Ortega convoca a reanudar el diálogo en Nicaragua

Las reuniones se retomarán a partir del próximo miércoles, pero serán a puerta cerrada de los medios de comunicación.

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Daniel Ortega presidente de Nicaragua.

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21 February 2019

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció ayer que volverá a dialogar con la oposición a partir del próximo miércoles “en una mesa para consolidar la paz” y “mejorar las condiciones” del país, tras diez meses de la peor crisis política y económica en esa nación centroamericana.

Hablando en un acto oficial por el 85 aniversario del asesinato de Augusto C. Sandino, en 1934, Ortega confirmó declaraciones de empresarios en el sentido de que se reanudarán las pláticas entre el gobierno y los opositores que han respaldado las protestas que estallaron el 18 de abril del año pasado.

“Esperamos que esa negociación se inicie el miércoles 27 (de febrero) y esté cargada de buena voluntad y compromiso”, dijo el exguerrillero sandinista de 73 años flanqueado por los jefes de la Policía y del Ejército.

Sin identificar a sus interlocutores ni a los posibles mediadores en las pláticas, Ortega afirmó que desea “abrir una nueva ruta, conversando, intercambiando e instalar una mesa y negociar para consolidar la paz, un nuevo camino que mejore las condiciones”.

Advirtió sin embargo que el diálogo “ya no será con esa multitud”, en alusión a la numerosa delegación de la opositora Alianza Cívica que participó en la primera negociación del 16 de mayo al 9 de julio. Agregó que tampoco será transmitido en vivo por radio ni televisión.

Ortega explicó que a ese acuerdo llegó con un grupo de prominentes empresarios nicaragüenses con los que se reunió el sábado pasado, con la presencia como invitados del cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, y el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag.

Anteriormente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)había enumerado, al menos cinco requisitos, para reanudar el diálogo.

El organismo regional establecía que debe existir representatividad de las familiares de las víctimas y detenidos, y movimientos originados por la crisis. Equilibrio en la mesa de diálogo; libertad de los presos políticos. Además, permitir la práctica de manifestaciones públicas, cesando y desactivando la represión e intimidación. Finalmente, que las partes cumplan los acuerdos de la mesa.