El presidente del Senado brasileño considera "abusivo" que se pida su prisión

La solicitud de la Fiscalía incluye también pedidos de detención contra el expresidente brasileño, el exministro de Planificación y el presidente suspendido de la Cámara Baja

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El presidente del Senado brasileño considera "abusivo" que se pida su prisión 

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07 June 2016

El presidente del Senado de Brasil, Renán Calheiros, calificó hoy de "abusiva" la decisión de la Fiscalía de solicitar al Tribunal Supremo que ordene su detención por sospechas de que intentó obstruir las investigaciones del escándalo de corrupción en Petrobras. 

"A pesar de no haber tenido acceso a los fundamentos" de esa solicitud, Calheiros "reitera su respeto a la dignidad y autoridad del Supremo Tribunal y de las instituciones democráticas del país", dice una nota difundida por su oficina de prensa. 

El comunicado asegura que el presidente del Senado "está sereno y seguro de que la Nación puede seguir confiando en los Poderes de la República", y reafirma que "no practicó acto alguno que pueda ser interpretado como una supuesta tentativa de obstruir a la Justicia", que es en lo que se apoya la Fiscalía para pedir su detención. 

La solicitud de la Fiscalía, presentada ante el Supremo Tribunal, incluye también sendos pedidos de detención contra el expresidente brasileño José Sarney, el exministro de Planificación Romero Jucá y el presidente suspendido de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, todos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). 

Esa formación, actualmente en el poder, es liderada por el presidente interino del país, Michel Temer, quien ocupa el cargo desde el pasado 12 de mayo en sustitución de la mandataria Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones para responder a un juicio político. 

El pedido formulado por la Fiscalía está en manos del magistrado Teori Zavascki, uno de los once magistrados del Supremo, que aún no se ha pronunciado sobre el asunto. 

La nota difundida por la oficina de prensa de Calheiros alerta de que Brasil "pasa por un momento delicado de su historia", que impone a los "hombres públicos serenidad, equilibrio, responsabilidad y, sobre todo, respeto a la Constitución". 

Agrega, además, que todas las instituciones "deben respetar" sus límites y también "la independencia de poderes, las garantías individuales y colectivas, la libertad de expresión y la presunción de inocencia".