Se elevan a 5 los muertos por un sismo de magnitud 6.6 en Guatemala

Datos preliminares indican que hay cinco personas heridas, 55 damnificadas, 330 personas afectadas y 43 viviendas con daños

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Guatemala

Por EFE

14 June 2017

Los cuerpos de socorro elevaron hoy a 5 el número de personas fallecidas en Guatemala por un sismo de magnitud 6,6 que despertó y sacudió varios puntos del país, y causó daños materiales y derrumbes.

El portavoz de los Bomberos Voluntarios, Julio Sánchez, dijo a periodistas que en horas de la tarde se confirmaron tres víctimas que elevaron el total a cinco, cuatro mujeres y un hombre.

Dos de las víctimas fallecieron en el departamento de Retalhuleu, un hombre indigente de unos 40 años al que le cayó encima parte de la fachada de una iglesia y una mujer que pereció por un ataque al corazón.

En el departamento de San Marcos murieron otras dos mujeres, una en el municipio de Malacatán por las fracturas que le ocasionó la caída de materiales y otra por un paro cardíaco, la misma causa de muerte de la última víctima que falleció por el temblor, en Quetzaltenango.

Las autoridades también dijeron que hubo cinco personas heridas, 55 damnificadas, 330 personas afectadas y 43 viviendas con daños, la mayoría en Quetzaltenango, según el periódico local Prensa Libre.

Ver: Guatemala en alerta naranja por sismo de más de 6 grados

El temblor de magnitud 6.6 se produjo a la 1.29 hora local (7.29 GMT) a unos 156,3 kilómetros al oeste-noreste de Ciudad de Guatemala, en el departamento de San Marcos, fronterizo con la región mexicana de Chiapas, aunque se sintió con fuerza en la capital guatemalteca y en países vecinos como México y El Salvador.

 

Hasta las 15 horas se habían registrado 39 réplicas con magnitudes entre 3.3 y 4.6 grados, dijeron las autoridades.

El movimiento telúrico, cuyo hipocentro estuvo a unos 151 kilómetros de profundidad en tierra firme, ha provocado los mayores daños en las provincias de San Marcos, Suchitepéquez, Quetzaltenango y Retalhuleu, donde se han suspendido las clases, y ha obligado a las autoridades a decretar una alerta anaranjada (peligro) interinstitucional.