El déficit fiscal se duplicó en 2018 y deuda sigue creciendo

En su informe económico Fusades recuerda que El Salvador sigue con bajo crecimiento económico y que el presupuesto 2019 requiere $607 millones de deuda para gasto corriente.

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06 December 2018

Las finanzas públicas salvadoreñas continúan en un camino tortuoso ya que, según la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), el incremento del déficit fiscal, la deuda pública y un proyecto de presupuesto 2019 desfinanciado son el reflejo de la poca capacidad gubernamental de construir acuerdos y de no generar crecimiento económico para generar más empleos y buenas condiciones de inversión.

Estas son parte de las conclusiones del informe de coyuntura económica de Fusades a noviembre de 2018, institución que con datos del Banco Central de Reserva (BCR) afirmó que el déficit fiscal (la relación ingresos-gastos) se amplió de $222 millones en 2017 a $427.9 millones a octubre pasado, lo cual refleja que no se ha cumplido con el ajuste de 3% del Producto Interno Bruto (PIB) como parte de la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Según Luz María Serpas, investigadora del Departamento de Estudios Económicos de Fusades, el dato del déficit fiscal permite demostrar que ha cambiado la tendencia a la reducción que se mostró entre 2014 y 2017, y que el aumento de $205.8 millones en los últimos 12 meses demuestran la falta de una política presupuestaria en la cual prevalecen proyectos donde la principal fuente de financiamiento sigue siendo la deuda pública.

“Todo apunta a que el déficit seguirá con una tendencia creciente, a pesar de que las proyecciones oficiales son de que la brecha es de un 2.7% del PIB, todo apunta a que será mayor si se toma en cuenta noviembre y diciembre, y es más alarmante que para el 2019 hay una estimación de déficit de 3.7%, es una situación insostenible y que requiere un acuerdo de largo plazo para su salida”, consideró Serpas.

Por ello Fusades criticó que el proyecto de presupuesto 2019, lejos de contar con medidas de austeridad y de contracción del gasto, requiere $607 millones de deuda para cubrir el gasto corriente, superando los $30 millones que se pidieron para el ejercicio fiscal de este año.

“Con esto queda demostrado que no se ha cumplido con el ajuste de tres puntos del PIB y que no se ha frenado el gasto en los rubros del presupuesto que fueron objeto de las sentencias de la Sala de lo Constitucional, además vemos que las recientes reformas a la Ley de Responsabilidad Fiscal dejan el ajuste al nuevo gobierno y no reducen el gasto corriente”, agregó Pedro Argumedo, investigador de Fusades.

Para los economistas de Fusades la principal razón de que el déficit fiscal esté elevado son factores relacionados con el contexto electoral que vive el país, y con pagos atrasados de proveedores de bienes y servicios en diferentes instituciones gubernamentales.

Así, las cifras demuestran que a octubre pasado el gasto llegó a los $471.3 millones, la cifra más alta desde 2012. De este monto el mayor incremento fue en las transferencias corrientes y subsidios que aumentaron en un 33.9% ($140 millones), algo que esta relacionado con el proceso electoral del país, según explicó José Andrés Oliva, investigador de Fusades.

“Después de las elecciones de marzo pasado hemos visto un aumento de transferencias y de subsidios, más un incremento de las remuneraciones y un manejo poco eficiente y responsable de los ingresos del Estado, está clara la tendencia a la insostenibilidad fiscal a mediano plazo”, valoró Oliva.

En este sentido, según las cifras de Fusades, la deuda pública alcanzó $18,429 millones al cierre de octubre y las proyecciones a largo plazo, en un escenario sin mayor sobresalto en el contexto internacional, son que la deuda llegará al 76.7% del PIB en 2024

“Preocupa porque el próximo gobierno, independientemente del color político, deberá de afrontar una situación muy delicada y por ello se debe limitar el déficit fiscal para el próximo año a un 2.5% y aprobar los mecanismos para honrar deuda por $800 millones, aunque esto pasa por construir verdaderos acuerdos fiscales, casi como políticas de Estado, para frenar este desequilibrio de ingresos y gastos”, añadió Serpas.

Bajo crecimiento y pocos empleos

Para Fusades el crecimiento económico del país sigue siendo débil y el reflejo de esta situación es que solo se han creado 12,433 nuevas plazas formales en el último año cuando, en un escenario ideal, se deberían de estar habilitando 55,000 plazas nuevas por año.

“El reflejo de porque la economía esta tan deprimida y solo crece a un ritmo real del 2.5% del PIB es que no se están creando ni 25,000 empleos nuevos, el crecimiento económico sigue débil y frágil, lo cual no genera el empleo suficiente que satisfaga a las familias y contribuya a reducir la migración”, añadió Argumedo.

Otro indicador que bajó es el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE) que cayó de 3.2% de hace un año a 1.4% en septiembre pasado, determinado por las perdidas del sector agropecuario (producto de la sequía) y un menor dinamismo en el sector de bienes y servicios.

Los economistas de Fusades recomendaron al próximo gobierno impulsar políticas para recuperar la confianza del sector privado, mejorar la competitividad y apostar por una infraestructura logística para atraer más inversión, además de cambiar la forma de como se elaboran los presupuestos y de crear procedimientos de evaluación y de mérito para recibir los desembolsos cada año.