Investigadores de la CIDH piden procesar a Daniel Ortega

Hacen un llamado a los países de la región a llevarlo ante la Corte Penal.

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22 January 2019

Miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de la CIDH, pidieron este martes a otros países que reconozcan el principio de justicia universal e inicien procesos contra el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, por crímenes de lesa humanidad.

“Hacemos un llamado a los países para que reconozcan el principio de justicia universal para iniciar procesos”, dijo la guatemalteca Claudia Paz y Paz, una de los cuatro miembros del GIEI, grupo creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que evaluó la actuación del Ejecutivo durante las protestas.

Paz y Paz intervino ayer en un debate del centro de pensamiento Wilson Center, en Washington, junto a Amerigo Incalcaterra, otro de los miembros del GIEI.

Dicha entidad concluyó en su informe, presentado en diciembre, que el régimen nicaragüense cometió crímenes de lesa humanidad y que, desde la cúspide del Estado, es decir, desde la Presidencia ocupada por Ortega, se ordenó un “ataque generalizado y sistemático contra la población civil”.

La verificación de que unos actos constituyen crímenes de lesa humanidad significa jurídicamente que esos delitos son imprescriptibles, no pueden ser objeto de amnistías y podrían ser juzgados a nivel internacional por otros Estados o por tribunales como la Corte Penal Internacional (CPI).

Nicaragua no es signatario del Estatuto de Roma, carta fundacional de la CPI, y por tanto es muy difícil que intervenga ese tribunal; por lo que los dos expertos del GIEI consideraron que lo más posible es que esos delitos sean juzgados por otro país al amparo del principio de justicia universal.

Ese principio, incorporado en diferentes grados por países como Argentina, Alemania y España, sirve para reconocer que los crímenes de lesa humanidad son universales y, por tanto, los tribunales nacionales pueden juzgarlos a través de figuras penales tipificadas en la legislación de ese país.

Incalcaterra consideró que esa opción es la “más inminente” y la “más real”, e instó a que “las voluntades políticas” de los países de la región y su deseo de hacer frente al régimen de Ortega se pongan de manifiesto procesando las demandas de grupos de la sociedad civil.