Secretaria del DHS sobre niña de 7 años que murió en albergue: “Esta familia escogió cruzar ilegalmente”

Las autoridades de inmigración de Estados Unidos dijeron el viernes que se realizará una autopsia para determinar la causa de la muerte de una niña. Los resultados podrían demorar semanas.

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14 December 2018

Una niña guatemalteca de 7 años de edad hallada con su padre y decenas de otros migrantes en la frontera sur de Estados Unidos sufrió convulsiones y fiebre cuando estaba bajo custodia de las autoridades migratorias y murió poco después, informaron las autoridades.

La muerte suscita interrogantes sobre cuán evidente era el padecimiento de la menor. Una planilla llenada poco después de la detención no mencionada nada del tema. El formulario, obtenido por The Associated Press, dice que la pequeña no estaba sudando ni temblando, no mostraba trauma alguno y estaba lúcida. “Dice tener buena salud”, se lee en el formulario que contiene en la parte de abajo lo que parece ser la firma del padre.

Pero horas después, al ser colocada en un autobús, la niña empezó a vomitar. No estaba respirando cuando llegó a la estación de la Patrulla Fronteriza. Los paramédicos la reanimaron y la llevaron a un hospital en El Paso, Texas, donde se le detectó el cerebro hinchado y atrofia hepática. Murió poco después.

Las autoridades de inmigración de Estados Unidos dijeron el viernes que se realizará una autopsia para determinar la causa de la muerte de una niña. Los resultados podrían demorar semanas.

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En Guatemala, una funcionaria de la cancillería identificó a la chica como Jackeline Caal, y a su padre como Nery Caal, de 29 años.

La funcionaria habló con The Associated Press bajo condición de anonimato por no estar autorizada a hablar con la prensa.

El padre fue llevado por tierra al hospital de El Paso y allí estaba cuando falleció la menor, dijeron fuentes oficiales. El padre no está detenido.

La muerte ocurre en momentos en que gran cantidad de menores y familias están realizando la peligrosa travesía desde Centroamérica hacia Estados Unidos, donde abundan las críticas contra los agentes de inmigración por el trato dado a los refugiados.

La agencia de supervisión interna del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos investigará lo sucedido, anunciaron fuentes oficiales.

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La niña y su padre fueron detenidos a eso de las 9:15 p.m. del 6 de diciembre como parte de un grupo de 163 personas en una zona remota de Nuevo México, a unos 145 kilómetros (90 millas) de la estación más cercana de la Patrulla Fronteriza, en Lordsburg. El grupo fue detenido por cuatro agentes fronterizos, en un terreno agreste y remoto donde no hay servicio de telefonía celular y escasas rutas pavimentadas.

Hay una pequeña base operativa de la Patrulla Fronteriza allí cerca que tiene agua, comida y baños, pero no hay asistencia médica. El padre completó la planilla y los agentes de la patrulla hablan español, pero es posible que él hable solo un dialecto maya.

“Los agentes involucrados están profundamente afectados y sienten empatía con el padre por la pérdida de su hija”, dijo el director de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza Kevin McAleenan.

“No podemos enfatizar suficientemente los peligros que representa viajar largas distancias, en transportes atiborrados o expuestos a los elementos naturales a través áreas desérticas remotas sin comida, agua y otros suministros”.

Los migrantes fueron llevados de la zona a Lordsburg en dos grupos, y en el primer grupo había unos 50 menores no acompañados, dijeron funcionarios. Jackeline y su padre no iniciaron el viaje sino a eso de las 4:30 a.m., cuando regresó el autobús.

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El padre dijo que la niña empezó a vomitar dentro del autobús. Cuando llegaron a la estación de la Patrulla Fronteriza en Lordsburg a eso de las 6:30 a.m. el 7 de diciembre, ella había parado de respirar, dijeron fuentes oficiales. Los paramédicos detectaron que Jacqueline tenía una fiebre de 40,9 grados centígrados (105,7 Fahrenheit), y fue llevada vía aérea al hospital. Fue allí que falleció, poco después de la medianoche del 8 de diciembre.

Entrevistada por el canal Fox News, la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen dijo que la muerte de la niña es algo desgarrador y un triste ejemplo de los peligros de cruzar la frontera ilegalmente. Dijo que el grupo en que viajaba la niña estaba a 145 kilómetros (90 millas) del lugar donde podía ser procesado y que era necesario hacer varios viajes para llevar a tanta gente al centro de trámites.

“Esta familia escogió cruzar ilegalmente”, dijo Nielsen. “Seguiremos investigando la situación, pero como he dicho, hay que enfatizar lo peligrosa que es esta travesía, y los migrantes escogen venir aquí ilegalmente”.

Funcionarios consulares guatemaltecos dijeron que hablaron con el padre, quien está sumamente acongojado.

Las autoridades de inmigración de Estados Unidos dicen que la Patrulla Fronteriza cada año rescata a cientos de personas abrumadas por el calor y la sequedad del desierto.

Cuando un agente de la Patrulla Fronteriza realiza un arresto, esa persona es procesada en una instalación, pero por lo general no pasa más de 72 horas detenida antes de ser transferida al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés) o, si es de nacionalidad mexicana, ser deportada a su país.

Inmigrantes, abogados y activistas desde hace tiempo han presentado denuncias sobre las condiciones de las celdas de detención de la Patrulla Fronteriza. En Tucson, una demanda en curso afirma que las celdas son inmundas, sumamente frías y carecen de elementos básicos, como cobijas.

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El juez que lleva la demanda ordenó al Sector Tucson de la agencia, que patrulla buena parte de la frontera entre México y Arizona, que proporcione cobertores y colchonetas para dormir y entregue de manera regular los videos de las cámaras de vigilancia del interior de las celdas.

La Patrulla Fronteriza ha visto un incremento en los grandes grupos de migrantes, muchos de ellos con niños pequeños, que se entregan a las autoridades. La mayoría son de origen centroamericano y señalan que huyen de la violencia. En lugar de intentar evadir a las autoridades, se entregan con planes de solicitar asilo.

Arrestar a esos grupos crea problemas logísticos para los agentes, que deben esperar la llegada de las vagonetas de transporte equipadas con asientos para bebé, para llevar a los migrantes a las instalaciones de procesamiento, que se encuentran por lo menos media hora al norte de la frontera.

Anteriormente, un bebé murió poco después de ser liberado de un centro de detención familiar del ICE en Texas, en momentos en que el gobierno del presidente Donald Trump intenta rechazar las solicitudes de asilo para aquellos que cruzaron ilegalmente la frontera. Una corte federal de apelaciones bloqueó temporalmente esa medida, pero el gobierno solicitó a la Corte Suprema su reinstauración el martes.

The Washington Post fue el primer medio de comunicación en reportar sobre la muerte de la niña, la noche del jueves.