INFOGRAFÍA: Resultado de elección de Estados Unidos confirma alta polarización del país

La interferencia del presidente Donald Trump volvió esta elección una de alta contención, pero también de alta participación, que rondó un 49%.

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Foto EDH/ AFP

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07 November 2018

Ninguno de los bandos en contienda pudo celebrar por completo tras las elecciones de medio término de este 6 de noviembre. Por un lado, los demócratas recobraron el control de la Cámara de Representantes del Congreso, agenciándose al menos 222 escaños de esta. Para tener mayoría, un partido requiere la mitad más uno de los puestos, es decir 218 de 435 legisladores.

Para lograr esta victoria, además de ganar sus bastiones, los Demócratas tuvieron que conquistar distritos regularmente republicanos. Para ello, tuvieron que capitalizar la frustración que se ha generado en algunos sectores, especialmente en centros urbanos, sobre la hasta ahora atropellada gestión del presidente Donald Trump.

Además de sus 189 escaños casi seguros (ver gráfico al final de esta nota), los demócratas defendieron tres de sus seis distritos vulnerables y arrebataron 35 de los 75 distritos vulnerables de los republicanos. Asimismo, lograron agenciarse un distrito afín al partido del presidente Trump.

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Por su parte, el partido Republicano conservó 164 distritos afines, pero perdió los 35 vulnerables y solo arrebató tres demócratas. Con estos resultados, esta Cámara del Legislativo vuelve al bando azul desde 2010, cuando el presidente Barack Obama perdió su primera prueba de medio término.

Estas elecciones se convirtieron en un referéndum de Trump, quien incluso pidió a sus votantes que asumieran que su nombre estaba en la papeleta. Sin embargo, su estilo agresivo, la duda sobre dilemas éticos de su presidencia, y la falta de efectividad a la hora de promover su agenda le jugaron en contra.

Esta fue una apuesta arriesgada del presidente. Por un lado, estas elecciones de medio término suelen suponer debacles para los partidos de gobierno. Además, llegó a las elecciones con una percepción negativa de su mandato. En la última encuesta de Gallup, el mandatario tenía 40% de aprobación y 54% de desaprobación. Esta cifra se repitió en las encuestas de CNN y ABC News/Washington Post.

Con estos resultados, los demócratas retoman control de una importante plataforma. Desde esta, pueden controlar la agenda legislativa y establecer valladares a las iniciativas del presidente. Además, pueden motivar iniciativas sobre temas contenciosos como reformas al sistema de salud, una posible reforma migratoria (ver nota aparte) y motivar investigaciones a la administración Trump.

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Entre estos, resaltan la posibilidad de investigar la política de separación de familias que emigran irregularmente a Estados Unidos, indagar sobre la situación del mandatario en el fisco y emitir citatorios para ahondar sobre los posibles conflictos éticos del presidente, su familia y los presuntos vínculos del mandatario con Rusia en 2016.

Ante esta posibilidad de ser investigado, Trump dijo ayer ante periodistas que adopta una posición de combate ante los demócratas. Esto sucedió solo horas después de que se conoció su derrota y que él mismo felicitara a Nancy Pelosi, congresista demócrata de California quien se presume dirigirá la Cámara de Representantes.

Esta derrota también es un golpe a la popularidad de Trump, que puede demostrar a las bases republicanas no ser una carta ganadora de cara a las presidenciales de 2020.

Triunfo agridulce

Sin embargo, no todo es celebración para los demócratas. Si bien retoman una cámara legislativa, no pudieron agenciarse la mayoría en el Senado. De hecho, perdieron dos escaños y ahora los Republicanos aumentaron su ventaja a 51 senadores de cien. Asimismo, tienen al vicepresidente, quien puede romper empates en esta instancia.

Dentro de esta elección, hay además triunfos simbólicos como el del tejano Ted Cruz que logró defender su puesto en el Senado ante la seria amenaza que supuso el empresario Beto O’Rourke, quien se posicionó como una “nueva cara” para su estado. Además, el republicano Rick Scott logró arrebatarle al demócrata Bill Nelson el importante escaño en la Florida, que es un bastión importante para quien quiera aspirar a la presidencia.

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Esta victoria en el Senado significó el fin de la supuesta “marea azul”, término con que se conoció a la posibilidad de una abrumadora victoria de los demócratas en ambas cámaras. Además, le da a Trump y su partido un halo de esperanza.

Sin embargo, la conclusión que parece prevalecer entre la comunidad de analistas es que estas elecciones fueron sumamente polarizadas. Con estos resultados, se demuestra la clara división étnica (blancos favorecieron a republicanos y minorías a demócratas), por nivel educativo (los menos formados favorecieron al partido de Trump) y la distancia entre círculos rurales y urbanos, donde estos últimos tendieron a alinearse al bando azul.

Esta polarización parece demostrar que Estados Unidos se encuentra en una posición compleja de cara a las presidenciales, pues plantea a quienes busquen la presidencia el dilema de hablarle al votante de centro o seguir obteniendo rédito electoral del discurso radical.