Hernández disfrazó más de $5 millones como provenientes del exterior, según la Fiscalía

Crearon una sociedad denominada Inversiones Rivera Crespín, S. A. de C. V., para la cual los asesoró Irving Tochez, un funcionario del ministerio de Hacienda y que luego trabajó en el gobierno de Funes.

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Por David Marroquín

08 November 2017

Los más de cinco millones de dólares que la sociedad Marketing and Services de Centroamérica, propiedad del expresentador de televisión Jorge Hernández, pudo haber recibido de los fondos de la Presidencia de la República era facturado como dinero proveniente de “servicios en el extranjero”, según el requerimiento fiscal (acusación) presentado en el Juzgado Noveno de Paz.

Basado en esa documentación, el referido tribunal ordenó ayer que Hernández y su contador Esteban Cañas sigan detenidos hasta que sea realizada la audiencia preliminar, dentro de unos seis meses.

Hernández y Cañas son acusados por la Fiscalía de haber lavado 8.1 millones de dólares, dinero proveniente de la cuenta de los gastos reservados de la Presidencia de la República en la gestión de Elías Antonio Saca, quien está recluido en el penal de Mariona por cargos de lavado de dinero por 246 millones de dólares.

El juzgado también ordenó capturar a los abogados Laabín Nimrod Tóchez Maravilla y Carlos Agustín Gamero Quintana (nota aparte); porque se habrían prestado a lavar fondos públicos a través de no menos ocho sociedades.

La Fiscalía destaca en su requerimiento que Hernández pretendía que su empresa sirviera como “sociedad puente” para lavar los fondos públicos en la administración de Saca. Junto a Saca está su exsecretario privado, Elmer Charlaix, acusado de enriquecimiento ilícito, y otros cinco excolaboradores de su confianza durante su gestión.

En busca de evasión

De acuerdo a la Fiscalía, los acusados también buscaban evitar pagar el IVA y otros impuestos. Esa estrategia habría sido recomendada por Irving Tóchez para evitar que las autoridades se dieran cuenta que existía blanqueo de capitales y evadir impuestos.

Lo anterior fue planificado, según el requerimiento fiscal, puesto que Jorge Hernández, Saca y Charlaix necesitaban de la “existencia de una persona jurídica que ya estuviera establecida y en funcionamiento y por ello confabularon para que varios millones de dólares se lavaran a través de Marketing and Service de Centroamérica”.

Los fiscales señalan en el requerimiento, que Hernández tenía “pleno conocimiento de la ilicitud del origen de los fondos depositados en la cuenta de Marketing and Service”.

Lo anterior se desprende de una parte de la declaración del testigo Olimpo cuando relata que “aproximadamente en el mes de mayo del año 2006, el señor Jorge Hernández le pidió que abriera otra cuenta corriente en el Banco Cuscatlán a nombre de la Sociedad (Marketing and Service), ya que iba a realizar un negocio por un trato que tenía con Don Tony, refiriéndose al señor Elías Antonio Saca González, entonces Presidente de la República”.

Agregó que “los ingresos producto de ese negocio se registrarían en la contabilidad como recuperación de cuentas en el exterior de una sociedad denominada Inversiones Rivera Crespín, S. A. de C. V., y que para ello los había asesorado Irving Tochez, quien para ese entonces recuerda tenía un cargo importante en el Ministerio de Hacienda”.

Señaló el testigo Olimpo que Hernández le dijo que habían averiguado que “había una figura que si se facturaba como servicios en el exterior no se pagaba impuestos, y que para ello se requería una empresa que estuviera en funcionamiento y por ello el negocio se haría con Marketing porque ya existía”.

Además: Revelan nombres de otros implicados en el caso de presunto lavado

Relató el testigo Olimpo que por ese negocio “le quedaría una buena cantidad de dinero, pero que dicha cuenta únicamente la manejaría él (Hernández)”. Habría recibido unos 800 mil dólares, según el requerimiento.

Las investigaciones fiscales apuntan que Hernández recibía cada 20 ó 30 días los cheques que le eran extendidos a Marketing por Francisco Rodríguez Arteaga, exempledo de Casa Presidencial, de acuerdo a la contabilidad de la sociedad y la declaración del testigo Olimpo.

“Él (Rodríguez Arteaga) los remesaba de manera directa a la cuenta corriente número 030-301-00-001988-9 a nombre de Marketing and Service, abierta por la señora Flor Ventura, pero manejada exclusivamente por el señor Jorge Hernández”, señala el requerimiento fiscal. Rodríguez Arteaga guarda prisión por peculado y lavado de dinero.

Esta actividad era realizada por Hernández cada tres días o cada semana. Después de recibido el dinero, Hernández se encargaba de elaborar los cheques, por medio de los cuales sería extraído el dinero, es decir, dicha cuenta bancaria solo sirvió de puente para una etapa más del delito de lavado de activos”.

La finalidad con esa estrategia, según la Fiscalía, era retirar los fondos girados a Marketing a través de cheques que eran girados a favor de otras ocho sociedades.

Estas empresas eran Garantía en Dirección Empresarial, Oficina Salvadoreña de Servicios Administrativos, Group Corporation,Investments Group, R M, Unicentro, Grupo Samix, y Promotora de Comunicaciones.

“Todo esto demuestra que el señor Jorge Hernández estaba con pleno conocimiento que el dinero provenía de fuente ilícita, y que las acciones que estaba realizando, eran encaminadas a simular contablemente, que los cheques que depositaba en sus cuentas eran producto de la gestión de cobro de deudas, principalmente en el exterior, en nombre de la sociedad Rivera Crespín Inversiones”, se detalla en el documento de acusación.

No obstante, ese dinero provenía de las cuentas de Rodríguez Arteaga, las cuales habían sido alimentadas con dinero sustraído de manera ilegal de la cuenta del Tesoro Público de la Presidencia.

En el caso del contador de la sociedad Marketing, Esteban Cañas Calderón, a quien la Fiscalía señala de ser empleado de confianza de Hernández; este se encargaba de registrar las operaciones financieras mencionadas anteriormente en la contabilidad de la referida sociedad con el propósito de “simular el negocio de cobro de deuda en el exterior, los cuales se documentaban con recibos simples impresos en hojas de papel bond”.

En otras ocasiones “simulaba operaciones de prestación de servicios por parte de Marketing, a la sociedad Rivera Crespín Inversiones, y éstas eran documentadas con una factura de consumidor final emitida por la sociedad Marketing”, dicen los fiscales.