Como un duelo de vida o muerte, este sábado 23 de febrero (23F) los militares venezolanos tendrán que decidir si apoyan a Juan Guaidó, como presidente interino, o siguen respaldando a Nicolás Maduro, pese a que gran parte de la comunidad internacional no lo reconoce como presidente legítimo de Venezuela.
¿Por qué es importante esta fecha para los venezolanos y el apoyo del Ejército? Porque de los militares dependerá que la ayuda humanitaria internacional ingrese por las fronteras de Venezuela con Colombia, Brasil y Curazao, donde han sido instalados varios centros de acopio para las donaciones.
Se trata de comida, medicinas e insumos médicos, pañales para bebés, papel higiénico, pasta dental, toallas sanitarias; en resumen son artículos básicos que escasean en Venezuela y por los que miles de venezolanos pagan miles y hasta millones de bolívares o viajan hasta países vecinos para adquirirlos.
La disyuntiva que enfrentan los militares radica en que Guaidó anunció la semana pasada que este 23F entrará la ayuda internacional “si o si” a Venezuela y ha preparado un ejército de voluntarios para que la ingresen, mientras que Maduro ha ordenado bloquear las fronteras terrestres y marítimas para evitar el ingreso de los donativos bajo el argumento de que es una excusa para una invasión militar dirigida por Estados Unidos.
La fecha también es importante porque ese día se cumple un mes desde que Guaidó asumió la presidencia de forma interina al amparo de la Constitución de Venezuela, la cual indica que luego de 30 días se debe convocar a nuevas elecciones generales.
Guaidó asumió luego de que Maduro se juramentó para un nuevo período de seis años como presidente, tras unas cuestionadas elecciones en las que no participó la mayoría de la oposición y cuyos resultados no han sido reconocidos por la comunidad internacional.
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Analistas consultados por medios internacionales consideran que la decisión que tomen los militares será clave para lo que viene en Venezuela.
“El 23-F es, porque así lo decidieron tanto el Gobierno como la oposición, un duelo en forma de juego de gallina, una situación suma-cero, en la que para que alguien gane, el otro tiene necesariamente que perder”, indica Benigno Alarcón Deza, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, en su escrito El Dilema Militar, citado por el diario El Español, de España.
De acuerdo al analista, “ganar el 23-F depende, en buena medida, de cómo el sector Fuerza Armada y la Policía respondan al dilema entre reprimir o no ante la entrada de la ayuda humanitaria”.
Alarcón agrega que si deciden no reprimir a los que ingresen la ayuda o, incluso, impedir que otros lo hagan “se convertiría en un acto de insubordinación institucional que generaría un punto de no retorno que obligaría a quienes desobedecen a cerrar el círculo, ya que no se puede mantener en el poder a quien una vez se desobedeció sin el riesgo de sufrir graves consecuencias”.
En ese sentido, el medio español cita a la experta en temas militares, Rocío San Miguel, quien es la directora de la ONG Control Ciudadano.
Ella explica que ante la propuesta que lanzó Juan Guaidó, una vez asumió el cargo de presidente interino, de dar amnistía a los militares que dejen de apoyar a Maduro se generaron detenciones de militares.
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En lo que va de 2019, la ONG Foro Penal calcula que 82 militares han sido detenidos, entre ellos 24 de los alzados el 20 de enero pasado en un comando en el sector de Cotiza, en Caracas, consigna el medio.
“La organización advierte que se mantiene un sistema de detención selectiva de militares y de sus familiares, entre los que hay desapariciones forzadas. Y al igual que sucede con los presos políticos civiles, también hay denuncias de torturas. Durante 2018 se reportaron 116 militares detenidos por motivaciones políticas”, indica El Español.
Rocío San Miguel añade que no se produjo una ruptura inmediata con la propuesta de amnistía que lanzó Guaidó, debido al nivel de vigilancia y de la estructura de inteligencia y contrainteligencia dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
El rol de los militares en el desenlace
Ramón Escovar León, columnista del diario venezolano El Nacional, en su artículo de opinión titulado: ¿Qué pasará el 23F? también coincide en que el papel de la Fuerza Armada es determinante para decidir lo que pasará en Venezuela.
“Se trata de escoger entre aumentar el castigo al pueblo, que no es culpable de los errores de las recetas del socialismo del siglo XXI y de los fanatismos ideológicos, o comenzar el recorrido hacia una salida política que evite más sufrimiento y miseria”, opina el analista.
Por ello, la presión internacional en los últimos días, sobre todo de Estados Unidos, se ha centrado en el ejército venezolano, al que le han hecho el llamado a permitir que ingrese la ayuda humanitaria y a reconocer a Guaidó como presidente interino.
El presidente Donald Trump advirtió esta semana que si los militares no dejan de apoyar a Maduro “perderán todo”.
Días atrás, Craig Faller, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, declaró ante el Senado de Estados Unidos que en Venezuela hay 2,000 generales sobre los que se apoya el régimen de Maduro, pero que la mayoría están implicados en tráfico de drogas, negocios petroleros y contrabando de gasolina.
Además, el funcionario estadounidense detalló que hay 186 generales ocupando puestos en ministerios, empresas estatales, en gobernaciones y gobiernos municipales, por lo que sus intereses motivan el apoyo a Maduro.
Faller indicó que “para acabar con esa falsa lealtad a Maduro es necesario darles alguna forma de amnistía. Y convencerlos de que esta amnistía es real”.
León considera que está por verse si este 23F los militares hacen lo correcto. “El sector castrense venezolano ha dado muestras a lo largo de la historia de que, llegado el momento decisivo, asume con responsabilidad su compromiso de obediencia a los valores republicanos recogidos hoy en la Constitución. Es lo que se desea ocurra en este momento”, dice en su columna del 19 de febrero en El Nacional.
El analista opina que la posición de Maduro no se fundamenta en razones técnicas, sino en una ideología anacrónica basada en el discurso de la Guerra Fría y que para aferrarse al poder usa el tema para “camuflar” una invasión de EE.UU.