La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló este viernes al régimen de Daniel Ortega como responsable de graves violaciones de derechos humanos en su país y elevó a 212 la cifra de personas muertas en las protestas desde hace dos meses.
La CIDH alertó de un “recrudecimiento de la violencia estatal” en las últimas semanas y avisó de un “patrón” de “uso excesivo y arbitrario de la fuerza letal de forma deliberada” por parte de la Policía Nacional, en colaboración con grupos paramilitares.
“La Comisión concluye que el Estado de Nicaragua violó los derechos a la vida, integridad personal, salud, libertad personal, reunión, libertad de expresión y acceso a la justicia”, indica el informe, que fue presentado ayer ante el Consejo Permanente de la OEA en Washington.
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Entre las conclusiones, se destaca el apoyo de la Policía Nacional a grupos paramilitares, las detenciones arbitrarias y la falta de diligencia en las investigaciones, así como la censura a algunos medios de comunicación y la existencia de obstáculos para la atención médica.
La CIDH confirma la presencia de francotiradores con posibles vínculos con el régimen y recoge el caso de 35 hombres, de entre 15 y 45 años de edad, que del 19 al 22 de abril sufrieron impactos de bala en cabeza, cuello y tórax, lo que evidencia un intento deliberado de acabar con su vida.
La sesión inició con un mensaje del secretario general de la OEA, Luis Almagro, que avaló el trabajo de los equipos técnicos de la CIDH, que desde el inicio de la crisis que estalló el 18 de abril pasado pusieron todo su empeño para socorrer a las víctimas de la severa represión desatada por las fuerzas sandinistas.
El secretario general fue claro que la única vía para salir de la crisis es la disposición de Ortega de cesar la represión contra la ciudadanía.
También Almagro aclaró que solo un proceso democrático con elecciones libres anticipadas, en no más de 9 meses, puede garantizar una salida negociada a la situación del país para evitar más muertes. Pero antes se deben ejecutar reformas al sistema electoral para garantizar la transparencia del proceso.
“Hay que hacerlo con elecciones y debe ser pronto, el tiempo va en contra de Nicaragua; el paso del tiempo significa más represión, más muerte”, acotó Almagro.
El secretario ejecutivo de la CIDH, el brasileño Paulo Abrão, afirmó ante el pleno que el contenido del informe aún queda corto para reflejar el drama real que viven los nicaragüenses que son reprimidos por protestar. Destacó la valentía ciudadana para ayudar a la comisión a verificar las violaciones a derechos humanos durante la visita que hicieron en mayo.
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La relatora de la CIDH para Nicaragua, Antonia Urrejola, fue la encargada de poner en cifras y rostros el contexto de investigación para la comisión, desde su llegada a Managua en la primera visita. Dijo que son 212 muertos; 1,332 heridos; y más de 800 detenidos, de los cuales obtuvo testimonios de haber sido torturados.
“Preocupa a la CIDH el modo de ejecuciones con disparos certeros a la cabeza, cuello o estómago de las víctimas. Creemos que son disparos realizados por francotiradores por su precisión”, acotó.
Agregó que durante el levantamiento del informe: “Graves violaciones a los derechos humanos en el marco de las protestas sociales en Nicaragua”, no ha habido un debido proceso de trabajo forense para profundizar en el tipo de proyectiles y las causas específicas de las defunciones de los manifestantes, en su mayoría jóvenes.
Durante el Consejo Permanente de la OEA, el canciller de Nicaragua, Denis Moncada Colindres, rechazó el “parcial” y “subjetivo” informe de la CIDH, ya que cree que se engloba en los intentos por derrocar a Ortega, que gobernó el país entre 1979 y 1990 y fue reelegido en 2006, acumulando actualmente 11 años en el poder.
Venezuela y Bolivia fueron los únicos que respaldaron ayer a Nicaragua, mientras que Estados Unidos exigió a Ortega que convoque elecciones anticipadas al considerar que esa es la única vía posible para salir de la crisis.