En 5 pasos conozca el proceso de juicio político contra Dilma Rousseff

El Senado brasileño decidirá hoy si la presidenta brasileña responderá a un juicio político con miras a su posible destitución

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La presidenta brasileña

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11 May 2016

SAO PAULO. La presidenta brasileña Dilma Rousseff posiblemente enfrentará un juicio polí­tico y se espera que el Senado vote el miércoles una moción para suspenderla del cargo. El proceso ocurre cuando la opinión pública está indignada en medio de una profunda recesión económica y un escándalo de sobornos por contratos en la petrolera estatal Petrobras. El proceso contra Rousseff no tiene relación con eso. A continuación, la explicación del proceso.

¿DE QUÉ SE ACUSA A ROUSSEFF?
Rousseff está acusada de violar las leyes fiscales al trasladar fondos oficiales a fines distintos a los asignados antes de su campaña de reelección de 2014. Los partidos opositores sostienen que las maniobras contables le permitieron elevar el gasto público para obtener votos. Rousseff niega haber cometido delito alguno y asegura que no hizo nada que no hicieran gobiernos anteriores. Afirma que no se le acusa de un delito, lo cual deberí­a ser la base de un juicio polí­tico.

¿CUÁL ES EL PRIMER PASO DE UN JUICIO POLITICO?
Una comisión especial de la Cámara de Diputados decidió por 38 votos contra 27 que el pedido de juicio polí­tico tení­a mérito legal y lo envió a la Cámara de Diputados en pleno. Con el trasfondo de los escándalos de corrupción, observadores consultados dicen que 37 miembros de ese panel enfrentan cargos por una amplia gama de presuntos delitos. La comisión especial incluye a muchos opositores.
El mes pasado, la Cámara de Diputados votó 367 votos a favor y 137 en contra para enviar el proceso al Senado. La abrumadora mayorí­a le dio un impulso al proceso de impeachment. El Senado es visto como un órgano menos hostil hací­a Rousseff que la Cámara de Diputados y es posible que rechace el juicio polí­tico. Pero podrí­a argumentarse que la mayorí­a abrumadora en la cámara cambió la favorabilidad que tení­a la mandataria en el Senado.

¿CUÁL ES EL PASO SIGUIENTE?
Si una mayorí­a simple de los 81 senadores vota a favor de la medida de suspensión el miércoles, como muchos conteos de los medios de comunicación lo señalan, Rousseff quedará suspendida del cargo y el Vicepresidente, Michel Temer, asumirí­a el cargo. El Senado entonces tendrí­a 180 dí­as para adelantar el juicio polí­tico y votar si retira a Rousseff definitivamente del cargo. Si eso sucede, Temer tendrí­a que terminar el perí­odo para el que fue elegido la mandataria, y que concluye el 31 de diciembre de 2018.

¿ALGO PODRÍA DETENER ESTE PROCESO?
El gobierno y los partidos de oposición han interpuesto apelaciones en altos tribunales de justicia del paí­s sobre varios aspectos del proceso. Así­ que existe la posibilidad de que una corte, o incluso los propios magistrados o un juez por su cuenta, puedan intervenir en el mismo. Los aliados del gobierno han buscado maneras de bloquear la votación de la medida de suspensión a último minuto o para retrasar la votación.
El lunes, por ejemplo, el Presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao, anuló la votación de esa Cámara que le dio luz verde al juicio polí­tico argumentando irregularidades y dijo que la votación tení­a que hacerse nuevamente. El martes, sin embargo, Maranhao cedió a las presiones de su partido y cambió su posición y su vocero dijo que revocó la anulación que habí­a proferido algunas horas atrás.

¿CÓMO CARACTERIZAN LA SITUACIÓN LOS PARTIDARIOS DEL GOBIERNO Y LOS OPOSITORES?
Los partidarios del gobierno dicen que es un golpe de estado porque Rousseff no está acusada de delito alguno. Dicen que la clase dirigente tradicional está aterrada por la movilización social desatada por el Partido de los Trabajadores, o PT, que lleva más de diez años en el poder, y quiere aprovechar la oportunidad para recuperar el poder. Los opositores afirman que el movimiento de fondos fue ilegal al tiempo que intentó ocultar los problemas que padecí­a la economí­a más grande de Latinoamérica, tales como enormes déficit presupuestarios que afloraron el año pasado. Rechazan la acusación de golpismo porque el juicio polí­tico está admitido por la Constitución brasileña.