Sandinistas toman el control del poder electoral en Nicaragua

70 de los 71 diputados oficialistas solicitaron sorpresivamente "con trámite de urgencia" una reforma de ley para quitar los poderes administrativos al presidente del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua.

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Asamblea Legislativa de Nicaragua. Foto EDH / AFP

Por EFE / Wiliam A. Hernández

07 February 2018

La Asamblea Nacional de Nicaragua quitó este miércoles los poderes al presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), actualmente en manos de Roberto Rivas, para pasarlas al vicepresidente, plaza que ocupa el sandinista Lumberto Campbell.

Con 74 votos a favor y 15 en contra, la mayoría parlamentaria, encabezada por diputados del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), reformó la Ley Electoral de Nicaragua para dejar con el mínimo de funciones a la Presidencia de esa institución.

De esta manera Rivas, a quien Estados Unidos sancionó en diciembre pasado por actos de "corrupción significativa" y "graves violaciones a los derechos humanos", perdió el poder de administrar y ejercer la representación legal y administrativa del ente electoral, así como de contratar y decidir sobre el presupuesto, funciones que ahora ostenta Campbell.

Un total de 70 de los 71 diputados oficialistas solicitaron hoy sorpresivamente "con trámite de urgencia" una reforma de ley para quitar los poderes administrativos al presidente del Consejo Supremo Electoral.

Ahora, el presidente del Consejo únicamente podrá ser la figura presidencial, realizar convocatorias oficiales, así como cumplir y hacer cumplir las resoluciones del Poder Electoral de Nicaragua.

Tanto el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) como el partido indígena Yatama, mostraron su oposición a la reforma en el plenario, por considerarla insuficiente.

"Quisiéramos cambios profundos a la Ley Electoral, no sólo cuestiones cosméticas, como las pretendidas hoy por la bancada sandinista, deberíamos hacer reformas a fin de garantizarle a la población una institución para el goce de sus derechos", dijo el excandidato a la Presidencia y diputado por el Liberal Constitucionalista, Maximino Ramírez, durante el debate.

La oposición acusa a Rivas de beneficiar al sandinismo en cada proceso electoral desde 2008 y diversas investigaciones periodísticas le señalan de tener una vida supuestamente opulenta que no corresponde con su salario como presidente del poder electoral.

"Esto revela la crisis" en el Consejo, "se requiere una reforma más amplia, más profunda, de todo el sistema electoral, que garanticen la transparencia, ajustada a la voluntad del pueblo, que permita recuperar la credibilidad y el funcionamiento de este Poder del Estado", demandó el representante de Yatama, Brooklyn Rivera.

Diversos sectores creen que la decisión de los diputados sandinistas es una "destitución disfrazada" de Rivas, con quien el partido oficialista no ha querido ser relacionado a raíz de las sanciones de Estados Unidos.

Con esta reforma, el presidente del Poder Electoral "no va a llegar a hacer absolutamente nada al (Consejo), Rivas debería ser destituido, pero si no lo hacen, queda como amarrado de pies y manos", sostuvo el presidente de la bancada liberal constitucionalista, Miguel Rosales.

Rivas se mantiene como presidente del Consejo Supremo Electoral desde 1999.

El pasado 27 de enero el hermano de Rivas, Harold Rivas, fue destituido como embajador de Nicaragua en Costa Rica, igual que la cónsul en ese país, Jeannett Pérez.

El poder legislativo en Nicaragua lo componen 92 diputados, de los cuales 71 son sandinistas, los 21 restantes se dividen en seis partidos minoritarios, de los cuales el Partido Liberal Constitucionalista reúne a 14 diputados.

En octubre de 2016 el Gobierno de Nicaragua y la Organización de Estados Americanos (OEA) firmaron un acuerdo marco para fortalecer la democracia, que no incluye reformas al Poder Electoral.

En Nicaragua el sandinismo controla todos los poderes del Estado, los gobiernos locales y las fuerzas armadas. ACAN-EFE