"No es una marcha, sino un carnaval de resistencia"

En diferentes puntos de Londres, miles de manifestantes se encontraron para rechazar las políticas de Donald Trump, que se encuentra en una visita oficial en el Reino Unido.

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Foto/ Ricardo Avelar

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13 July 2018

“Hasta acá no nos ha traído el odio, sino el amor y la lucha contra un discurso raxista. Esta no es solo una marcha, ¡es un carnaval de resistencia!”, así se despedía un joven activista que hizo uso del micrófono instalado en la icónica Plaza de Trafalgar, al centro de Londres, mientras miles de personas le acompañaban en una manifestación en contra de Donald Trump.

Foto/ Ricardo Avelar

En el segundo día de su visita oficial al Reino Unido, el mandatario estadounidense se encontró con un ambiente hostil. En diversos puntos de la capital británica se convocaron marchas y protestas en contra de algunas de sus más polémicas decisiones y de su encendida retórica.

Armados con pintorescos carteles, banderas y muñecos que se burlaban de Trump, miles de personas abarrotaron Trafalgar, así como Whitehall y Westminster, las principales localidades de gobierno.

“Dump Trump” (Desecha a Trump), era uno de Los mensajes más populares, que iba acompañado de críticas a su supuesto racismo, a sus posibles conflictos de interés y hasta a su resistencia a transparentar sus ingresos.

Además de críticas a las políticas, hubo mensajes más simbólicos. Numerosos miembros de las comunidades LGBTI y colectivos feministas se acercaron a los puntos de protesta a rechazar los comentarios misóginos y homofobicos del presidente estadounidense, al que muchos han considerado moralmente no apto para gobernar.

Latinoamérica también tomó su lugar en las marchas. Durante la jornada hubo numerosas críticas duras a las políticas migratorias y la separación de familias en la frontera. Y para contrastar con el tono inquisitivo y retador, la plaza Trafalgar fue deleitada por el Mirror-iachi, un grupo de mariachis mexicanos que adaptaron canciones populares (como “Another Brick in the Wall” de Pink Floyd) a mensajes de protesta. Pese a cantar en inglés, su vocalista se despidió gritando “¡Viva México, y viva Latinoamérica!”

Realmente se vivió un festival de pancartas, performances y música. Pero ninguno de los presentes dejó de lado que la agenda del presidente estadounidense es peligrosa y que algunos de sus comentarios han alentado a sectores más radicales de la derecha británica.

Asimismo, los ánimos de los británicos se caldearon más cuando Trump dijo, a pocas horas de arribar al Reino Unido, que el popular alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha hecho un pésimo trabajo en el manejo de la inseguridad y criticó a la Primera Ministra, Theresa May, y su plan de ejecución del Brexit.

Si bien May está en uno de los puntos más débiles de su joven mandato, entre el público británico no fue bien recibido que Trump la criticase abiertamente. La secretaria de relaciones exteriores del gabinete en la sombra (conformado por la oposición), Emily Thornberry, dijo a medios locales que se compadecía de May y esperaba que mostrara coraje frente a su contraparte estadounidense.

A final de la tarde, cayó la lluvia y la plaza se comenzó a vaciar, pero las aún miles de personas que evacuaban parecían empoderadas. Por todo un día, se negaron a esparcir mensajes de odio. Se negaron a ver diferencias entre ellos. Se entrelazaban sus causas y se apoyaban entre sí. Trafalgar y el resto de Londres dieron, por un día, un verdadero carnaval de resistencia.