Centroamérica convulsionada por demandas ciudadanas

En Costa Rica los sindicatos rechazan una reforma fiscal impulsada por el Gobierno; en Guatemala y Nicaragua exigen la renuncia de sus presidentes y la liberación de opositores.

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AFP PHOTO / CARLOS ALONZO

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21 September 2018

Desde la renuncia del presidente, el repudio a la represión, libertad para los presos políticos, hasta el rechazo a una reforma fiscal son parte de las demandas que gritan ciudadanos y que tienen convulsionadas las calles de Guatemala, Nicaragua y ahora las de Costa Rica.

Estos tres países están inmersos paralelamente en protestas de la población contra sus gobernantes. Las razones son diferentes, pero el espíritu es el mismo: alzar su voz para lograr cambios en sus países.

El más reciente estallido social ha sido en Costa Rica, donde los sindicatos y el Gobierno están en conflicto por la reforma fiscal que propuso el Ejecutivo en el Congreso. Los gremios están en huelga desde hace dos semanas.

En Guatemala, la renuncia del presidente Jimmy Morales y el respaldo a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) han marcado en las últimas horas las masivas movilizaciones encabezadas por universitarios.

La protesta convocada este jueves por la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) de la estatal Universidad de San Carlos (USAC) concentró a miles de alumnos, campesinos, indígenas y activistas sociales en la Plaza de la Constitución, en el centro histórico de la capital.

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La masiva protesta salió desde la sede de la casa de estudios superiores, en el sur de la ciudad, y en el trayecto se unieron estudiantes de otras universidades privadas y de organizaciones sociales que con carteles y mantas en mano rechazaron la corrupción y la impunidad, y exigieron la dimisión de Morales por sus decisiones en contra de la Cicig.

“Estamos aquí para decirle a este Gobierno corrupto que no estamos de acuerdo con sus últimas decisiones”, expresó un universitario durante la caminata.

Morales anunció el pasado 31 de agosto que no renovará el mandato del organismo de las Naciones Unidas tras vencer en septiembre de 2019 y manifestó que se ha convertido en una especie de estructura paralela similar a las que tiene que combatir en el país.

Días después desconoció al jurista colombiano Iván Velásquez como su comisionado y aprovechando que se encontraba en una gira de trabajo en Washington, le prohibió el ingreso al país.

Sin embargo, el secretario general de la ONU, António Gutérres, confirmó en el cargo al abogado sudamericano, pero le recomendó nombrar a un comisionado adjunto. Similares protestas se realizaron en los departamentos de Quetzaltenango, Huehuetenango, Alta Verapaz, Sololá, Quiché, Chiquimula, San Marcos y Totonicapán, entre otros.

En Nicaragua

Pero no solo los guatemaltecos tienen una razón para reclamar en las calles. Los nicaragüenses también han salido a exigir la renuncia del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.

La lista de exigencias al gobierno se ha concentrado, en los últimos días, en la liberación de los opositores presos por denunciar la represión sandinista.

La crisis comenzó en abril, pero lejos de bajar la intensidad con el paso de los meses, las calles de Managua y de otras ciudades han estado agitadas por las protestas de universitarios y de las madres que tienen hijos presos o los han perdido en el marco de las protestas.

El movimiento “Madres de Abril”, compuesto por esas mujeres, cuyos hijos han muerto en la crisis de Nicaragua, le ha perdido el miedo a Ortega y a la represión de las fuerzas de seguridad que ha dejado cientos de muertos.

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De acuerdo a las cifras de organizaciones humanitarias locales y extranjeras de 322 a 481 personas han muerto desde que se inició la crisis, pero el Gobierno solo reconoce 198 fallecidos.

La Alianza Cívica de Nicaragua anunció este jueves una gran unidad de movimientos y líderes nicaragüenses, para exigir justicia y democracia en el país.

“Nos unimos más de 20 organizaciones y más de 50 líderes y lideresas de todo el país y de todos los sectores en resistencia, para trabajar por la justicia y la democracia en Nicaragua, la liberación de nuestros presos políticos y el cese de la represión”, informó la Alianza Cívica, contraparte del Gobierno en el diálogo nacional para superar la crisis, en un comunicado.

La unidad, que se oficializó ayer miércoles, aglutina al menos 26 organizaciones civiles, entre grupos de manifestantes autoconvocados, movimientos juveniles, estudiantiles, médicos, políticos, feministas y de la diversidad sexual.

Entre los objetivos principales de la unidad están “fortalecer nuestra lucha cívica, exigir el cese de la represión y la libertad de presos políticos, insistir en una salida pacífica (de la crisis) y democrática”, así como “contrarrestar las nuevas formas de represión del régimen”.

Añadió que “en cinco meses el régimen ha complejizado la represión y utilizado todas las formas de agresión y crimen contra el pueblo en Nicaragua, desde la masacre masiva, la represión selectiva, hasta la criminalización de la protesta”.