A 10 años, Puerto de La Unión aún no tiene quien lo opere

Terminó de construirse en diciembre de 2008 y tras una licitación desierta, la megaobra en el oriente sigue sin explotarse comercialmente.

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El puerto de La Unión Centroamericana se construyó entre 2005 y 2008. El proyecto prometía dinamizar toda la zona oriental del país. Foto EDH/ Cortesía

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25 October 2018

El puerto de La Unión terminó de construirse en diciembre de 2008 y, tras diez años de espera, aún no logra encontrar un concesionario que se haga cargo de su administración.

La megaobra prometía potenciar el desarrollo económico de la zona oriental del país y, al ser un puerto de tercera generación, convertir a El Salvador en un centro logístico regional que movilizaría mercancías desde y hacia diversas naciones.

En las áreas extraportuarias se planeaban desarrollar zonas francas; hoteleras para que vivieran los marinos, oficiales y ejecutivos y personal necesario para que el proyecto funcionara; y zonas residenciales, escuelas, centros de salud, bares y zonas de entretenimiento. Incluso se habló de construir un aeropuerto.

Para construirse, el proyecto requirió $182 millones, gran parte del dinero provino de un préstamo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA); no obstante, se calcula que el Puerto de La Unión realmente costó alrededor de $200 millones porque había que pagar el dragado del canal.

Así era el desarrollo que se planeaba para el puerto de La Unión sin la presencia de China

Parece que con el puerto de La Unión todo ha sido lento. Tardó cuatro años en construirse y aún esperó otro año y medio (hasta junio 2010) para ser inaugurado por el entonces presidente, Mauricio Funes.

Aunque se trabajó de manera paralela a la construcción, la Ley de Concesión del puerto no se aprobó hasta en septiembre de 2011. Este marco normativo detallaba que la empresa que ganara la licitación administraría el puerto durante 30 años y, para el equipamiento y funcionamiento de la terminal, debía invertir $30 millones en los primeros cinco años de la concesión.

El proyecto atrajo a unas 10 empresas, entre estadounidenses, españolas y japonesas. Al final, cuatro lograron precalificar. No obstante, un cambio en las reglas del juego provocó que la primera licitación fuera declarada desierta aquella tarde de mayo de 2015, cuando ninguna de las empresas presentó una oferta. Desde entonces, las autoridades de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) han hecho varias consultas sin hasta ahora tener resultados favorables. El nuevo concurso, que se espera se abra en los próximos días, ha sido criticado por diversas entidades por carecer de transparencia e igualdad de condiciones.