Terroristas de Al Qaeda aún son un peligro latente

El 2 de mayo de 2011, un grupo de Navy Seals mató al jefe terrorista en su escondite de Pakistán.

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Tras los atentados del 11-S Osama bin Laden se convirtió en uno de los hombres más buscados del mundo.

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01 May 2016

WASHINGTON. Si existiera un ranking de qué grupo radical es el más peligroso, se podría decir que en los últimos dos años el autodenominado Estado Islámico (EI) arrebató a Al Qaeda el número 1.

En el apogeo de su poder en Afganistán, Al Qaeda estremeció al mundo con los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, que dejaron casi 3,000 muertos. Pero empezó a salir de los radares luego de que un grupo comando estadounidense eliminara a su jefe, Osama Bin Laden, el 2 de mayo de 2011 en Pakistán, seguido por el surgimiento en 2014 del “califa” del EI, Abu Bakr al Baghdadi.

La campaña de terror de EI, que controla partes del territorio en Iraq y Siria y recientemente ha realizado ataques mortales en París y Bruselas, es la que más titulares ocupa.

Pero, ¿qué pasó con Al Qaeda? Aunque debilitada por las potencias occidentales y por el auge de EI, con el que ahora compite por atención, combatientes y fondos, los expertos alertan del peligro de dar por derrotado al grupo que lideró Bin Laden.

“Se ha adaptado a una estrategia a largo plazo en la que el objetivo es construir alianzas y socializar con las comunidades locales para crear una base más duradera a partir de la cual finalmente buscar sus objetivos más transnacionales”, explica a la BBC Charles Lister, miembro del Middle East Institute.

Por ejemplo, la rama de Al Qaeda en la Península Arábiga está radicalizando yihadistas a través de sermones y de su revista en inglés Inspire.

Y el frente Al Nusra, franquicia del grupo en Siria, no ha impuesto la sharia en el territorio que controla, sino que ha trabajado con sus aliados para gobernar juntos.

“Esta política está en consonancia con las directrices de Al Qaeda y con sus esfuerzos para presentarse como una alternativa moderada a Estado Islámico”, analiza en un informe la empresa privada estadounidense Stratfor, especializada en información de inteligencia mundial.

Ayman al Zawahiri, sustituto de Bin Laden al frente del grupo, lo dejó claro en sus últimas directrices para la yihad (guerra santa).“Quería enviar un mensaje de que en lugar de matar civiles, debían pelear contra lo que pelean los civiles. Eso supone objetivos militares, no mercados ni mezquitas, lo que afiliados de Al Qaeda en Iraq habían estado haciendo antes”, dice Lister.

Al Nusra tomó el control incluso de panaderías y obligó a los dueños a reducir el precio. Y se encargó del suministro de gas, pan, agua y otros alimentos a la población civil a un costo más favorable. Fue entonces que el grupo comenzó a ganar apoyo. También la filial de Al Qaeda en el Magreb instruyó a sus combatientes a no tomar medidas extremas contra gentes.

La estrategia es ganarse a la población para más adelante introducir normas más duras.

“Esta nueva estrategia hace que Al Qaeda sea más peligroso. Demuestra que está dispuesto a ser pragmático, a recortar algunas de sus expectativas religiosas para construir un apoyo local que ganará en fuerza a largo plazo”, opina Lister.

“Al Qaeda es mucho más fuerte de lo que la gente cree”, explica a la BBC Katherine Zimmerman, analista del laboratorio de ideas conservador American Enterprise Institute, basado en EE.UU. “EI controla la población con la coerción. Al Qaeda no controla la población, tiene su apoyo. Eso es más difícil de contrarrestar”, analiza. 

En enero de 2015,  Al Qaeda en Yemen, considerado por Washington como el grupo más peligroso de la red, reivindicaba el ataque en París que diezmó la redacción del periódico satírico francés Charlie Hebdo, una operación que fue interpretada como un intento de Al Qaeda de “marcar territorio” frente al Estado Islámico.

Asimismo, desde noviembre de 2015, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) ha reivindicado una serie de acciones en África (Mali, Burkina Faso, Costa de Marfil) contra hoteles y restaurantes, dejando decenas de muertos, principalmente extranjeros.

Para el International Crisis Group (ICG), Al Qaeda ha “evolucionado” y algunas ramas “continúan siendo potentes” al participar en “insurrecciones locales”, mostrando un “grado de pragmatismo”, evitando “matar a musulmanes” y teniendo en cuenta las “sensibilidades locales”, según el instituto basado en Bruselas .