Aumenta importación de energía y crece la de fuentes renovables

La matriz energética del país ha cambiado en los últimos años. Antes se producía mucha energía geotérmica, pero ahora se importa más.

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Según las autoridades, de enero a junio 2018, el gobierno ya pagó $17.1 millones en subsidio a la energía eléctrica residencial. Las distribuidoras sirven la energía y el Ejecutivo debe reintegrarles el dinero. Foto EDH / archivo

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21 August 2018

El Salvador ha aumentado paulatinamente la generación de energía a base de fuentes renovables y reducido la generación a base de búnker. Un 55 % de la generación que tuvo hasta marzo de este año fue a través de fuentes renovables como la hídrica, geotérmica, solar o biomasa, según fuentes de la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (Siget).

De esas, la energía solar y la de biomasa son las que más están creciendo debido a la adopción de paneles solares y maquinaria eficiente que están adquiriendo desde empresas y hasta los hogares.

Sin embargo, la generación a través de la fuente hídrica y la geotérmica se mantienen en un mismo nivel e incluso menor que en años anteriores, a pesar de que son recursos administrados por el Gobierno y la CEL ha invertido millonarias sumas de dinero para aumentar su capacidad de generación.

Por el contrario, las importaciones de energía desde Guatemala han aumentado.

La Unidad de Transacciones (UT) indica que de junio de 2017 a junio 2018 la inyección de energía provino principalmente de las importaciones, con una participación del 26.4 %. Los datos muestran que se inyectaron 867.5 GWh de energía del total inyectado (3,292.9 GWh).

La energía hídrica inyectó un total de 758.5 GWh y es el segundo recurso más utilizado después de las importaciones. Esta fuente representó un 23.03 % de la energía inyectada en el último año, según la UT.

En tercer lugar está la generación a través del vapor obtenido de la tierra (geotermia) que inyectó 738.5 GWh en el acumulado anual.

La generación térmica, que es producida a través de búnker y que depende en gran medida del precio internacional del petróleo, representó un 15.44 % del pastel total.

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¿Por qué más importación?

¿Pero por qué comprar energía de afuera si se puede producir aquí? ¿Acaso no hay suficiente capacidad para generar energía barata y así reducir los precios?

El Salvador ha importado más energía de afuera porque le resulta más barata que la que se produce en el país.

Según la Siget, una mayor importación de energía del Mercado Eléctrico Regional “es beneficioso al país ya que contribuye a cubrir parte de la demanda de energía nacional, que de no existir, la demanda sería cubierta por generación térmica más cara, es decir, las unidades de generación que utilizan diésel y las maquinas más ineficientes del sistema de generación nacional”.

“Las importaciones permiten optimizar el abastecimiento eléctrico nacional al mínimo costo, ya que su despacho es asignado por orden de mérito en la base del despacho eléctrico nacional, desplazando la generación térmica más cara del sistema, la cual se mantiene solamente como reserva y solo se requiere cuando la demanda ha incrementado y la capacidad de transporte de la energía por las interconexiones se encuentran al máximo”, informó la institución.

En términos porcentuales las importaciones han representado más del 25 % de la generación total, lo cual implica una utilización eficiente de la Línea SIEPAC, que tiene una capacidad de transferencia de 300 MW y una dinamización del comercio regional de energía, así como contribuye a la estabilización de la tarifa”, agregó.

Y ¿qué ha ocurrido con la generación local? En los últimos años la matriz energética salvadoreña ha variado significativamente.

Desde hace aproximadamente cinco años el país ha comenzado a generar su energía a través de fuentes no convencionales como la biomasa y la energía fotovoltáica, que están teniendo auge no solo en El Salvador sino a nivel mundial. La energía verde está de moda.

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Grandes inversiones

Sin embargo, la generación hídrica y la geotérmica, que están en manos de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), se han estancado.

La geotermia, que está en manos de LaGeo, se ha mantenido en un promedio de generación del 23 %. La generación hídrica también ha tenido una participación del 18 % en las últimas estadísticas de la Siget.

Las inversiones en estas dos áreas se han estancado. En cuanto a la generación hidroeléctrica, CEL aún no termina la Central Hidroeléctrica El Chaparral, que ya tiene 5 años de retraso respecto a la programación de generación de energía que se proyectó CEL en un inicio. Solo esta presa generaría al menos 64 megavatios de energía, suficientes para no necesitar de una importación de energía del exterior.

Mientras los trabajos en El Chaparral avanzan a paso lento, CEL se ha concentrado en proyectos menores como una minipresa hidroeléctrica “Río Sucio” ubicada en Quezaltepeque. La presa generará 4.1 megavatios.

Además, echó a andar la expansión de la presa 5 de Noviembre que genera 180 megavatios. Sin embargo su mayor funcionamiento se da en época de lluvia mientras que durante época seca sus funciones disminuyen.

En cuanto ala generación geotérmica, LaGeo ya tiene listos 80 megavatios de energía a través de dos pozos geotérmicos en San Vicente y Chinameca, pero aún no los ha hecho públicos.

En cola está la planta de gas natural que estará en Acajutla, Sonsonate y que generaría 355 megavatios de energía. Según los economistas, al entrar este nuevo competidor al mercado, la matriz energética se redefinirá nuevamente.