¿Cómo funcionan las Zonas Económicas Especiales?

Ofrecen un entorno aduanero especial, fácil acceso a infraestructura e incentivos fiscales.

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Estados Unidos y China son los principales socios comerciales de la zona franca panameña. Foto EDH/ Archivo.

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05 July 2018

El gabinete económico presentó esta semana una propuesta de ley para crear la primer Zona Económica Especial (ZEE) en El Salvador. Según las autoridades, se busca mayor desarrollo económico, más inversiones y generación de empleos en 26 municipios de la zona sur oriental del país. Pero, ¿qué es una Zona Económica Especial, para qué sirve, qué ofrecen y a quiénes?

Una Zona Económica Especial es un área geográfica delimitada dentro de las fronteras nacionales, donde las reglas de negocios son diferentes, generalmente con más beneficios para los inversionistas que las que prevalecen en el resto del país.

Según el Banco Mundial, se diseñaron como “una herramienta de comercio, inversión y de política industrial que tiene como objetivo superar las barreras que impiden la inversión en una economía más amplia”.

El término ZEE abarca la gama de regímenes especiales creados para atraer inversión en actividades relacionadas a la exportación. Se incluyen, por ejemplo, las zonas francas, zonas de libre comercio, zonas de empresas libres o zonas más amplias que incluyen puertos libres.

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El organismo internacional detalla que al participar en las ZEE, los inversionistas tienen acceso a un entorno aduanero especial, con una administración eficiente y con acceso a insumos libres de aranceles e impuestos. Además, infraestructura como la renta de propiedades, armazón de fábricas y servicios básicos en las ZEE son más accesibles que la disponible en el país. Y, quizá el mayor “gancho” son los incentivos fiscales que se pueden ofrecer.

Las zonas que propone el gobierno contempla las figuras de “desarrollador” y “operador económico”. El primero representa al encargado de urbanizar, construir, mantener y desarrollar los polígonos e infraestructura complementaria; mientras que los operadores son las empresas que desarrollarán cualquier actividad comercial elegida para la ZEE en la franja costero marina.

El modelo de zonas económicas especiales no es nuevo. En 1986, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reportó que había 176 ZEE en 47 países. Para 2006 aumentaron a 3,500 en 130 países.

Mark Klugman, miembro del comité de adopción de mejores prácticas de las Zonas de Desarrollo Económico de Honduras, explicó que su independencia les permiten convertirse en espacios atractivos para los inversionistas pues éstos pueden tener la seguridad que las “reglas del juego” son estables y las leyes se orientan al libre mercado.

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Para convertirse en operador económico en la ZEE nacional, las empresas deben ser nuevas en el mercado salvadoreño, hacer una inversión igual o mayor a $5 millones en los primeros tres años o mantener 200 empleos permanentes, así como destinar el 3 % del monto de inversión “al desarrollo social de la ZEE, ejecutando obras que serán propuestas y priorizadas por las comunidades”, y aportar anualmente el 1 % del valor de su activo para darle sostenibilidad a la Secretaría Ejecutiva, estructura institucional que garantizará la continuidad de los servicios.

A cambio de eso, los desarrolladores y operadores autorizados no pagarán impuestos por importar maquinaria, equipo de oficina, herramientas, repuestos y accesorios que ingresen a los polígonos; materias primas, insumos, envases, etiquetas, empaques, muestras y patrones; y combustibles, lubricantes, catalizadores, reactivos, grúas y montacargas. También estarán exentos de pagar el impuesto de transferencia de bienes inmuebles y las ventas o transferencias de bienes y servicios necesarios para la actividad autorizada tendrán una tasa de 0%.

En los primeros 25 años de operación, las empresas que se instalen en la ZEE no pagarán impuestos municipales; en los cinco años siguientes solo pagarán el 30 % y, a partir del año 30 en adelante pagarán el 50%. Los desarrolladores tendrán el mismo esquema de exoneración para la renta mientras que las empresas no pagarán renta durante el tiempo que duren sus operaciones dentro de la ZEE. El proyecto también ofrece incentivos fiscales si durante los primeros años los operadores comprueban que al menos el 25 % de su fuerza laboral estuvo conformada por salvadoreños retornados, si establecen sus propios centros de investigación y desarrollo; si demuestran contratar 90 % de empleados dentro de los municipios que conforman la ZEE y si el 50% son mujeres.