Los autos de lujo serán afectados por la guerra comercial entre China y EE.UU.

La batalla comercial entre las dos potencias no afectaría mucho a la industria automotriz estadounidense, pero sí a los fabricantes de autos de lujo como Mercedes y BMW.

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El mercado mexicano es el sexto por facturación para Gestamp, con unos ingresos de 578 millones de euros. Imagen de referencia

Por Hernández Guadalupe

11 April 2018

DETROIT. Al pie de los montes Blue Ridge hay una enorme fábrica que se ha convertido insólitamente en víctima de la creciente guerra comercial entre Estados Unidos y China.

La planta cerca de Spartanburg, Carolina del Sur, pertenece a la automotriz alemana BMW, la que exporta más vehículos a China que cualquier otra automotriz en Estados Unidos.

La planta fabrica SUV de lujo, codiciados por los chinos pudientes por su prestigio alemán y confiabilidad que supera las de las marcas chinas. Uno de cada cuatro vehículos que sale de su línea de montaje va a parar a China.

Ahora esos 87,000 vehículos podrían estar sujetos a aranceles adicionales que sumarían decenas de miles de yuan a sus ya elevados precios.

La disputa comercial entre Estados Unidos y China se intensificó la semana pasada cuando el gobierno de Donald Trump dio a conocer la lista de productos importados de China por valor de 50,000 millones de dólares a los que impondría aranceles de 25% en represalia por el presunto robo de propiedad intelectual.

China respondió inmediatamente con la amenazas de imponer tarifas a productos estadounidenses por valor de 50,000 millones de dólares, incluidos los autos.

Si los dos cumplen con sus amenazas, las fábricas alemanas de autos de lujo sufrirán las mayores consecuencias. Las automotrices estadounidenses y japonesas producen la mayor parte de lo que venden en China en el propio país.

Además de la fábrica BMW en Carolina del Sur, una planta de Mercedes en Tuscaloosa County, Alabama, envía hasta 75,000 modelos GLE y GLE SUV a China.

Kristen Dziczek, vicepresidente del instituto de estudios Centro de Investigación Automotriz en Ann Arbor, Michigan, dice que una guerra comercial con China podría obligar a BMW, Mercedes y otros a repensar dónde fabrican, lo cual podría significar la pérdida de empleos en el corazón del apoyo a Trump.

A principios de semana, el presidente Trump se quejó del “comercio estúpido” con China y dijo que los aranceles chinos a los autos estadounidenses son mucho más altos que los de Estados Unidos para los autos chinos.

En un tuit, Trump dijo que cuando un vehículo fabricado en China se envía a Estados Unidos, el arancel es solo de 2,5%, mientras que los automóviles estadounidenses exportados a China reciben un impuesto de 25%.

“¿Eso suena a comercio libre o justo? No, suena a comercio estúpido”, escribió el presidente estadounidense en Twitter.

China cobra aranceles totales de 25% en la mayoría de los automóviles importados: un arancel aduanero de 10% más un impuesto automático de 15%.

Desde diciembre de 2016, Beijing cobra 10% adicional a los vehículos de súper lujo que valgan más de 200.000 dólares.