La industria del empaque (plástico y cartón) exportó un total de $355 millones a 53 países del mundo en 2017 y este año ya registra ventas por $290 millones, según datos oficiales.
El 86% de estos productos, elaborados por 232 empresas exportadores, se ha comercializado en Centroamérica y el resto, en Estados Unidos, República Dominicana, Jamaica y otros.
Los datos muestran un crecimiento del 11% con relación a 2016 y en el primer trimestre de este año va viento en popa, con un ritmo del 3%. Según la viceministra de economía, Merlin Barrera, solo el año pasado 50 empresas se incorporaron a la lista de exportadores, lo que demuestra el dinamismo de este sector y su reto por seguir innovando de cara a las tendencias mundiales.
Y son justamente los retos que tienen por delante los que hicieron que el sector iniciara ayer su séptimo seminario especializado en empaques denominado EMPAQ, en el que más de 400 asistentes de toda la región disertaron sobre las nuevas tendencias.
Más de 15 conferencistas internacionales de España, Taiwán, México, Colombia, Estados Unidos, Perú y El Salvador exponen desde ayer los cambios que enfrenta la industria, sobre todo ahora que los consumidores prefieren productos que respeten el medio ambiente.
“Esta es una industria con mucha tecnología, con mucho avance y por supuesto, con muchas exportaciones”, mencionó Ricardo Morán, presidente de la Asociación Salvadoreña de la Industria del Plástico (Asiplastic), quien se muestra optimista de los resultados del sector y de toda la inversión que se está haciendo en tecnología para acoplarse a las tendencias globales.
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Daniel Velásquez y Mario González, ambos expertos y conferencistas de este evento, coincidieron que en los últimos años lo que más ha movido el mercado de los empaques es la “utilización de barreras de alto rendimiento” porque ayuda a la cadena de reciclaje.
“Una de las tendencias de empaques flexibles es reducir todo aquel material que haga más compleja esta cadena”, explicó Velásquez. Otra tendencia es la adopción del desperdicio de alimentos porque justamente cuando uno no tiene un buen empaque adecuado, hay pérdidas de productos.
“Nosotros queremos que el consumidor sienta está haciendo las cosas bien porque está comprando productos que van a proteger el medioambiente”, añadió González.
Las campañas para no usar pajillas o prescindir de bolsas o productos desechables solo retan aún más a la industria a crear productos más innovadores, que sean biodegradables y que enseñen a los consumidores a utilizar mejor estos empaques.
En El Salvador las empresas de este rubro ya están innovando con productos biodegradables, pero según González, aún hay muchas áreas en las que se puede mejorar en el futuro.
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