Salvadoreña indocumentada cumple un año refugiada en una iglesia de Denver

Velásquez se quedó en la iglesia, luego de que agentes migratorios llegaron a su casa para arrestarla una vez que no se le renovó el permiso para quedarse en el país.

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09 August 2018

Miembros de la comunidad y dirigentes de varias organizaciones religiosas acompañarán hoy a la inmigrante salvadoreña Araceli Velásquez, al cumplirse un año desde que buscó refugio en una iglesia en Denver (EE.UU.) junto con sus hijos y su esposo para evitar la deportación.

"Ha sido un año de sacrificio", aseveró hoy Jennifer Piper, del Movimiento Santuario de Metro Denver, al explicar las actividades que tendrán lugar hoy para acompañar a Velásquez y su familia.

"La comunidad participará con un proyecto de arte y los religiosos con sus rezos. El arte se presentará una vez que termine el servicio religioso", dijo Piper.

Velásquez llegó a Estados Unidos en 2009, con 19 años, huyendo de la violencia en su país natal y aquí se casó y tuvo tres hijos.

A principios de agosto de 2017 se refugió en la Iglesia Metodista Unida Park Hill, que comparte edificio con la sinagoga Micah, ante la posibilidad de ser deportada a El Salvador, de donde había salido debido a una "peligrosa situación".

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En este año de encierro, Velásquez ha podido reunirse dos veces con la congresista demócrata por Colorado Diana DeGette y elaboró la llamada Resolución Popular junto a otras tres mujeres que están en santuario en Colorado.

En ese documento, que Velásquez entregó a DeGette cuando se reunió con ella el 29 de mayo pasado, se pide una reforma migratoria "que beneficie a las familias y a las comunidades inmigrantes".

Al invitar a la comunidad a que continúe respaldando a Velásquez, el rabino Adam Morris, del Templo Micah, dijo hoy: "Estamos junto a Araceli para que ella puede pelear para estar junto a su familia".

Según el rabino, los rezos son necesarios para "asegurarnos que los valores de justicia y compasión vivan en el sistema legal estadounidense y en nuestra forma de vida".

"Estamos junto a Araceli porque es lo que deben hacer los cristianos, los judíos, los estadounidenses y los humanos", declaró.

Velásquez buscó refugio en la iglesia, al enterarse de que agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) habían ido a su casa para arrestarla una vez que no se le renovó el permiso para quedarse en el país.

Los intentos previos que hizo para gestionar asilo tampoco tuvieron éxito.

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Ahora, la salvadoreña y su esposo, Jorge, viven en la iglesia/sinagoga junto con sus tres hijos, de 5, 3 y 2 años.

Velásquez fue la quinta persona sin permisos migratorios que pidió santuario en Denver. Arturo Hernández y Jeannette Vizguerra (mexicanos) ya salieron.

Rosa Sabido (mexicana) e Ingrid Encalada Latorre (peruana) siguen en santuario, una en Mancos y la otra en Boulder.

Además, después de Velásquez, Sandra López, mexicana, se refugió en una iglesia en Carbondale y Elmer Peña, salvadoreño, ingresó a una iglesia en Colorado Springs.