S&P cambia de estable a negativa la nota de Nicaragua

El cambio en la perspectiva de la calificación eleva el costo de financiamiento en mercados internacionales.

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Por Hernández Guadalupe

12 June 2018

MANAGUA. A menos de dos meses del inicio de la crisis sociopolítica que enfrenta Nicaragua, la agencia calificadora de riesgo S&P Global Ratings cambió la perspectiva de la calificación crediticia de estable a negativa. Esto eleva el costo del financiamiento comercial que Nicaragua adquiere en el exterior y hace al país menos atractivo para la inversión, dice La Prensa de Nicaragua.

Aunque la agencia ratificó la calificación soberana de largo y corto plazo de B+ y B, respectivamente, advirtió que de prolongarse la crisis podría bajar la calificación, decisión que podrían tomar también las otras dos agencias con las que trabaja Nicaragua.

“Que nos pongan en perspectiva negativa es una advertencia de que la situación macroeconómica y de gobernabilidad podría deteriorarse al punto que la calificación puede rebajarse”, dijo a La Prensa de Nicaragua Mario Arana, expresidente del Banco Central de Nicaragua (BCN).

Por su parte, Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Fundes), explica que la perspectiva de S&P evalúa la dirección potencial de la calificación de crédito en un plazo intermedio (típicamente de seis meses a dos años).

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“En general, la calificación de crédito de un país es una métrica usada por los inversionistas para evaluar la capacidad de pago o solvencia crediticia, por lo que tiene un gran impacto en los costos de la deuda de un país”, dice Chamorro.

En un comunicado emitido el fin de semana, S&P Global Ratings explica que el difícil entorno político afectará el desempeño económico y fiscal en 2018, y potencialmente el próximo año.

“Revisamos la perspectiva a negativa de estable y confirmamos las calificaciones soberanas de Nicaragua de B+ y B”, señala la agencia, y aclara que “la perspectiva negativa refleja el riesgo de que una prolongada parálisis política empeore la gobernabilidad de Nicaragua y deteriore las finanzas públicas y expectativas de crecimiento, lo que llevaría a una baja de calificación”.

Otro riesgo es que Moody’s y Fitch Ratings también hagan revisiones similares y que de prolongarse la crisis terminen por bajar la calificación