inversores.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó ayer las zonas quemadas y mostró su apoyo a los afectados.