Propuestos a acabar de manera expedita con la amenaza de que pandilleros de la Mara Salvatrucha se puedan alojar en su territorio, en los últimos cuatro años, la Policía y autoridades migratorias de Costa Rica han expulsado a por lo menos 16 miembros de esa agrupación terrorista, varios de los cuales tienen antecedentes criminales.
Los casos más recientes fueron reportados en octubre, con la detención de un marero de la MS en la provincia de Liberia y a principios de este mes, Migración capturó en el distrito de Guanacaste a un pandillero de apellido Orantes, salvadoreño de 36 años, que según las autoridades de ese país, tiene antecedentes criminales.
Las autoridades costarricenses informaron que el sujeto de apellido Rivas, capturado en Liberia, está tatuado con las letras “MS” en su espalda y pecho.
La Dirección General de Migración y Extranjería determinó que Rivas ingresó por un puesto fronterizo no autorizado, dado que en el 2014 el salvadoreño había sido deportado.
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Según los registros policiales ticos, desde 2007 hasta 2016 han registro a 52 pandilleros salvadoreños que fueron capturados y a quienes se procedió a deportar.
Hay otros caso de 4 exintegrantes de pandillas que estarían residiendo en ese país, pero según le dijo la Policía al diario crhoy.com, están controlados y no estarían vinculados con bandas criminales o hechos delictivos.
En su afán por blindar sus fronteras ante la amenaza de las Las autoridades de Migración y Extranjería y el Ministerio de Seguridad confirmaron en julio de este año que disponen de software policial valorado en $11 millones. Es un sistema que compara pasaportes y en tiempo real da acceso a las bases de datos de cuerpos internacionales como Interpol, FBI y la DEA. La plataforma se llama Afis y detecta los documentos que no son oficiales.
De esa manera se han propuesto cerrar espacios al ingreso de mareros y sobre todo a quienes tienen cuentas con la ley en sus países de origen.
La Policía Profesional de Migración, que ha sido encargada de frenar a esos delincuentes salvadoreños, realiza actividades preventivas que desestimulen la violencia y la criminalidad en materia migratoria.
Lo que alerta a las autoridades de este país centroamericano es que el parasitismo de los pandilleros los hace vivir de las extorsiones, de amenazar, asesinar y violar. Hay grupos entre las marras que también están vinculados con el tráfico de armas y de drogas.
Se estima que en el llamado Triángulo Norte -Guatemala, El Salvador y Honduras- hay más de 120,000 mareros, aunque las cifras podrían llegar a los 180,000, de acuerdo con estimaciones de ONG’s.
Las pandillas son las responsables de la mayor cantidad de muertes en estos países, así como de extorsiones, secuestros y tráfico de drogas.
Algunas de las razones por las que los pandilleros de la Salvatrucha intentan ingresar a Costa Rica es por su apuesta por vincularse al tráfico de droga, el cual tiene recurrencia sobre todo en la región del Caribe. La otra es por la expansión que han ido logrando a “base de plomo” y que les ha permitido crecer hacia el crimen organizado en la región. De ahí que los ticos están decididos a cerrarles las puertas con todas sus armas.